Cómo sacar el mayor partido a tu vida
Introducción
«La gente suele preguntar cómo era Madre Teresa»—escribe Shane Claiborne en su libro *Irresistible Revolution \[La revolución irresistible\] — «*a veces es como si se preguntaran si brillaba en la oscuridad y tuviera una aureola. Era pequeña, arrugada y preciosa, quizás incluso era un poco huraña, como una hermosa y sabia abuelita. Pero hay una cosa que nunca olvidaré: sus pies, los cuales estaban deformados».
Cada mañana yo miraba sus pies y me preguntaba si sería que había contraído la lepra. Un día, una hermana me explicó: «Sus pies están deformados porque nos donan la cantidad de zapatos justos para todo el mundo y la madre no quiere que a nadie le toque el peor par, así que rebusca en el montón para conseguírselo para ella. Lo que ha deformado sus pies ha sido tantos años haciendo esto». Lo que ha deformado sus pies ha sido años de amar a su prójimo como ella misma.
Cuando se pregunta a la gente quién es la persona cuya vida admiran más, con mucha frecuencia la respuesta suele ser «Madre Teresa». Ella sacó el mayor partido a su vida. Es una paradoja, pues su vida consistió en negarse a sí misma tomando su cruz para seguir a Jesús.
La vida es un don extraordinario y maravilloso. En la Biblia se nos urge constantemente a no desperdiciar este don y sacar el máximo partido a nuestra vida.
Proverbios 6:1-11
Advertencia contra la insensatez
6Hijo mío, si has salido fiador de tu vecino,
si has hecho tratos para responder por otro,
2 si verbalmente te has comprometido,
enredándote con tus propias palabras,
3 entonces has caído en manos de tu prójimo.
Si quieres librarte, hijo mío, éste es el camino:
Ve corriendo y humíllate ante él;
procura deshacer tu compromiso.
4 No permitas que se duerman tus ojos;
no dejes que tus párpados se cierren.
5 Líbrate, como se libra del cazador la gacela,
como se libra de la trampa el ave.
6 ¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga!
¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría!
7 No tiene quien la mande,
ni quien la vigile ni gobierne;
8 con todo, en el verano almacena provisiones
y durante la cosecha recoge alimentos.
9 Perezoso, ¿cuánto tiempo más seguirás acostado?
¿Cuándo despertarás de tu sueño?
10 Un corto sueño, una breve siesta,
un pequeño descanso, cruzado de brazos ...
11 ¡y te asaltará la pobreza como un bandido,
y la escasez como un hombre armado!
Comentario
Domina la autodisciplina
El libro de los Proverbios te da la sabiduría práctica sobre cómo sacar el mayor partido a tu vida y evitar desperdiciarla cayendo en diferentes trampas. En el pasaje de hoy vemos dos ejemplos:
- Domina tu economía
Nuestra economía es una de las áreas de la vida que requieren autodisciplina. Siempre hay abundantes trampas y engaños económicos tales como una deuda inmanejable, inversiones imprudentes y compromisos insensatos. El autor te urge a que si te has metido en un embrollo financieramente (vv.2-5), hagas todo lo que esté en tu poder para salir de esa situación tan pronto como sea posible, sin perder un minuto (v.3).
Puede que tengamos que humillarnos (v.3b) o reconocer lo que hemos hecho mal (v.3c). Tenemos de hacer todo lo que esté en nuestro poder para liberarnos de estas trampas (v.5). Si no enderezamos nuestra economía esto puede tener un efecto muy perjudicial para nuestra vida y la de nuestra familia.
- Domina tu tiempo
Podemos desperdiciar nuestra vida mediante la falta de autodisciplina. Si no rendimos cuentas, nos podemos volver fácilmente perezosos, lo cual puede tener consecuencias desastrosas (vv.9–11). Podemos aprender autoliderazgo de las hormigas, a las que nadie dice lo que hacer. «No tiene quien la mande, ni quien la vigile ni gobierne», a pesar de lo cual trabajan muy duro, «con todo, en el verano almacena provisiones y durante la cosecha recoge alimentos» (v.8).
Por supuesto, es importante dormir lo suficiente pues nuestros cuerpos necesitan descansar. Pero necesitamos ser cuidadosos para no desperdiciar nuestro tiempo en actividades improductivas.
