Día 210

Cuatro sacrificios que agradan a Dios

Sabiduría Salmos 89:30-37
Nuevo Testamento Romanos 11:33-12:21
Antiguo Testamento 1 Crónicas 6:1-81

Introducción

Al mirar en retrospectiva mi vida, puedo ver cuántos sacrificios hicieron mis padres por mi hermana y por mí; ojalá los hubiera apreciado más en aquel momento. Mis padres venían de una generación que estaba muy familiarizada con la idea del sacrificio, muchos de sus contemporáneos habían sacrificado sus vidas por sus semejantes y por sus países. La idea de hacer sacrificios —ya sean grandes o pequeños— parece más ajena a nuestra generación.

La gran mayoría de las referencias bíblicas de «sacrificio» están en el Antiguo Testamento, las cuales prefiguran la muerte sacrificial de Jesús en la cruz por nosotros. En el Nuevo Testamento, casi todas las referencias son sobre el sacrificio de Jesús. La muerte de Jesús como el único sacrificio perfecto y completo que cumple toda la preparación y predicción del Antiguo Testamento. No necesitamos hacer ningún sacrificio por nuestros pecados. Sin embargo, el Nuevo Testamento nos dice que hay cuatro sacrificios que puedes hacer para agradar a Dios.

Sabiduría

Salmos 89:30-37

30 »Pero si sus hijos se apartan de mi ley
 y no viven según mis decretos,
31 si violan mis estatutos
 y no observan mis mandamientos,
32 con vara castigaré sus transgresiones
 y con azotes su iniquidad.
33 Con todo, jamás le negaré mi amor,
 ni mi fidelidad le faltará.
34 No violaré mi pacto
 ni me retractaré de mis palabras.
35 Una sola vez he jurado por mi santidad,
 y no voy a mentirle a David:
36 Su descendencia vivirá por siempre;
 su trono durará como el sol en mi presencia.
37 Como la luna, fiel testigo en el cielo,
 será establecido para siempre.»

Comentario

1. Da gracias a Dios por el sacrificio de Jesús

Dios es santo (v.35) y amoroso. Dios amó a David y afirmó: «Jamás le negaré mi amor» (v.33).

Dios en su amor, hizo un pacto con David y Su pueblo; era un pacto de gracia, pero requería una respuesta de obediencia a la ley. Pero, ¿qué pasaría si no cumplían la ley? Si aquello ocurría: «… si sus hijos se apartan de mi ley y no viven según mis decretos, si violan mis estatutos y no observan mis mandamientos» (vv.30-31), se requeriría un castigo (v.32).

El Nuevo Testamento nos dice que Dios vino en la persona de Su hijo Jesucristo para tomar ese castigo, ofreciéndose a sí mismo como el sacrificio por el pecado. A través de ese sacrificio, el amor y la santidad de Dios fueron plenamente expresados ​​y cumplidos y no necesitas hacer más sacrificios por el pecado.

Oración

Señor, te agradezco demasiado por el sacrificio de Jesús en la cruz por mí; gracias, porque no se requieren más sacrificios por mis pecados.
Nuevo Testamento

Romanos 11:33-12:21

Doxología

33 ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios!
 ¡Qué indescifrables sus juicios
 e impenetrables sus caminos!
34 «¿Quién ha conocido la mente del Señor,
 o quién ha sido su consejero?»
35 «¿Quién le ha dado primero a Dios,
 para que luego Dios le pague?»
36 Porque todas las cosas proceden de él,
 y existen por él y para él.
 ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.

Sacrificios vivos

12Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. 2 No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

3 Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado. 4 Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, 5 también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás. 6 Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe; 7 si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; 8 si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría.

El amor

9 El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. 10 Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente. 11 Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu. 12 Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración. 13 Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad. 14 Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan. 15 Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran. 16 Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben.

17 No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. 18 Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. 19 No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor. 20 Antes bien,

«Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer;
si tiene sed, dale de beber.
Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.»

21 No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.

Comentario

2. Haz sacrificios que agraden a Dios

En este pasaje, vemos cuatro sacrificios que puedes hacer en respuesta al sacrificio de Jesús por ti:

  • El sacrificio de tus labios

El escritor de Hebreos dice: «Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre. \[…\], porque esos son los sacrificios que agradan a Dios» (Hebreos 13:15-16).

Gran parte de los primeros once capítulos de Romanos son sobre el sacrificio de Jesús por nosotros. Pablo, habiendo presentado todo lo que Dios ha hecho por nosotros, responde con un sacrificio de alabanza (Romanos 11:33-36).

  • El sacrificio de tu vida

Pablo escribe: «Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, (por todo lo que Jesús ha hecho por nosotros en su propio sacrificio en la cruz), en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios» (12:1).

