Día 312

Conoce a tu donante de sangre

Sabiduría Proverbios 27:5-14
Nuevo Testamento Hebreos 9:1-15
Antiguo Testamento Ezequiel 16:1-63

Introducción

Un joven fue herido en la Primera Guerra Mundial y el médico que vino a tratarlo dijo: «Lo siento, pero ha perdido el brazo». El joven soldado contestó: «Doctor, no lo perdí. Lo di».

Jesús vino «para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 10:45). En la última cena, cuando Jesús tomó la copa, dijo: «Esta es mi sangre del pacto» (Mateo 26:28, Marcos 14:24). La «preciosa sangre de Cristo» (1 Pedro 1:19) es resaltada a lo largo de todo el Nuevo Testamento:

  1. Hace posible el perdón de los pecados (Colosenses 1:14)
  2. Nos purifica de todo pecado (1 Juan 1:7)
  3. Por medio de ella, nos acercamos a Dios (Efesios 2:13)
  4. Trae paz y reconciliación con Dios (Colosenses 1:20)
  5. Da vida a aquellos que la beben (Juan 6:53)
  6. Es el medio por el cual vences a Satanás (Apocalipsis 12:11).

En los pasajes de hoy vemos diferentes aspectos de lo que todo esto significa.

Sabiduría

Proverbios 27:5-14

5 Más vale ser reprendido con franqueza
 que ser amado en secreto.

6 Más confiable es el amigo que hiere
 que el enemigo que besa.

7 Al que no tiene hambre, hasta la miel lo empalaga;
 al hambriento, hasta lo amargo le es dulce.

8 Como ave que vaga lejos del nido
 es el hombre que vaga lejos del hogar.

9 El perfume y el incienso alegran el corazón;
 la dulzura de la amistad fortalece el ánimo.

10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre.
 No vayas a la casa de tu hermano cuando tengas un problema.
 Más vale vecino cercano que hermano distante.

11 Hijo mío, sé sabio y alegra mi corazón;
 así podré responder a los que me desprecian.

12 El prudente ve el peligro y lo evita;
 el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.

13 Toma la prenda del que salga fiador por un extraño;
 reténla en garantía si la entrega por la mujer ajena.

14 El mejor saludo se juzga una impertinencia
 cuando se da a gritos y de madrugada.

Comentario

1. El acto de amistad supremo

Es un privilegio tener buenos amigos, pero el mayor privilegio de todos es la amistad de Jesús. Te llama su amigo y ha derramado su sangre como acto supremo de amistad. Jesús dijo: «Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos» (Juan 15:13).

Esta sección de Proverbios tiene que ver con la importancia de la amistad: «Más vale vecino cercano que hermano lejano» (Proverbios 27:10, DHH). El consejo de un amigo es una gran bendición: «Para alegrar el corazón, buenos perfumes; para endulzar el alma, un consejo de amigos» (v.9, DHH). La lealtad a tus amigos es muy importante: «No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre» (v.10).

Un buen amigo no solo dirá cosas buenas: «Más vale ser reprendido con franqueza que ser amado en secreto» (v.5). El escritor de Proverbios continúa diciendo: «Las heridas de un amigo sincero son mejores» (v.6, NTV). La verdadera amistad implica más que dar la aprobación sin cuestionar. Estoy muy agradecido con aquellos buenos amigos que me han confrontado con verdades dolorosas de vez en cuando, siempre por amor, con gran sensibilidad y delicadeza.

Las «heridas» se usan aquí figuradamente, en el sentido de causar dolor emocional o tristeza a un amigo por su bien y por amor. Sin embargo, a la luz del tema de hoy no puedo dejar de pensar que «herir», en la comprensión literal de la palabra, significa «derramamiento de sangre». En el caso de Jesús, no derramó nuestra sangre, sino la suya: «… él fue herido por nuestras transgresiones» (Isaías 53:5, RVA-2015). Su sangre fue derramada por ti en el acto de amistad supremo.