Oración
Marcos 8:14-9:1
La levadura de los fariseos y la de Herodes
14 A los discípulos se les había olvidado llevar comida, y sólo tenían un pan en la barca.
15 Tengan cuidado —les advirtió Jesús—; ¡ojo con la levadura de los fariseos y con la de Herodes!
16 Ellos comentaban entre sí: «Lo dice porque no tenemos pan.» 17 Al darse cuenta de esto, Jesús les dijo:
—¿Por qué están hablando de que no tienen pan? ¿Todavía no ven ni entienden? ¿Tienen la mente embotada? 18 ¿Es que tienen ojos, pero no ven, y oídos, pero no oyen? ¿Acaso no recuerdan? 19 Cuando partí los cinco panes para los cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos recogieron?
—Doce —respondieron.
20 —Y cuando partí los siete panes para los cuatro mil, ¿cuántas cestas llenas de pedazos recogieron?
—Siete.
21 Entonces concluyó:
—¿Y todavía no entienden?
Jesús sana a un ciego en Betsaida
22 Cuando llegaron a Betsaida, algunas personas le llevaron un ciego a Jesús y le rogaron que lo tocara. 23 Él tomó de la mano al ciego y lo sacó fuera del pueblo. Después de escupirle en los ojos y de poner las manos sobre él, le preguntó:
—¿Puedes ver ahora?
24 El hombre alzó los ojos y dijo:
—Veo gente; parecen árboles que caminan.
25 Entonces le puso de nuevo las manos sobre los ojos, y el ciego fue curado: recobró la vista y comenzó a ver todo con claridad. 26 Jesús lo mandó a su casa con esta advertencia:
—No vayas a entrar en el pueblo.
La confesión de Pedro
27 Jesús y sus discípulos salieron hacia las aldeas de Cesarea de Filipo. En el camino les preguntó:
—¿Quién dice la gente que soy yo?
28 —Unos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que uno de los profetas —contestaron.
29 —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
—Tú eres el Cristo —afirmó Pedro.
30 Jesús les ordenó que no hablaran a nadie acerca de él.
Jesús predice su muerte
31 Luego comenzó a enseñarles:
—El Hijo del hombre tiene que sufrir muchas cosas y ser rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Es necesario que lo maten y que a los tres días resucite.
32 Habló de esto con toda claridad. Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo. 33 Pero Jesús se dio la vuelta, miró a sus discípulos, y reprendió a Pedro.
—¡Aléjate de mí, Satanás! —le dijo—. Tú no piensas en las cosas de Dios sino en las de los hombres.
34 Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos.
—Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga. 35 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la salvará. 36 ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? 37 ¿O qué se puede dar a cambio de la vida? 38 Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
9Y añadió:
—Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto el reino de Dios llegar con poder.
Comentario
Entrega tu vida
Jesús advierte a sus discípulos contra la «levadura» (8:15) de los fariseos y Herodes. «Levadura» era una metáfora común para la expresar la inclinación al mal de los seres humanos la cual, aunque parece una cosa pequeña, no obstante corrompe a toda la persona. Los discípulos seguían sin comprender, pues estaban tan abstraídos por lo físico que no podían ver lo espiritual.
No es que haya nada malo con las cosas físicas en sí mismas. Cuando el ciego quiso tocar a Jesús (v.22) este hizo algo muy físico: escupió en los ojos del hombre y puso sus manos dos veces sobre él (vv.23-25). Oró dos veces hasta que el hombre se sanó por completo. Esto nos anima a seguir orando más de una vez por aquellos que están enfermos.
Finalmente, los discípulos comprenden quién es Jesús: «Tú eres el Cristo» (v.29). «Christos» significa «el Ungido, el Mesías». En la época de Jesús se asociaba este término particularmente con la expectativa de un nuevo rey davídico. No obstante, en el Antiguo Testamento los reyes, sacerdotes y profetas eran todos ungidos. Jesús es el cumplimiento y culminación de todos ellos. Él es el Rey, el Sumo Sacerdote*, el* Profeta.