Dios quiere que ofrezcas todo de ti y todo de tu vida —tu tiempo, ambiciones, posesiones, oídos, boca y sexualidad— así como tu mente, emociones y actitudes. La descripción de Pablo de un sacrificio vivo también nos recuerda que tienes que seguir ofreciendo todo durante tu vida entera.

Como Eugene Peterson lo traduce en The Message: «Toma cada día de tu vida cotidiana: tu dormir, comer, ir a trabajar y caminar, y colócalo delante de Dios como ofrenda» (v.1, MSG).

En tiempos del Antiguo Testamento, «sacrificio vivo» sonaría como un término contradictorio. Todo el objeto del sacrificio era que la víctima fuera sacrificada. Jago Wynne escribe: «Nuestro acto de adoración ya no está en traer un sacrificio, sino en ser nosotros mismos un sacrificio. Seguimos viviendo, somos todo lo que ofrecemos. La adoración es aquello que digo con mi lengua. Es aquello que veo \[...\] lo que pienso \[...\] adonde voy con mis pies».

  • El sacrificio de tu «botín»

La donación generosa es otro sacrificio del Nuevo Testamento. Pablo alienta al sacrificio de la generosidad para contribuir a las necesidades de los demás (v.8). Debemos estar «listos para ayudar a los hijos de Dios cuando pasen necesidad» (v.13, NTV). Este es otro sacrificio que el escritor de Hebreos dice que agrada a Dios: «compartir con otros» (Hebreos 13:16).

Incluso debemos dar generosamente a nuestros enemigos: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta» (Romanos 12:20).

  • El sacrificio de tu amor

En este pasaje Pablo da muchos ejemplos del sacrificio del servicio amoroso (vv.9-21).

El escritor de Hebreos dice: «No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios» (Hebreos 13:16).

«Hacer el bien» significa renunciar a cosas que no son buenas. «No se amolden al mundo actual» (Romanos 12:2). Aunque Dios solo nos pide que renunciemos a las cosas malas en nuestras vidas, podemos sentir que es muy costoso hacerlo porque esas cosas son superficialmente atractivas. El arrepentimiento es una palabra muy positiva, pero en el momento puede parecer una renuncia.

El amor sacrificial implica permitir que Dios nos transforme completamente. Nuestro amor debe ser sincero (v.9). La palabra griega para «sincero» significa «sin hipocresía» o literalmente «sin actuar» o «sin máscaras».

A menudo las relaciones en el mundo son bastante superficiales. Todos ponemos fachadas o máscaras para protegernos. Cuando vemos a los gobiernos poner máscaras, lo llamamos «propaganda». Cuando lo hacemos nosotros mismos, lo llamamos «imagen»; estamos proyectando algo. En efecto, estamos diciendo: «Realmente no me gusta lo que soy por dentro, así que fingiré que soy alguien diferente». Ciertamente lo hice en gran medida antes de ser cristiano (y, de algún modo, continúo, aunque no debería).

Si otras personas están haciendo lo mismo, entonces son dos «fachadas» o «máscaras» encontrándose. El triste resultado es que las dos personas reales nunca se encontrarán. Esto es lo opuesto al «amor sincero». Amor sincero significa quitarse la máscara y atreverse a revelar quién eres. Cuando sabes que Dios te ama tal como eres, eres libre para quitarte la máscara. Esto significa que hay una intensidad y autenticidad completamente nueva en tus relaciones.

Pablo insta a los cristianos a vivir en armonía unos con otros y a ser generosos (v.13), hospitalarios (v.13), a perdonar (v.14), a ser empáticos (v.15) y vivir en paz con todos (v.18). Esta es una gloriosa imagen de la familia cristiana a la cual Dios nos llama, atrayéndonos a una atmósfera de amor, alegría, paciencia, fidelidad, generosidad, hospitalidad, bendición, regocijo, armonía, humildad y paz; donde el bien no es vencido por el mal, pero el mal es vencido por el bien (vv.9-21).

Oración

Señor, hoy te ofrezco mi cuerpo como sacrificio vivo, me pongo a tu disposición. Te entrego todo lo que tengo una vez más: mi vida, mi tiempo, mi dinero, mis ambiciones, mis planes, mis anhelos y mis deseos. Muéstrame Tu voluntad buena, agradable y perfecta (v.2).
Antiguo Testamento

1 Crónicas 6:1-81

Descendientes de Leví

6Éstos fueron los hijos de Leví: Guersón, Coat y Merari.