Oración

Señor, muchas gracias por los amigos y, sobre todo, por Tu gran amistad. Gracias por estar dispuesto a dar tu vida y derramar tu sangre por mí.
Nuevo Testamento

Hebreos 9:1-15

El culto en el tabernáculo terrenal

9Ahora bien, el primer pacto tenía sus normas para el culto, y un santuario terrenal. 2 En efecto, se habilitó un tabernáculo de tal modo que en su primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes consagrados. 3 Tras la segunda cortina estaba la parte llamada el Lugar Santísimo, 4 el cual tenía el altar de oro para el incienso y el arca del pacto, toda recubierta de oro. Dentro del arca había una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que había retoñado, y las tablas del pacto. 5 Encima del arca estaban los querubines de la gloria, que cubrían con su sombra el lugar de la expiación. Pero ahora no se puede hablar de eso en detalle.

6 Así dispuestas todas estas cosas, los sacerdotes entran continuamente en la primera parte del tabernáculo para celebrar el culto. 7 Pero en la segunda parte entra únicamente el sumo sacerdote, y sólo una vez al año, provisto siempre de sangre que ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia cometidos por el pueblo. 8 Con esto el Espíritu Santo da a entender que, mientras siga en pie el primer tabernáculo, aún no se habrá revelado el camino que conduce al Lugar Santísimo. 9 Esto nos ilustra hoy día que las ofrendas y los sacrificios que allí se ofrecen no tienen poder alguno para perfeccionar la conciencia de los que celebran ese culto. 10 No se trata más que de reglas externas relacionadas con alimentos, bebidas y diversas ceremonias de purificación, válidas sólo hasta el tiempo señalado para reformarlo todo.

La sangre de Cristo

11 Cristo, por el contrario, al presentarse como sumo sacerdote de los bienes definitivos en el tabernáculo más excelente y perfecto, no hecho por manos humanas (es decir, que no es de esta creación), 12 entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno. 13 La sangre de machos cabríos y de toros, y las cenizas de una novilla rociadas sobre personas impuras, las santifican de modo que quedan limpias por fuera. 14 Si esto es así, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien por medio del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente!

15 Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida, ahora que él ha muerto para liberarlos de los pecados cometidos bajo el primer pacto.

Comentario

2. Una conciencia limpia

«Muchas veces la mayoría de las personas tienen algo que les pesa en sus corazones, algo que han hecho o han dicho y que desearían no sentirlo, algo que los persigue y que les genera miedo de ser descubiertos» —escribe el Obispo Tom Wright—. «Qué maravilloso es saber que el sacrificio de Jesús y la sangre rociada que resulta del mismo tienen el poder (cuando los aceptamos en fe y confianza) para lavar toda mancha en la conciencia de forma que podamos llegar a Dios sin que ninguna sombra empañe nuestra relación».

El escritor del libro de Hebreos explica cómo bajo el antiguo pacto, solamente el sumo sacerdote podía entrar en el Lugar Santísimo «solo una vez al año (el día de la expiación), provisto siempre de sangre» (v.7). La sangre de un sacrificio representaba la vida del animal que había sido sacrificado («la vida del cuerpo está en la sangre», Levítico 17:11). La vida del animal era dada a cambio de la vida de la persona que hacía el sacrificio.

A los sacerdotes no se les permitía entrar al Lugar Santísimo; su trabajo se hacía en la primera parte del tabernáculo. Así, el camino hacia la sala del trono de Dios estaba prohibido para todos —incluso al propio sumo sacerdote— y la única excepción era en la celebración anual.

Cuando el sumo sacerdote recibía permiso para entrar, su entrada era salvaguardada por la sangre del sacrificio. Sin embargo, aquella sangre del sacrificio no era totalmente eficaz. Cada año se tenía que derramar sangre fresca y se hacía una entrada nueva en el Santo de los Santos (Sanctasanctórum). Además, aunque hubieran podido llevar a cabo la purificación externa (Hebreos 9:13), no podían limpiar «la conciencia de los que celebran ese culto» (v.9).