Aun así, el título de «Mesías» no era adecuado. Jesús prefería usar el título «Hijo del Hombre» (v.31), el cual era un título aún más majestuoso y por lo tanto más propio de él. Contenía la idea del sufrimiento (Daniel 7:21). El «Hijo del Hombre» era también una figura representativa que lo identificaba con los seres humanos.
Después, Jesús comienza a hablar de la cruz (Marcos 8:31). No podemos entender la cruz a menos que comprendamos quién es Jesús. Su enseñanza es tan paradójica, contraria a la lógica y sorprendente que Pedro lo aparta a un lado para reprenderlo (v.32).
Aquí se da un paralelismo con la sanación del ciego, la cual actúa como una parábola visual de la apertura de ojos gradual que experimentaron los discípulos. Primero, los ojos de Pedro están abiertos en lo que concierne a la identidad de Jesús (v.29). Pero solamente entendía a medias; no veía aún la misión de Jesús (vv.31–32). Pedro puede «ver», pero no ver «completamente».
Jesús tiene que explicar a sus discípulos la extraordinaria paradoja que se da cuando queremos sacar el mayor partido a nuestra vida (y él con su vida mostrará el ejemplo supremo de esta paradoja). Les ice que para sacar el mayor partido de tu vida, tienes que entregarla. Tienes que abandonar tu vida en su servicio y el del evangelio: «Quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la salvará» (v.35).
En contraste con esto, prosigue diciendo que es posible «ganar el mundo entero» pero perder la vida (v.36). El actor Jim Carrey declaró lo siguiente: «Creo que todo el mundo tendría que hacerse rico y famoso para hacer todo lo que soñaron hacer, para que así puedan ver que esa no es la respuesta».
Los mayores multimillonarios solamente poseen una porción del mundo. Jesús nos advierte que si nos sentimos tentados a ir por aquel camino, aun si llegáramos a la cima del éxito y ganáramos el mundo entero, podemos desperdiciar nuestra vida y perder nuestra alma (v.36). Nos dice que el camino para ganar la vida es negarte a ti mismo, tomar la cruz y seguirlo (v.34).
Las palabras «negarte a ti mismo» significan decirte que no a ti mismo. La vida cristiana implica el desafío de la negación diaria. El mundo piensa que el camino hacia la vida consiste en no negarte nada a ti mismo. Jesús dice que la verdad es precisamente lo opuesto. El camino para ganar la vida es negarte, tomar tu cruz y seguirlo.
Tú has sido llamado al amor. Tienes que vivir para Dios y para los demás. Y al entregarte a ti mismo, Dios cuidará de tu vida.
La enseñanza de Jesús es radical y revolucionaria. Es lo exactamente opuesto a lo que esperaríamos, pero aun así vemos cómo funciona en la práctica. Aquellos que buscan su propia satisfacción acaban desilusionados e insatisfechos habiendo desperdiciado su vida; aquellos que siguen la enseñanza de Jesús encuentran la vida en toda su plenitud.
Oración
Éxodo 37:1-38:31
El arca
37Bezalel hizo el arca de madera de acacia, de un metro con diez centímetros de largo por setenta centímetros de ancho y setenta centímetros de alto. 2 La recubrió de oro puro por dentro y por fuera, y puso en su derredor una moldura de oro. 3 Fundió cuatro anillos de oro para el arca, y se los ajustó a sus cuatro patas, colocando dos anillos en un lado y dos en el otro. 4 Hizo luego unas varas de madera de acacia, las recubrió de oro, 5 y las pasó a través de los anillos en los costados del arca para poder transportarla.
6 El propiciatorio lo hizo de oro puro, de un metro con diez centímetros de largo por setenta centímetros de ancho. 7 Para los dos extremos del propiciatorio hizo dos querubines de oro trabajado a martillo. 8 Uno de ellos iba en uno de los extremos, y el otro iba en el otro extremo; los hizo de modo que en ambos extremos los dos querubines formaran una sola pieza con el propiciatorio. 9 Los querubines tenían las alas extendidas por encima del propiciatorio, y con ellas lo cubrían. Quedaban el uno frente al otro, mirando hacia el propiciatorio.
