De la visión a la acción
Introducción
ackie Pullinger se ha pasado la vida trabajando con los pobres y los indigentes, los pandilleros de las triadas, así como con los adictos a la heroína y el opio. Ha ayudado a miles de personas a salir de las drogas mediante el poder del Espíritu Santo. Ha visto transformaciones en multitud de vidas, y ha tenido un tremendo impacto en la ciudad de Hong Kong.
Jackie escribió: «Me he pasado más de la mitad de la vida en un lugar oscuro y maloliente porque tuve una “visión” de otra ciudad incendiada de luz, ese era mi sueño. En ella no había más llanto, ni muerte ni dolor. Los enfermos eran sanados, los adictos liberados, los hambrientos satisfechos. Los huérfanos encontraban una familia, había casas para los desamparados y una nueva dignidad para los que habían vivido en la vergüenza. No tenía idea de cómo iba a lograr aquello, pero con un "celo visionario" me imaginaba presentándole a la Ciudad Amurallada la persona que podía cambiarlo todo: Jesús».
La visión consiste en una «santa insatisfacción»; una profunda insatisfacción con las cosas como están, combinada con una clara imagen de cómo podrían ser. Es una imagen —una «visualización mental»— del futuro que inspira esperanza.
La visión sin acción es simplemente una ensoñación. La acción sin visión, ¡es una pesadilla! Pero la visión combinada con la acción puede cambiar el mundo.
Proverbios 29:10-18
10 Los asesinos aborrecen a los íntegros,
y tratan de matar a los justos.
11 El necio da rienda suelta a su ira,
pero el sabio sabe dominarla.
12 Cuando un gobernante se deja llevar por mentiras,
todos sus oficiales se corrompen.
13 Algo en común tienen el pobre y el opresor:
a los dos el Señor les ha dado la vista.
14 El rey que juzga al pobre según la verdad
afirma su trono para siempre.
15 La vara de la disciplina imparte sabiduría,
pero el hijo malcriado avergüenza a su madre.
16 Cuando prospera el impío, prospera el pecado,
pero los justos presenciarán su caída.
17 Disciplina a tu hijo, y te traerá tranquilidad;
te dará muchas satisfacciones.
18 Donde no hay visión, el pueblo se extravía;
¡dichosos los que son obedientes a la ley!
Comentario
1. La importancia de la visión
La traducción de la Biblia llamada King James, dice así: «Donde no hay visión, el pueblo perece» (v.18, KJV).
La palabra hebrea usada puede ser traducida como «visión» (NIV) o «profecía» (RVA). Se refiere a la comunicación de Dios a Sus profetas. Donde no hay una visión reveladora de Dios, a menudo suele darse la anarquía espiritual y política: «El pueblo se desenfrena» (v.18, RVA 2015).
La visión y el comedimiento deberían ir de la mano. La pasión y el sentimiento de urgencia moral que empuja a la visión pueden llevar a una «ira desenfrenada». Pero, como dice el autor, «el necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla» (v.11). Jackie Pullinger, junto con Martin Luther King, William Wilberforce y muchos otros, son ejemplos magníficos de líderes que mantienen en el punto adecuado esta tensión entre la visión y el comedimiento.
En el resto del pasaje vemos los resultados tanto del buen liderazgo como del malo. «Cuando prospera el impío, prospera el pecado» (v.16), mientras que «el rey que juzga al pobre según la verdad afirma su trono para siempre» (v.14).
Oración
1 Juan 2:28-3:10
Permanezcamos en Dios
28 Y ahora, queridos hijos, permanezcamos en él para que, cuando se manifieste, podamos presentarnos ante él confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida.
29 Si reconocen que Jesucristo es justo, reconozcan también que todo el que practica la justicia ha nacido de él.
3¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él. 2 Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. 3 Todo el que tiene esta esperanza en Cristo, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
4 Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley. 5 Pero ustedes saben que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados. Y él no tiene pecado. 6 Todo el que permanece en él, no practica el pecado. Todo el que practica el pecado, no lo ha visto ni lo ha conocido.
7 Queridos hijos, que nadie los engañe. El que practica la justicia es justo, así como él es justo. 8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo. 9 Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios. 10 Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios; ni tampoco lo es el que no ama a su hermano.