En realidad, era solo una ilustración (v.9), «una parábola visible \[...\] un arreglo temporal hasta que se pudiera hacer el cambio completo» (vv.8-10, MSG). Aquello apuntaba más allá de sí mismo y se cumplió por medio de la sangre de Cristo.

Cuando Jesús vino, «Con su propia sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros— entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre» (v.11, NTV). Haciendo aquello «reunió a Dios y a su pueblo de esta nueva manera» (v.17, MSG).

¿Qué significa esto?

  1. Estás limpio por dentro y por fuera

Jesús hace posible que tu conciencia sea purificada: «La sangre de Cristo limpia toda nuestra vida, por dentro y por fuera \[...\] a través del Espíritu» (v.14, MSG).

  1. Has sido liberado

«Cristo se ofreció a sí mismo como un sacrificio sin mancha, liberándonos de todos esos esfuerzos baldíos por hacernos respetables, para que podamos vivir del todo para Dios» (v.15, MSG).

El Espíritu Santo y la sangre de Cristo van juntos. Joyce Meyer escribe: «El Espíritu no podía ser derramado el día de Pentecostés hasta que la sangre no fuera derramada en la cruz del Calvario».

Oración

Señor Jesús, gracias porque haces posible que tenga la conciencia limpia y que viva del todo para Dios. Gracias por haber pagado el precio del rescate y liberarme al derramar tu sangre por mí.
Antiguo Testamento

Ezequiel 16:1-63

Infidelidad de Jerusalén

16El Señor me dirigió la palabra: 2 «Hijo de hombre, échale en cara a Jerusalén sus prácticas repugnantes. 3 Adviértele que así dice el Señor omnipotente: “Jerusalén, tú eres cananea de origen y de nacimiento; tu padre era amorreo y tu madre, hitita. 4 El día en que naciste no te cortaron el cordón umbilical; no te bañaron, no te frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales. 5 Nadie se apiadó de ti ni te mostró compasión brindándote estos cuidados. Al contrario, el día en que naciste te arrojaron al campo como un objeto despreciable.

6 » ”Pasé junto a ti, y te vi revolcándote en tu propia sangre y te dije: ¡Sigue viviendo; 7 crece como planta silvestre!

» ”Tú te desarrollaste, y creciste y te hiciste mujer. Y se formaron tus senos, y te brotó el vello, pero tú seguías completamente desnuda.

8 » ”Tiempo después pasé de nuevo junto a ti, y te miré. Estabas en la edad del amor. Extendí entonces mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez. Me comprometí e hice alianza contigo, y fuiste mía. Lo afirma el Señor omnipotente.

9 » ”Te bañé, te limpié la sangre y te perfumé. 10 Te puse un vestido bordado y te calcé con finas sandalias de cuero. Te vestí con ropa de lino y de seda. 11 Te adorné con joyas: te puse pulseras, collares, 12 aretes, un anillo en la nariz y una hermosa corona en la cabeza. 13 Quedaste adornada de oro y plata, vestida de lino fino, de seda y de telas bordadas. Te alimentabas con el mejor trigo, y con miel y aceite de oliva. Llegaste a ser muy hermosa; ¡te sobraban cualidades para ser reina! 14 Tan perfecta era tu belleza que tu fama se extendió por todas las naciones, pues yo te adorné con mi esplendor. Lo afirma el Señor omnipotente.