La mesa
10 Bezalel hizo la mesa de madera de acacia, de noventa centímetros de largo por cuarenta y cinco centímetros de ancho y setenta centímetros de alto. 11 La recubrió de oro puro y le puso en derredor una moldura de oro. 12 También le hizo un reborde de veinte centímetros de ancho, y alrededor del reborde le puso una moldura de oro. 13 Fundió cuatro anillos de oro para la mesa y se los sujetó a las cuatro esquinas, donde iban las cuatro patas. 14 Los anillos fueron colocados cerca del reborde para pasar por ellos las varas empleadas para transportar la mesa. 15 Esas varas eran de madera de acacia y estaban recubiertas de oro. 16 Los utensilios para la mesa, y sus platos, bandejas, tazones, y jarras para derramar las ofrendas de libación, los hizo de oro puro.
El candelabro
17 Bezalel hizo el candelabro de oro puro labrado a martillo. Su base y su tallo, y sus copas, cálices y flores formaban una sola pieza con él. 18 De los costados del candelabro salían seis brazos, tres de un lado y tres del otro. 19 En cada uno de los seis brazos del candelabro había tres copas en forma de flores de almendro, con cálices y pétalos. 20 El candelabro mismo tenía cuatro copas en forma de flor de almendro, con cálices y pétalos. 21 Debajo del primer par de brazos que salía del candelabro había un cáliz; debajo del segundo par de brazos había un segundo cáliz, y debajo del tercer par de brazos había un tercer cáliz. 22 Los cálices y los brazos formaban una sola pieza con el candelabro, el cual era de oro puro labrado a martillo.
23 Hizo también de oro puro sus siete lámparas, lo mismo que sus cortapabilos y braseros. 24 Para hacer el candelabro y todos sus accesorios, usó treinta y tres kilos de oro puro.
El altar del incienso
25 Bezalel hizo de madera de acacia el altar del incienso. Era cuadrado, de cuarenta y cinco centímetros de largo por cuarenta y cinco centímetros de ancho y noventa centímetros de alto. Sus cuernos formaban una sola pieza con el altar. 26 Recubrió de oro puro su parte superior, sus cuatro costados y sus cuernos, y en su derredor le puso una moldura de oro. 27 Debajo de la moldura le puso dos anillos de oro, es decir, dos en cada uno de sus costados, para pasar por ellos las varas empleadas para transportarlo. 28 Las varas eran de madera de acacia, y las recubrió de oro.
29 Bezalel hizo también el aceite de la unción sagrada y el incienso puro y aromático, como lo hacen los fabricantes de perfumes.
El altar de los holocaustos
38Bezalel hizo de madera de acacia el altar de los holocaustos. Era cuadrado, de dos metros con treinta centímetros por lado, y de un metro con treinta centímetros de alto. 2 Puso un cuerno en cada una de sus cuatro esquinas, los cuales formaban una sola pieza con el altar, y el altar lo recubrió de bronce. 3 Hizo de bronce todos sus utensilios: sus portacenizas, sus tenazas, sus aspersorios, sus tridentes y sus braseros. 4 Hizo también un enrejado para el altar —una rejilla de bronce—, y la puso bajo el reborde inferior del altar, a media altura del mismo. 5 Fundió cuatro anillos de bronce para las cuatro esquinas del enrejado de bronce, para pasar por ellos las varas; 6 hizo las varas de madera de acacia, las recubrió de bronce 7 y las introdujo en los anillos, de modo que quedaron a los dos costados del altar para poder transportarlo. El altar lo hizo hueco y de tablas. 8 Además, con el bronce de los espejos de las mujeres que servían a la entrada de la Tienda de reunión, hizo el lavamanos y su pedestal.
El atrio
9 Después hicieron el atrio. El lado sur medía cuarenta y cinco metros de largo, y tenía cortinas de lino fino, 10 veinte postes y veinte bases de bronce, con ganchos y empalmes de plata en los postes. 11 El lado norte medía también cuarenta y cinco metros de largo, y tenía veinte postes y veinte bases de bronce, con ganchos y empalmes de plata en los postes.