Comentario
2. El poder de la visión
Jesús tenía una visión muy clara para su vida, y la combinó con la acción: «Se manifestó para quitar nuestros pecados» (3:5).
Juan prosigue diciendo: «El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo» (v.8). Por medio de su muerte y resurrección, Jesús se ha llevado tus pecados destruyendo la obra del demonio.
¿Te das cuenta de cuánto te ama Dios? «¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos!» (v.1).
Dios tuvo la clara visión de enviar a Su hijo para morir por ti. Quiere prodigar Su amor en ti. Su visión para ti es que un día, llegues a ser como Jesús y a ver a Jesús «tal como él es» (v.2).
Dios tiene una visión para tu vida. Tú también has de tener una visión para tu vida; tu visión suprema tendría que consistir en hacerte tan parecido a Jesús como sea posible en el presente: «Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sí mismo, así como él es puro» (v.3).
La prueba para saber si eres un hijo de Dios es esta: «Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios. Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios; ni tampoco lo es el que no ama a su hermano» (vv.9-10). El amor y la práctica de la justicia son los dos indicadores de que eres un hijo de Dios.
Joyce Meyer escribe: «Yo solía ser una pecadora a tiempo completo y de vez en cuando, “por accidente”, hacía algo bien. Pero ahora que he pasado muchos años desarrollando una profunda relación personal con Dios… sigo cometiendo errores, pero ni de lejos tantos como en el pasado. No estoy donde debería estar pero, gracias a Dios, tampoco estoy donde solía estar. No lo hago todo bien, pero sé que la actitud de mi corazón es la correcta».
Tu visión debería consistir es estar cerca de Jesús: «Permanezcamos en él para que, cuando se manifieste, podamos presentarnos ante él confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida» (2:28).
Esta debería ser la visión primordial para tu vida. Puede darse que nos enfoquemos en cosas específicas que creamos que Dios nos está llamando a hacer (normalmente son buenas) y aun así estemos desatendiendo la visión de conjunto de nuestra vida. A Dios le importa mucho más cómo vives tu vida que lo que consigas con ella. Nuestros llamados individuales son buenos e importantes; pero nuestra misión primordial para la vida siempre tendría que consistir en acercarnos más y más a Jesús.
Oración
Daniel 8:15-9:19
Significado de la visión
15 »Mientras yo, Daniel, contemplaba la visión y trataba de entenderla, de repente apareció ante mí alguien de apariencia humana. 16 Escuché entonces una voz que desde el río Ulay gritaba: “¡Gabriel, dile a este hombre lo que significa la visión!”
17 »Cuando Gabriel se acercó al lugar donde yo estaba, me sentí aterrorizado y caí de rodillas. Pero él me dijo: “Toma en cuenta, criatura humana, que la visión tiene que ver con la hora final.”
18 »Mientras Gabriel me hablaba, yo caí en un sueño profundo, de cara al suelo. Pero él me despertó y me obligó a levantarme, 19 mientras me decía: “Voy a darte a conocer lo que sucederá cuando llegue a su fin el tiempo de la ira de Dios, porque el fin llegará en el momento señalado. 20 El carnero de dos cuernos que has visto simboliza a los reyes de Media y de Persia. 21 El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tiene entre los ojos es el primer rey. 22 Los cuatro cuernos que salieron en lugar del que fue hecho pedazos simbolizan a los cuatro reinos que surgirán de esa nación, pero que no tendrán el mismo poder.
23 » ”Hacia el final de esos reinos, cuando los rebeldes lleguen al colmo de su maldad, surgirá un rey de rostro adusto, maestro de la intriga, 24 que llegará a tener mucho poder, pero no por sí mismo. Ese rey causará impresionantes destrozos y saldrá airoso en todo lo que emprenda. Destruirá a los poderosos y al pueblo santo. 25 Con su astucia propagará el engaño, creyéndose un ser superior. Destruirá a mucha gente que creía estar segura, y se enfrentará al Príncipe de los príncipes, pero será destruido sin la intervención humana. 26 Esta visión de los días con sus noches, que se te ha dado a conocer, es verdadera. Pero no la hagas pública, pues para eso falta mucho tiempo.”
27 »Yo, Daniel, quedé exhausto, y durante varios días guardé cama. Luego me levanté para seguir atendiendo los asuntos del reino. Pero la visión me dejó pasmado, pues no lograba comprenderla.