2 Hijos de Coat: Amirán, Izar, Hebrón y Uziel.

3 Hijos de Amirán: Aarón, Moisés y Miriam.

Hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

4 Eleazar fue el padre de Finés.

Finés fue el padre de Abisúa,

5 Abisúa fue el padre de Buquí,

Buquí fue el padre de Uzi,

6 Uzi fue el padre de Zeraías,

Zeraías fue el padre de Merayot,

7 Merayot fue el padre de Amarías,

Amarías fue el padre de Ajitob,

8 Ajitob fue el padre de Sadoc,

Sadoc fue el padre de Ajimaz,

9 Ajimaz fue el padre de Azarías,

Azarías fue el padre de Johanán,

10 Johanán fue el padre de Azarías, quien ejerció el sacerdocio en el templo que Salomón construyó en Jerusalén.

11 Azarías fue el padre de Amarías,

Amarías fue el padre de Ajitob,

12 Ajitob fue el padre de Sadoc,

Sadoc fue el padre de Salún,

13 Salún fue el padre de Jilquías,

Jilquías fue el padre de Azarías,

14 Azarías fue el padre de Seraías,

y Seraías fue el padre de Josadac.

15 Josadac fue llevado al cautiverio cuando el Señor deportó a Judá y a Jerusalén por medio de Nabucodonosor.

16 Los hijos de Leví fueron Guersón, Coat y Merari.

17 Hijos de Guersón: Libní y Simí.

18 Hijos de Coat: Amirán, Izar, Hebrón y Uziel.

19 Hijos de Merari: Majlí y Musí.

Éstos fueron los descendientes de los levitas por sus familias.

20 Los descendientes de Guersón en línea directa fueron Libní, Yajat, Zimá, 21 Joa, Idó, Zera y Yatray.

22 Los descendientes de Coat en línea directa fueron Aminadab, Coré, Asir, 23 Elcaná, Ebiasaf, Asir, 24 Tajat, Uriel, Uzías y Saúl.

25 Los hijos de Elcaná fueron Amasay y Ajimot.

26 Los descendientes de Ajimot en línea directa fueron Elcaná, Zofay, Najat, 27 Eliab, Jeroán y Elcaná.

28 Los hijos de Samuel fueron Vasni, el primogénito, y Abías.

29 Los descendientes de Merari en línea directa fueron Majlí, Libní, Simí, Uza, 30 Simá, Jaguías y Asaías.

Cantores del templo

31 Éstos fueron los cantores que David nombró para el templo del Señor, desde que se colocó allí el arca. 32 Ellos ya cantaban en la Tienda de reunión, delante del santuario, antes de que Salomón edificara el templo del Señor en Jerusalén. Luego continuaron su ministerio según las normas establecidas.

33 Éstos y sus hijos estuvieron a cargo del canto:

De los descendientes de Coat, el cantor Hemán fue hijo de Joel, descendiente en línea directa de Samuel, 34 Elcaná, Jeroán, Eliel, Toa, 35 Zuf, Elcaná, Mahat, Amasay, 36 Elcaná, Joel, Azarías, Sofonías, 37 Tajat, Asir, Ebiasaf, Coré, 38 Izar, Coat, Leví e Israel.

39 A la derecha de Hemán se colocaba su pariente Asaf hijo de Berequías, descendiente en línea directa de Simá, 40 Micael, Baseías, Malquías, 41 Etní, Zera, Adaías, 42 Etán, Zimá, Simí, 43 Yajat, Guersón y Leví.

44 A la izquierda de Hemán se colocaba Etán hijo de Quisi, que era de sus parientes los meraritas y descendiente en línea directa de Abdí, Maluc, 45 Jasabías, Amasías, Jilquías, 46 Amsí, Baní, Sémer, 47 Majlí, Musí, Merari y Leví.

48 Sus hermanos los levitas estaban al servicio del santuario, en el templo de Dios. 49 Aarón y sus hijos estaban encargados de quemar las ofrendas sobre el altar de los holocaustos y sobre el altar del incienso. De acuerdo con lo ordenado por Moisés, siervo de Dios, eran también responsables de todo lo relacionado con el Lugar Santísimo y de hacer la expiación por Israel.

50 Los descendientes de Aarón en línea directa fueron Eleazar, Finés, Abisúa, 51 Buquí, Uzi, Zeraías, 52 Merayot, Amarías, Ajitob, 53 Sadoc y Ajimaz.

Ciudades de los levitas

54 Éstos fueron los territorios donde vivían los descendientes de Aarón.

A las familias de los coatitas se les adjudicó por sorteo 55 Hebrón, en la tierra de Judá, con sus campos de pastoreo. 56 A Caleb hijo de Jefone le tocaron el campo de la ciudad y sus aldeas. 57 A los descendientes de Aarón les entregaron las siguientes ciudades de refugio: Hebrón, Libná, Jatir, Estemoa, 58 Hilén, Debir, 59 Asán y Bet Semes, con sus respectivos campos de pastoreo. 60 De la tribu de Benjamín les dieron Gueba, Alemet y Anatot, con sus respectivos campos de pastoreo. En total les tocaron trece ciudades, distribuidas entre sus familias.

