Día 277

Una actitud de gratitud

Sabiduría Salmos 116:12-19
Nuevo Testamento Colosenses 1:1-23
Antiguo Testamento Jeremías 7:30-9:16

Introducción

Jean Smith me contó su historia. Tenía unos sesenta y ci

nco años, y provenía de Cwmbran en

Gales. Estaba ciega desde hacía dieciséis años; tenía u

n bastón blanco y una perra

gu

ía llamada

Tina. Una infección había consumido sus retinas y los cri

stalinos tras sus ojos, los cuales no podí

an ser reemplazados; constantemente t

en

ía dolor.

Jean asistió a un curso Alpha local. Pasaron un día fu

era para concentrarse en la persona del

Espíritu Santo. Durante ese tiempo, el dolor no estuvo

presente. Después, asistió a la iglesia al

domingo siguiente para dar gracias a Dios y el ministro

la ungió con aceite. Al limpiarse los restos

del aceite de repente pudo ver el altar de comunión.

Dios había sanado milagrosamente a Jean.

Hacía dieciséis años que no veía a su esposo y ¡se so

rprendió de lo blanca que estaba su barba!

Jean no había visto nunca a su nuera. Su nieto de sei

s años y medio solía guiarla para que no se

mojara los pies con los charcos.

El niño le dijo: «¿Quién hizo esto abuelita?»

Ella le respondió

:

«Jesús me sanó»

«Espero que le des gracias abuelita»

«Nunca cesaré de darle gracias»

respondió.

Ayer

le

ímos las palabras de ánimo de Pablo: «En toda ocasión

, con oración y ruego, presenten

sus peticiones a Dios y denle gracias» (Filipenses 4:6). H

oy le vemos llevando a la práctica sus

propias instrucciones. Como Jean, Pablo también estaba c

onstantemente dándole gracias a

Dios; t

en

ía una actitud de gratitud.

La alabanza es dar gloria a Dios por ser quien es. La acció

n de gracias es dar gloria a Dios por lo

que Él ha hecho por nosotros. Debemos ver toda nuestra v

ida bajo esta óptica

.

Como vemos en

los pasajes de hoy, el mundo en definitiva puede divi

dirse en dos categorías: aquellos que

reconocen a Dios y le dan gracias, y aquellos que no l

o hacen.

¿Cómo puedes hacer para cultivar una actitud de gratitu

d?

Sabiduría

Salmos 116:12-19

12 ¿Cómo puedo pagarle al
por tanta bondad que me ha mostrado?

13 ¡Tan sólo brindando con la copa de salvación
e invocando el nombre del Señor!
14 ¡Tan sólo cumpliendo mis promesas al
en presencia de todo su pueblo!

15 Mucho valor tiene a los ojos del
la muerte de sus fieles.
16 Yo, Señor, soy tu siervo;
soy siervo tuyo, tu hijo fiel;
¡tú has roto mis cadenas!

17 Te ofreceré un sacrificio de gratitud
e invocaré, Señor, tu nombre.
18 Cumpliré mis votos al
en presencia de todo su pueblo,
19 en los atrios de la casa del Señor,
en medio de ti, oh Jerusalén.

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Comentario

1. Ofrece públicamente un sacrificio de acción de gracias

No basta con dar gracias a Dios en la privacidad de nuestra casa. Hay algo significativo en reunirse juntos y dar gracias a Dios públicamente «en presencia de todo su pueblo» (v.14). En palabras de The Message, el salmista se hace esta pregunta retórica «¿Qué puedo dar en respuesta a las bendiciones que Dios ha derramado sobre mí?» (v.12, MSG).

¡Dios ha sido tan bueno con él! Se siente agradecido porque su futuro está asegurado, porque «cuando llegan a las puertas de la muerte, Dios acoge a los que lo aman» (v.15, MSG). Da gracias por lo que Dios ha hecho en el pasado, declarando: «¡Tú has roto mis cadenas!» (v.16).