15 » ”Sin embargo, confiaste en tu belleza y, valiéndote de tu fama, te prostituiste. ¡Sin ningún pudor te entregaste a cualquiera que pasaba! 16 Con tus mismos vestidos te hiciste aposentos idolátricos de vistosos colores, y allí te prostituiste. ¡Algo nunca visto! 17 Con las joyas de oro y plata que yo te había obsequiado, hiciste imágenes masculinas, y con ellas te prostituiste ofreciéndoles culto. 18 Les pusiste tus vestidos bordados, y les ofreciste mi aceite y mi perfume. 19 Como ofrenda de olor fragante les presentaste el alimento que yo te había dado: el mejor trigo, el aceite de oliva y la miel. Lo afirma el Señor omnipotente.

20 » ”Tomaste también a los hijos y a las hijas que tuviste conmigo y los sacrificaste como alimento a esas imágenes. ¡No te bastaron tus prostituciones! 21 Inmolaste a mis hijos y los pasaste por fuego como ofrenda en honor de esos ídolos. 22 En todas tus repugnantes prácticas y prostituciones no te acordaste de los días de tu infancia, cuando estabas completamente desnuda y te revolcabas en tu propia sangre.

23 » ”¡Ay de ti, ay de ti! —afirma el Señor omnipotente—. Para colmo de tus perversidades, 24 construiste prostíbulos en cada plaza. 25 ¡No hubo esquina donde no te exhibieras para prostituirte! Te abriste de piernas a cualquiera que pasaba, y fornicaste sin cesar. 26 Te acostaste con los egipcios, tus vecinos de grandes genitales, y para enfurecerme multiplicaste tus fornicaciones. 27 Yo levanté mi mano para castigarte y reduje tu territorio; te entregué a las ciudades filisteas, que se avergonzaban de tu conducta depravada. 28 Una y otra vez fornicaste con los asirios, porque eras insaciable. 29 Lo mismo hiciste con los comerciantes de Babilonia, y ni así quedaste satisfecha.

30 » ”¡Qué mente tan depravada la tuya! —afirma el Señor omnipotente—. ¡Te comportabas como una vil prostituta! 31 Pero cuando en cada plaza armabas un prostíbulo y te exhibías en cada esquina, no te comportabas como una prostituta, ¡pues no cobrabas nada!

32 » ”¡Adúltera! Prefieres a los extraños, en vez de a tu marido. 33 A todas las prostitutas se les paga; tú, en cambio, les pagas a tus amantes. Los sobornas para que vengan de todas partes a acostarse contigo. 34 En tu prostitución has sido diferente de otras mujeres: como nadie se te ofrecía, tú pagabas en vez de que te pagaran a ti. ¡En eso sí eras diferente de las demás!

35 » ”Por tanto, prostituta, escucha la palabra del Señor. 36 Así dice el Señor omnipotente: Has expuesto tus vergüenzas y exhibido tu desnudez al fornicar con tus amantes y con tus malolientes ídolos; a éstos les has ofrecido la sangre de tus hijos. 37 Por tanto, reuniré a todos tus amantes, a quienes brindaste placer; tanto a los que amaste como a los que odiaste. Los reuniré contra ti de todas partes, y expondré tu desnudez ante ellos, y ellos te verán completamente desnuda. 38 Te juzgaré como a una adúltera y homicida, y derramaré sobre ti mi ira y mi celo. 39 Te entregaré en sus manos, y ellos derribarán tus prostíbulos y demolerán tus puestos. Te arrancarán la ropa y te despojarán de tus joyas, dejándote completamente desnuda. 40 Convocarán a la asamblea contra ti, y te apedrearán y te descuartizarán a filo de espada. 41 Incendiarán tus casas, y en presencia de muchas mujeres ejecutarán la sentencia contra ti. Yo pondré fin a tu prostitución, y ya no volverás a pagarles a tus amantes. 42 Así calmaré mi ira contra ti y se apaciguarán mis celos; me quedaré tranquilo y sin enojo. 43 Yo te hago responsable de tu conducta por haberte olvidado de los días de tu infancia, por haberme irritado con todas estas cosas, y por haber agregado infamia a tus prácticas repugnantes. Lo afirma el Señor.