Oración de Daniel
9»Corría el primer año del reinado de Darío hijo de Jerjes, un medo que llegó a ser rey de los babilonios, cuando yo, Daniel, logré entender ese pasaje de las Escrituras donde el Señor le comunicó al profeta Jeremías que la desolación de Jerusalén duraría setenta años. 3 Entonces me puse a orar y a dirigir mis súplicas al Señor mi Dios. Además de orar, ayuné y me vestí de luto y me senté sobre cenizas. 4 Ésta fue la oración y confesión que le hice:
»“Señor, Dios grande y terrible, que cumples tu pacto de fidelidad con los que te aman y obedecen tus mandamientos: 5 Hemos pecado y hecho lo malo; hemos sido malvados y rebeldes; nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes. 6 No hemos prestado atención a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes y príncipes, a nuestros antepasados y a todos los habitantes de la tierra.
7 » ”Tú, Señor, eres justo. Nosotros, en cambio, somos motivo de vergüenza en este día; nosotros, pueblo de Judá, habitantes de Jerusalén y de todo Israel, tanto los que vivimos cerca como los que se hallan lejos, en todos los países por los que nos has dispersado por haberte sido infieles.
8 » ”Señor, tanto nosotros como nuestros reyes y príncipes, y nuestros antepasados, somos motivo de vergüenza por haber pecado contra ti. 9 Pero aun cuando nos hemos rebelado contra ti, tú, Señor nuestro, eres un Dios compasivo y perdonador.
10 » ” Señor y Dios nuestro, no hemos obedecido ni seguido tus leyes, las cuales nos diste por medio de tus siervos los profetas. 11 Todo Israel se ha apartado de tu ley y se ha negado a obedecerte. Por eso, porque pecamos contra ti, nos han sobrevenido las maldiciones que nos anunciaste, las cuales están escritas en la ley de tu siervo Moisés.
12 » ”Tú has cumplido las advertencias que nos hiciste, a nosotros y a nuestros gobernantes, y has traído sobre nosotros esta gran calamidad. ¡Jamás ha ocurrido bajo el cielo nada semejante a lo que sucedió con Jerusalén!
13 » ” Señor y Dios, todo este desastre ha venido sobre nosotros, tal y como está escrito en la ley de Moisés, y ni aun así hemos buscado tu favor. No nos hemos apartado de nuestros pecados ni hemos procurado entender tu verdad.
14 » ”Tú, Señor y Dios nuestro, dispusiste esta calamidad y la has dejado caer sobre nosotros, porque eres justo en todos tus actos. ¡A pesar de todo, no te hemos obedecido!
15 » ”Señor y Dios nuestro, que con mano poderosa sacaste de Egipto a tu pueblo y te has hecho famoso, como hoy podemos ver: ¡Hemos pecado; hemos hecho lo malo! 16 Aparta tu ira y tu furor de Jerusalén, como corresponde a tus actos de justicia. Ella es tu ciudad y tu monte santo. Por nuestros pecados, y por la iniquidad de nuestros antepasados, Jerusalén y tu pueblo son objeto de burla de cuantos nos rodean.
17 » ”Y ahora, Dios y Señor nuestro, escucha las oraciones y súplicas de este siervo tuyo. Haz honor a tu nombre y mira con amor a tu santuario, que ha quedado desolado. 18 Préstanos oído, Dios nuestro; abre los ojos y mira nuestra desolación y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre. Al hacerte estas peticiones, no apelamos a nuestra rectitud sino a tu gran misericordia. 19 ¡Señor, escúchanos! ¡Señor, perdónanos! ¡Señor, atiéndenos y actúa! Dios mío, haz honor a tu nombre y no tardes más; ¡tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo!”
Comentario
3. El cumplimiento de la visión
Daniel era un «visionario» en ambos sentidos de la palabra. Recibió una revelación divina (una «visión», palabra que aparece en siete ocasiones en Daniel 8:15–27) y tuvo metas visionarias para su vida.
En la primera mitad del pasaje de hoy, a Daniel le es dada la interpretación de su visión (revelación divina) por el ángel Gabriel (v.16, la primera vez que en la Escritura se menciona a un ángel por su nombre). Gabriel explica a Daniel que la visión que ha visto «tiene que ver con la hora final» (v.17). « Esta visión \[…\] es verdadera. Pero \[…\] para eso falta mucho tiempo» (v.26).