A veces, la acción de gracias es fácil. Otras, es más bien un sacrificio (v.17). San Juan de Ávila (1500–1569) escribió: «Un acto de acción de gracias cuando las cosas van mal, vale más que mil gracias cuando las cosas van al gusto de nuestra complacencia».

El salmista dice: «Te ofreceré un sacrificio de gratitud e invocaré, Señor, tu nombre. Cumpliré mis votos al Señor en presencia de todo su pueblo, en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, oh Jerusalén. ¡Aleluya!» (vv.17–19). «Aleluya» es una de las pocas palabras hebreas que han pasado a formar parte de nuestro lenguaje y es una llamada a alabar a Dios.

El salmista recuerda su angustia (vv.1-4), así como la misericordia de Dios (vv.5-11) para ahora terminar con gran gratitud (vv.12-19).

Oración

Señor, ¿cómo podré jamás agradecerte lo suficiente? Gracias porque me has salvado; por toda Tu bondad conmigo, te daré gracias «en la casa del Señor» (v.19).
Nuevo Testamento

Colosenses 1:1-23

1Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,

2 a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas:

Que Dios nuestro Padre les conceda gracia y paz.

Acción de gracias e intercesión

3 Siempre que oramos por ustedes, damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 4 pues hemos recibido noticias de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen por todos los santos 5 a causa de la esperanza reservada para ustedes en el cielo. De esta esperanza ya han sabido por la palabra de verdad, que es el evangelio 6 que ha llegado hasta ustedes. Este evangelio está dando fruto y creciendo en todo el mundo, como también ha sucedido entre ustedes desde el día en que supieron de la gracia de Dios y la comprendieron plenamente. 7 Así lo aprendieron de Epafras, nuestro querido colaborador y fiel servidor de Cristo para el bien de ustedes. 8 Fue él quien nos contó del amor que tienen en el Espíritu.

9 Por eso, desde el día en que lo supimos no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual, 10 para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios 11 y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseverarán con paciencia en toda situación, 12 dando gracias con alegría al Padre. Él los ha facultado para participar de la herencia de los santos en el reino de la luz. 13 Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención, el perdón de pecados.

La supremacía de Cristo

15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, 16 porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él. 17 Él es anterior a todas las cosas, que por medio de él forman un todo coherente. 18 Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de la resurrección, para ser en todo el primero. 19 Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud 20 y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz.

21 En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos. 22 Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte, 23 con tal de que se mantengan firmes en la fe, bien cimentados y estables, sin abandonar la esperanza que ofrece el evangelio. Éste es el evangelio que ustedes oyeron y que ha sido proclamado en toda la creación debajo del cielo, y del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor.

Comentario

2. Da gracias continuamente a Dios

Incluso en las sociedades secularizadas de hoy en día, la mayoría de la gente reconocería que Jesús fue una gran figura histórica. Puede que lo equiparen a Moisés, Buda, Sócrates y otros grandes líderes religiosos.

Pero, ¿acaso Jesús es el único y universal salvador del mundo? Esta pregunta era tanto objeto de debate en el siglo I como lo es ahora en el siglo XXI. Para aquellos que vivían en Colosas, había ciertas fuerzas de la naturaleza que estaban al mismo nivel que Jesús.

En su carta, Pablo declara —con gran humildad y delicadeza— que Jesús es único y universal salvador del mundo. Quien merece nuestra alabanza, adoración y acción de gracias, es el Dios y «Padre de nuestro Señor Jesucristo» (v.3).

Al orar por los colosenses, da gracias a Dios por la fe de ellos y el amor que emana de la esperanza que les aguarda en el cielo (v.5).

Ora para que ellos, en respuesta, estén agradecidos a Dios. En los versículos 9-12, resume las maneras en las que ora para que la fe de ellos se desarrolle, pidiendo para ellos «sabiduría y comprensión espiritual», fecundidad y «conocimiento de Dios», así como «perseverancia con paciencia». La lista va acrecentándose en un in crescendo en el que cada cualidad es el fundamento de la siguiente, acabando con una nota final dando «gracias con alegría al Padre» (v.12).