44 » ”Los que acostumbran citar refranes, dirán esto de ti: ‘De tal palo, tal astilla.’ 45 Tú eres igual a tu madre, que despreció a su marido y a sus hijos; eres igual a tus hermanas, que despreciaron a sus maridos y a sus hijos. La madre de ustedes era hitita, y su padre, amorreo. 46 Tu hermana mayor es Samaria, ubicada al norte de ti con sus aldeas. Tu hermana menor es Sodoma, ubicada al sur de ti con sus aldeas. 47 No sólo has seguido su conducta, sino que has actuado según sus prácticas repugnantes. En poco tiempo llegaste a ser peor que ellas. 48 Yo, el Señor, lo juro por mí mismo: ni tu hermana Sodoma ni sus aldeas hicieron jamás lo que tú y tus aldeas han hecho. 49 Tu hermana Sodoma y sus aldeas pecaron de soberbia, gula, apatía, e indiferencia hacia el pobre y el indigente. 50 Se creían superiores a otras, y en mi presencia se entregaron a prácticas repugnantes. Por eso, tal como lo has visto, las he destruido. 51 ¡Pero ni Samaria ni sus aldeas cometieron la mitad de tus pecados! Tú te entregaste a más prácticas repugnantes que ellas, haciendo que ellas parecieran justas en comparación contigo. 52 Ahora tú, carga con tu desgracia; porque son tantos tus pecados que has favorecido a tus hermanas al hacerlas parecer más justas que tú. ¡Avergüénzate y carga con tu desgracia! Has hecho que tus hermanas parezcan más justas que tú.

53 » ”Pero yo cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de Samaria, con sus respectivas aldeas, y haré lo mismo contigo. 54 Así cargarás con tu desgracia y te avergonzarás de todo lo que hiciste, y les servirás de consuelo. 55 Tú y tus dos hermanas, con sus respectivas aldeas, volverán a ser como antes. 56 ¿Acaso no te burlabas de tu hermana Sodoma en tu época de orgullo, 57 antes de que se hiciera pública tu maldad? Ahora te has vuelto el hazmerreír de las aldeas edomitas y filisteas, ¡y por todas partes te desprecian! 58 Sobre tus hombros llevas el peso de tu infamia y de tus prácticas repugnantes. Lo afirma el Señor.

59 » ”Así dice el Señor omnipotente: Te daré tu merecido, porque has menospreciado el juramento y quebrantado la alianza. 60 Sin embargo, yo sí me acordaré de la alianza que hice contigo en los días de tu infancia, y estableceré contigo una alianza eterna. 61 Tú te acordarás de tu conducta pasada, y te avergonzarás cuando yo acoja a tus hermanas, la mayor y la menor, para dártelas como hijas, aunque no participan de mi alianza contigo. 62 Yo estableceré mi alianza contigo, y sabrás que yo soy el Señor. 63 Cuando yo te perdone por todo lo que has hecho, tú te acordarás de tu maldad y te avergonzarás, y en tu humillación no volverás a jactarte. Lo afirma el Señor omnipotente.” »

Comentario

3. Fortunas restauradas

Dios te ama. Todo lo que Dios hace emana de Su amor por ti. En esta alegoría profética, el amor de Dios por Su pueblo es descrito como el de un esposo para su esposa: «Cuando volví a pasar, vi que ya tenías edad para el amor. Entonces te envolví con mi manto para cubrir tu desnudez y te pronuncié mis votos matrimoniales» (v.8, NTV).

La bendición del Señor implica limpieza (v.9), vestir ropa con lino y seda (v.10), una oferta de belleza (vv.11-13), alimento para satisfacer (v.13), fama (v.14) y esplendor (v.14).

Las trágicas palabras que siguen pueden aplicarse a nosotros como individuos o como nación: «Pero» (v.15, NTV). A pesar de todo lo que Dios había hecho, se desviaron y lo rechazaron. En su lugar confiaron en su belleza y usaron su fama de una manera infiel (v.15).