Se da tanto un cumplimiento histórico de la visión en aquel momento, como un cumplimiento a largo plazo. El cumplimiento histórico se encuentra probablemente en un periodo particularmente oscuro de la historia judía. Entre el175 y el 164 a.C., fueron dominados por un rey extranjero, Antíoco IV Epífanes, el cual persiguió a los judíos proscribiendo el culto a Dios, desacralizando el Templo y asesinando a millares de ellos. Y el espíritu que poseyó a Antíoco y le permitió conseguir un gran éxito mundano (vv.23-25) es el mismo espíritu que inspirará al anticristo definitivo en los últimos días (ver 2 Tesalonicenses 2:3–8; Romanos 13:11,14).
Daniel profetizó que «será destruido sin intervención humana» (Daniel 8:25). Las tropas de Antíoco marcharon sobre Jerusalén y masacraron a 80 000, imponiendo el culto a Zeus. Murió repentinamente en el 164 a.C. a causa de una enfermedad desconocida. Esta profecía será cumplida final y definitivamente cuando Jesús regrese y destruya al demonio «con el soplo de su boca» (2 Tesalonicenses 2:8).
Daniel fue también un visionario en el otro sentido. Comprendió «de las Escrituras»: «Yo, Daniel, logré entender ese pasaje de las Escrituras donde el Señor le comunicó al profeta Jeremías» (Daniel 9:2; ver también Jeremías 25:11–12; 29:10), que el exilio duraría setenta años (eso es del 587 a.C., a la reconstrucción del Templo en el 516 a.C.).
Si quieres que Dios te de una visión específica para tu vida, en este pasaje podemos ver dos claves esenciales para conseguirla. Primera, toda visión de Dios tiene que provenir y enraizarse en nuestra comprensión sacada «de las Escrituras». Segunda, el cumplimiento de la visión empieza por la oración. Daniel se volvió al Señor en oración. Era consciente de la grandeza del Dios a quien oraba (Daniel 9:4).
La oración de Daniel era un libre derramamiento de su corazón ante Dios. Era consciente de la grandeza y misericordia de Dios, así como de su propia indignidad. Pero también tenía confianza en que Dios podía responder a sus oraciones.
Dios desea que hables con Él acerca de lo que hay en tú corazón. No necesitas esconder o censurar nada cuando hables con Él, ni tampoco pretender ser alguien que no eres. Él ya lo sabe todo acerca de ti; lo que quiere es escucharlo de tus labios y hablar de ello contigo. Ora de la manera en la que Dios te hizo, no de la manera en la que creas que deberías ser.
Daniel confiesa que el pueblo ha pecado de todas las maneras imaginables, ignorando a Dios y haciendo lo que le place. Están llenos de culpabilidad y vergüenza (vv.3-16).
Pero Daniel sabía que Dios nunca abandonaría a aquellos que lo aman (v.4) y que la «compasión es nuestra única esperanza» (v.9, MSG).
Apoyándose en eso, oró por su ciudad y su nación (vv.17-19) y la oración de Daniel fue respondida. También tú puedes clamar a Dios por tu cuidad y tu nación, y creer que Dios responderá a tus oraciones y realizará la visión que Él te da.
Oración
Añadidos de Pippa
Pippa añade
1 Juan 3:1
«¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios!».
«Gran amor» es una expresión llena de prodigalidad.
Versículo del día
1 Juan 3:1
'¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él.'
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Referencias
Notas:
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea
Jackie Pullinger, Crack in the Wall, (Hodder & Stoughton, 1997) p.15 Se parafrasea
Joyce Meyer, La Biblia de la vida diaria, (Casa Creación, 2010)
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. «NIV» is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)
Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.
Editorial Notes:
Jackie wrote, «I have spent over half my life in a dark, foul smelling place because I had a 'vision' of another city ablaze with light, it was my dream. There was no more crying, no more death or pain. The sick were healed, addicts set free, the hungry filled. There were families for orphans, homes for the homeless, and new dignity for those who lived in shame. I had no idea how to bring this about but with «visionary zeal» imagined introducing the Walled City people to the one who could change it all: Jesus».
Issues facing Christians today p.368
Paragraph at the bottom of the page.
JP quote from «crack in the wall» p.15
Joyce Meyer, Everyday Life Bible, Pg, 2101