Pablo está orando para que den gracias al Padre por transferirlos del «dominio de la oscuridad» al reino de la luz; por su redención y el perdón de los pecados (vv.13-14): «Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados» (vv.13-14).

Aquel a quien debes dar gracias es «la imagen del Dios invisible» (v.15). Como dice The Message: «Vemos a este Hijo y vemos al Dios que no se puede ver» (v.15, MSG). Jesús es aquel por medio de quien todas las cosas fueron creadas. Todo fue creado por Jesús y para Jesús. Todo «empezó en él y tiene su propósito en él» (v.16, MSG). Jesús es la cabeza de la iglesia (v.18). Toda la plenitud de Dios reside en él (v.19).

Jesús ha hecho la paz con Dios «mediante la sangre que derramó en la cruz» (v.20). Te ha reconciliado con Dios (v.22a). Ahora eres santo a sus ojos, sin tacha y libre de toda acusación (v.22b).

Este es el evangelio por el que damos gracias: Jesús «es el principio, el primogénito de la resurrección para ser en todo el primero. Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas» (vv.18-20).

Oración

Señor Jesús, gracias por tu paz y reconciliación con Dios por medio de la sangre derramada en la cruz por mí. Gracias por darme el inmenso privilegio de proclamar este evangelio y ver cómo otras personas son liberadas
Antiguo Testamento

Jeremías 7:30-9:16

30 » ”La gente de Judá ha hecho el mal que yo detesto —afirma el Señor —. Han profanado la casa que lleva mi nombre al instalar allí sus ídolos abominables. 31 Además, construyeron el santuario pagano de Tofet, en el valle de Ben Hinón, para quemar a sus hijos y a sus hijas en el fuego, cosa que jamás ordené ni me pasó siquiera por la mente. 32 Por eso llegarán días —afirma el Señor —, cuando ya no lo llamarán más Tofet ni Valle de Ben Hinón, sino Valle de la Matanza; y a falta de otro lugar, en Tofet enterrarán a sus muertos. 33 Los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a los animales de la tierra, y no habrá quien los espante. 34 Haré que en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén se apaguen los gritos de alegría, las voces de júbilo, y los cánticos del novio y de la novia, porque el país se convertirá en desolación.

El valle de la Matanza

8» ”En aquel tiempo —afirma el Señor —, se exhumarán los huesos de los reyes y de los jefes de Judá, de los sacerdotes y de los profetas, y de los habitantes de Jerusalén. 2 Quedarán expuestos al sol y a la luna, y a todas las estrellas del cielo, cuerpos celestes a los que ellos amaron, sirvieron, consultaron y adoraron. No se les recogerá ni se les enterrará; ¡como estiércol quedarán sobre la faz de la tierra! 3 En todos los lugares por donde yo disperse a los sobrevivientes de esta nación malvada, los que hayan quedado preferirán la muerte a la vida. Lo afirma el SeñorTodopoderoso”

Pecado y castigo

4 »Pero tú les advertirás que así dice el Señor:

»“Cuando los hombres caen,
¿acaso no se levantan?
Cuando uno se desvía,
¿acaso no vuelve al camino?
5 ¿Por qué entonces este pueblo se ha desviado?
¿Por qué persiste Jerusalén en su apostasía?
Se aferran al engaño,
y no quieren volver a mí.
6 He escuchado con suma atención,
para ver si alguien habla con rectitud,
pero nadie se arrepiente de su maldad;
nadie reconoce el mal que ha hecho.
Todos siguen su loca carrera,
como caballos desbocados en combate.
7 Aun la cigüeña en el cielo
conoce sus estaciones;
la tórtola, la golondrina y la grulla
saben cuándo deben emigrar.
Pero mi pueblo no conoce
las leyes del Señor.