El pecado comienza a menudo con incredulidad, confiando en algo que no es el Señor. Esto conduce a la idolatría: adorar algo distinto del Señor, y luego lleva a multiplicar el pecado (v.26), a menudo por nuestra débil voluntad (v.30).

Los resultados del pecado son la insatisfacción (vv.28-29) y el juicio de Dios (vv.30-34). Jerusalén ha sido como una esposa infiel, sirviendo ídolos y dándoles «la sangre de \[sus\] hijos» (v.36). Su propia sangre será derramada porque ha hecho derramar sangre (v.38). La palabra «sangre» aparece cuatro veces en este pasaje (vv.6,9,22,36).

Compara su pecado con el pecado de Sodoma. De lo que habla no son los pecados sexuales normalmente asociados con Sodoma; más bien, escribe: «… pecaron de soberbia, gula, apatía, e indiferencia hacia el pobre y el indigente. Se creían superiores a otras, y en mi presencia se entregaron a prácticas repugnantes» (vv.49-50).

Estos son los pecados comunes de cualquier sociedad próspera: la arrogancia, el comer en exceso y la falta de preocupación por los pobres y necesitados. Cuando la gente no tiene necesidades, frecuentemente se aleja de Dios. Su peor pecado fue no ayudar a los pobres y necesitados.

Sin embargo, a pesar de todo esto, Dios promete restaurar las fortunas de Sodoma y las fortunas de su pueblo (v.53), promete un pacto eterno (v.60), promete que hará la expiación (v.63, RVA-2015).

Esta palabra «expiación» también se encuentra en el pasaje de hoy de Hebreos, que habla del «lugar de la expiación» en el arca del pacto, un símbolo de la misericordia de Dios (Hebreos 9:5). La expiación apunta a la necesidad de que se haga algo para lavar tus pecados y nos habla de dos grandes realidades.

Primero, la realidad y la seriedad de la reacción de Dios contra el pecado. Segundo, la realidad y la grandeza de Su amor, que proveyó el sacrificio a través de la sangre de Jesús. San Pablo escribió: «… el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí» (Gálatas 2:20). Es así de personal. Su sangre fue dada para ti. Él cargó tus pecados, murió tu muerte. Su sangre expió mi pecado y tu pecado. Él es tu donante de sangre.

Oración

Gracias, Señor, porque en tu gran amor, derramas tu sangre. Gracias porque hoy puedo saber que soy amado, perdonado y vivo con la conciencia tranquila.

Añadidos de Pippa

Pippa añade

Hebreos 9:7

«... los pecados de ignorancia cometidos por el pueblo».

Estoy segura de que he cometido muchos de esos pecados por ignorancia, ¡así como muchos otros de los que soy consciente!

Versículo del día

Hebreos 9:14

'Si esto es así, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien por medio del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente!'

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Referencias

Notas:

Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea.

Joyce Meyer, La Biblia de la vida diaria, (Casa Creación, 2013)

Roy Clements, Introducing Jesus, (Kingsway Publications, 1992). Se parafrasea

Tom Wright, Hebrews for Everyone, (SPCK Publishing, 2003) p.116. No está en español.

Joyce Meyer, The Everyday Life Bible, (Faithwords, 2006) p. 2045

Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)

Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.

Notes

In the First World War, a young man had been wounded. The medic who came to treat him said, ‘I’m sorry but you’ve lost your arm’. The young solider replied, ‘Doctor, I didn’t lose it. I gave it.’ (From Introducing Jesus by Roy Clements – quote card).

Joyce Meyer, The Everyday Life Bible, ‘The Spirit could not be poured out on the Day of Pentecost until the blood was poured out on the cross of Calvary’ pg. 2045

Tom Wright reference is Hebrews for Everyone, p.116.

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel

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