61 Al resto de los descendientes de Coat les tocaron por sorteo diez ciudades de la media tribu de Manasés.

62 A los descendientes de Guersón, según sus familias, les dieron trece ciudades de las tribus de Isacar, Aser y Neftalí, y de la tribu de Manasés que estaba en Basán.

63 A los descendientes de Merari, según sus familias, les tocaron por sorteo doce ciudades de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón.

64 Fue así como los israelitas entregaron a los levitas estas ciudades con sus campos de pastoreo. 65 Les adjudicaron por sorteo las ciudades de las tribus de Judá, Simeón y Benjamín, las cuales ya han sido mencionadas.

66 Algunas de las familias descendientes de Coat recibieron por sorteo ciudades de la tribu de Efraín.

67 Como ciudades de refugio les dieron Siquén, en los montes de Efraín, Guézer, 68 Jocmeán, Bet Jorón, 69 Ayalón y Gat Rimón, con sus respectivos campos de pastoreo. 70 De la media tribu de Manasés les entregaron Aner y Bileán, con sus respectivos campos de pastoreo. Éstas fueron las ciudades asignadas al resto de las familias de Coat.

71 Los descendientes de Guersón recibieron las siguientes ciudades de la media tribu de Manasés: Golán de Basán, y Astarot, con sus respectivos campos de pastoreo. 72 De la tribu de Isacar recibieron Cedes, Daberat, 73 Ramot y Anén, con sus respectivos campos de pastoreo. 74 De la tribu de Aser recibieron Masal, Abdón, 75 Hucoc y Rejob, con sus respectivos campos de pastoreo. 76 De la tribu de Neftalí recibieron Cedes de Galilea, Hamón y Quiriatayin, con sus respectivos campos de pastoreo.

77 Los demás descendientes de Merari recibieron las siguientes ciudades de la tribu de Zabulón: Rimón y Tabor, con sus respectivos campos de pastoreo. 78 De la tribu de Rubén, que está en la ribera oriental del Jordán, frente a Jericó, recibieron Béser, que está en el desierto, Jaza, 79 Cademot y Mefat, con sus respectivos campos de pastoreo. 80 De la tribu de Gad recibieron Ramot de Galaad, Majanayin, 81 Hesbón y Jazer, con sus respectivos campos de pastoreo.

Comentario

3. Entiende los sacrificios en el Antiguo Testamento

En el Antiguo Testamento los sacerdotes eran los mediadores entre Dios y el pueblo. «Aarón y sus hijos estaban encargados de quemar las ofrendas sobre el altar \[…\] expiación por Israel» (v.49).

El sacerdocio era hereditario, los sacerdotes eran descendientes de Leví. El cronista enumera a los «hijos de Leví» (v.1, 16, 46). Vemos que todos aquellos que sirvieron en el tabernáculo (que más tarde se convertiría en el templo) fueron considerados «de ascendencia levítica» (vv.1-30).

El cronista subraya la importancia del templo, el cual era un lugar de adoración donde habitaba el Espíritu de Dios. David puso a algunos levitas a cargo de la música en la casa del Señor: «Estos fueron los cantores que David nombró para el templo del Señor, \[…\]. Ellos ya cantaban en la Tienda de reunión, delante del santuario…» (vv.31- 32).

Otros levitas estaban encargados de presentar sacrificios en el altar: «hacer la expiación» (v.49). Como vimos anteriormente, una definición sencilla de la expiación es «en-uno-ment» (unificación). En otras palabras, Dios provee un medio a través del cual la gente puede estar a la par con Él.

Este fue el patrón en todo el Antiguo Testamento; la necesidad de sacrificio y de hacer expiación prefiguraba el sacrificio final, completo y suficiente de Jesús. Tales pasajes nos recuerdan lo asombroso que es que los sacrificios ya no son necesarios debido al único sacrificio verdadero y perfecto de Jesús.

Oración

Gracias, Señor, porque todo lo que se requiere de nosotros hoy es una respuesta a tu sacrificio y ofrecerte los sacrificios de adoración, de nuestros cuerpos, de hacer el bien y compartir con los demás. Gracias porque con tales sacrificios te complaces. Te ruego que derrames Tu fuego sobre nuestros sacrificios.

Añadidos de Pippa

Romanos 12:21

«No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien».

Hacer el bien es la manera más poderosa de detener la propagación del mal.

Versículo del día

Romanos 12:21

'No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.'

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