8 » ”¿Cómo se atreven a decir:
‘Somos sabios; la ley del Señor nos apoya’,
si la pluma engañosa de los escribas
la ha falsificado?
9 Los sabios serán avergonzados,
serán atrapados y abatidos.
Si han rechazado la palabra del Señor,
¿qué sabiduría pueden tener?
10 Por eso entregaré sus mujeres a otros hombres,
y sus campos a otros dueños.
Porque desde el más pequeño hasta el más grande,
todos codician ganancias injustas;
desde el profeta hasta el sacerdote,
todos practican el engaño.
11 Curan por encima la herida de mi pueblo,
y les desean: ‘¡Paz, paz!’,
cuando en realidad no hay paz.
12 ¿Acaso se han avergonzado
de la abominación que han cometido?
¡No, no se han avergonzado de nada,
y ni siquiera saben lo que es la vergüenza!
Por eso, caerán con los que caigan;
cuando los castigue, serán derribados
—dice el Señor —.

13 » ”Cuando quiero cosechar
—afirma el Señor —,
no encuentro uvas en la viña,
ni hay higos en la higuera;
sus hojas están marchitas.
¡Voy, pues, a quitarles
lo que les he dado!” »

14 «¿Qué hacemos aquí sentados?
¡Vengan, y vámonos juntos a las ciudades fortificadas
para morir allí!
El Señor nuestro Dios nos está destruyendo.
Nos ha dado a beber agua envenenada,
porque hemos pecado contra él.
15 Esperábamos paz,
pero no llegó nada bueno.
Esperábamos un tiempo de salud,
pero sólo nos llegó el terror.
16 Desde Dan se escucha
el resoplar de sus caballos;
cuando relinchan sus corceles,
tiembla toda la tierra.
Vienen a devorarse el país,
y todo lo que hay en él,
la ciudad y todos sus habitantes.»

17 «¡Miren! Estoy lanzando contra ustedes
serpientes venenosas que los morderán,
y contra ellas no hay encantamiento»,
afirma el Señor.

18 La aflicción me abruma;
mi corazón desfallece.
19 El clamor de mi pueblo se levanta
desde todos los rincones del país:
«¿Acaso no está el Señor en Sión?
¿No está allí su rey?»

«¿Por qué me provocan con sus ídolos,
con sus dioses inútiles y extraños?»

20 «Pasó la cosecha, se acabó el verano,
y nosotros no hemos sido salvados.»

21 Por la herida de mi pueblo estoy herido;
estoy de luto, el terror se apoderó de mí.
22 ¿No queda bálsamo en Galaad?
¿No queda allí médico alguno?
¿Por qué no se ha restaurado
la salud de mi pueblo?

9¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial,
y mis ojos una fuente de lágrimas,
para llorar de día y de noche
por los muertos de mi pueblo!
2 ¡Ojalá tuviera yo en el desierto
una posada junto al camino!
Abandonaría a mi pueblo,
y me alejaría de ellos.
Porque todos ellos son adúlteros,
son una banda de traidores.
3 «Tensan su lengua como un arco;
en el país prevalece la mentira, no la verdad,
porque van de mal en peor,
y a mí no me conocen
—afirma el Señor —.
4 Cuídese cada uno de su amigo,
no confíe ni siquiera en el hermano,
porque todo hermano engaña,
y todo amigo difama.
5 Se engañan unos a otros;
no se hablan con la verdad.
Han enseñado sus lenguas a mentir,
y pecan hasta el cansancio.

6 »Tú, Jeremías, vives en medio de engañadores,
que por su engaño no quieren reconocerme»,
afirma el Señor.

7 Por eso, así dice el SeñorTodopoderoso:

«Voy a refinarlos, a ponerlos a prueba.
¿Qué más puedo hacer con mi pueblo?
8 Su lengua es una flecha mortífera,
su boca sólo sabe engañar;
hablan cordialmente con su amigo,
mientras en su interior le tienden una trampa.
9 ¿Y no los he de castigar por esto?
—afirma el Señor —.
¿Acaso no he de vengarme de semejante nación?»

10 Lloraré y gemiré por las montañas,
haré lamentos por las praderas del desierto,
porque están desoladas:
ya nadie las transita
ni se escuchan los mugidos del ganado.
Desde las aves del cielo hasta los animales del campo,
todos han huido.

11 «Convertiré a Jerusalén en un montón de ruinas,
en una guarida de chacales.
Convertiré en desolación las ciudades de Judá;
¡las dejaré sin habitantes!»

12 ¿Quién es tan sabio como para entender esto? ¿A quién le habló el Señor, para que lo anuncie? ¿Por qué está arruinado el país, desolado como un desierto por el que nadie pasa?

13 El Señor dice: «Ellos abandonaron la ley que yo les entregué; no me obedecieron ni vivieron conforme a ella. 14 Siguieron la terquedad de su corazón; se fueron tras los baales, como les habían enseñado sus antepasados.» 15 Por eso, así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: «A este pueblo le daré a comer ajenjo y a beber agua envenenada. 16 Los dispersaré entre naciones que ni ellos ni sus antepasados conocieron; los perseguiré con espada hasta aniquilarlos.»

Comentario

3. Guárdate de olvidarte de dar gracias

Las palabras de Pablo en Romanos 1 podrían ser el resumen de este pasaje: «A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias» (Romanos 1:21).

En Jeremías vemos la advertencia de Dios a Su pueblo acerca de Su juicio. Habían hecho el mal a los ojos del Señor (Jeremías 7:30) y «se aferran al engaño, y no quieren volver a mí \[…\] nadie se arrepiente de su maldad; nadie reconoce el mal que ha hecho» (8:5-6). «¡No, no se han avergonzado de nada, y ni siquiera saben lo que es la vergüenza!» (v.12). «Porque van de mal en peor, y a mí no me conocen» (9:3). «Por su engaño no quieren reconocerme» (v.6).

«Su lengua es una flecha mortífera, su boca solo sabe engañar;

hablan cordialmente con su amigo, mientras en su interior le tienden una trampa» (v.8). En la raíz de su pecado estaba el no haber reconocido a Dios y no haberle dado gracias; ellos «no quieren reconocerme» (v.6).

Dios les había dado muchísimo pero no lo reconocieron ni le dieron gracias por lo recibido. Por lo tanto, les dice: «¡Voy, pues, a quitarles lo que les he dado!» (8:13d). «Cuando quiero cosechar \[…\] no encuentro uvas en la viña, ni hay higos en la higuera» (v.13).

Este juicio es muy doloroso para Jeremías: «¿No queda bálsamo en Galaad? ¿No queda allí médico alguno? ¿Por qué no se ha restaurado la salud de mi pueblo?» (vv.21-22).

Todos nuestros pasajes de hoy nos llaman a dar gracias y alabar a Dios. Así que obtenemos nuestros pensamientos y oraciones de las palabras del ritual de uno de los servicios de comunión anglicanos:

Oración

Demos gracias al Señor nuestro Dios. En verdad es justo darle gracias y alabarlo En verdad es justo, es nuestro deber y gozo, darte gracias y alabarlo en todo tiempo y lugar Padre Santo, Rey Celestial, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo Tu hijo, nuestro Señor. Así, con los ángeles y los arcángeles, y en compañía de todo el cielo, proclamamos Tu gran y glorioso nombre, alabándote por siempre y diciendo: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios todopoderoso, el cielo y la tierra están llenos de Tu gloria, hosanna en lo alto del cielo.

Añadidos de Pippa

Pippa añade

Salmo 116:15

«Mucho valor tiene a los ojos del Señor la muerte de sus fieles».

Saber que Dios conoce y nos cuida a cada uno, nos reconforta ante las noticias terribles de tantos asesinatos que están ocurriendo en Siria y en otros lugares.

Versículo del día

Colosenses 1:13

'Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo.'

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Referencias

Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea.

Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. «NIV»is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)

Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.

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