12 El lado occidental medía veintidós metros y medio de ancho, y tenía cortinas y diez postes y diez bases, con ganchos y empalmes de plata en los postes. 13 Por el lado oriental, hacia la salida del sol, medía también veintidós metros y medio de ancho. 14 A un lado de la entrada había cortinas de siete metros de largo, tres postes y tres bases, 15 y al otro lado de la entrada había también cortinas de siete metros de largo, tres postes y tres bases. 16 Todas las cortinas que rodeaban el atrio eran de lino fino. 17 Las bases para los postes eran de bronce, los ganchos y los empalmes en los postes eran de plata, y sus capiteles estaban recubiertos de plata. Todos los postes del atrio tenían empalmes de plata.
18 La cortina a la entrada del atrio era de lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, y de lino fino, recamada artísticamente. Medía nueve metros de largo por dos metros con treinta centímetros de alto, como las cortinas del atrio, 19 y tenía cuatro postes y cuatro bases de bronce. Sus ganchos y sus empalmes eran de plata, y sus capiteles estaban recubiertos de plata. 20 Todas las estacas del toldo para el santuario y del atrio que lo rodeaba eran de bronce.
Los materiales usados
21 Éstas son las cantidades de los materiales usados para el santuario del pacto. Los levitas hicieron este registro por orden de Moisés y bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. 22 Bezalel, hijo de Uri y nieto de Jur, de la tribu de Judá, hizo todo lo que el Señor le ordenó a Moisés. 23 Con él estaba Aholiab hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, que era artesano, diseñador y recamador en lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, y en lino.
24 El total del oro dado como ofrenda y empleado en toda la obra del santuario era de una tonelada, según la tasación oficial del santuario.
25 La plata entregada por los miembros de la comunidad contados en el censo llegó a tres toneladas y media, según la tasación oficial del santuario. 26 Todos los mayores de veinte años de edad que fueron censados llegaron a un total de seiscientos tres mil quinientos cincuenta, y cada uno de ellos dio seis gramos de plata, según la tasación oficial del santuario. 27 Tres mil trescientos kilos de plata se emplearon en las cien bases fundidas para el santuario y para la cortina, de modo que cada base pesaba treinta y tres kilos. 28 La plata restante se empleó en hacer los ganchos para los postes y recubrir los capiteles de los postes, y para hacer sus empalmes.
29 El total del bronce dado como ofrenda fue de dos mil trescientos cuarenta kilos, 30 y se empleó en las bases para la entrada de la Tienda de reunión, en el altar de bronce con su enrejado de bronce y todos sus utensilios, 31 en las bases para el atrio y la entrada al atrio, y en todas las estacas del toldo para el santuario y para el atrio que lo rodeaba.
Comentario
Sirve a Dios en el trabajo
Para servir a Dios de todo corazón no hace falta que dejes tu trabajo. En la vida de Bezalel vemos un ejemplo de alguien que sacó el mayor partido a su vida sirviendo a Dios en su puesto de trabajo.
Dios llena a su pueblo con el Espíritu para el trabajo: «Lo he llenado del Espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y capacidad creativa para hacer trabajos artísticos \[...\] para realizar toda clase de artesanías» (31:3–5).
Bezalel era escultor. Fue elegido por Dios para construir el tabernáculo (37:1; ver también 31:1–5). Respondió al llamado de Dios e «hizo todo lo que el Señor le ordenó a Moisés» (38:22). Trabajó en un equipo que incluía a un diseñador llamado Aholiab (v.23) y logró grandes cosas para Dios. La clave de su éxito fue ser un hombre lleno «del Espíritu de Dios» (31:3; 35:31).
Es posible ser un músico, un escritor o un artista talentoso sin estar lleno del Espíritu. Pero cuando el Espíritu de Dios llena a gente para esas tareas, su trabajo adquiere una nueva dimensión y tiene un impacto espiritual mucho más grande. Puede ser así incluso cuando la habilidad natural del músico o del artista no sea particularmente sobresaliente y los corazones son tocados y las vidas cambiadas. Sin lugar a dudas, algo así ocurrió por medio de Bezalel.
Oración
Añadidos de Pippa
Pippa añade
Proverbios 6:10–11
«Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado de brazos...».
Esto suena muy bien, pero el versículo 11 termina con una desagradable sorpresa: «... ¡y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez como un hombre armado!»
No queremos ser sorprendidos durmiendo la siesta y perdernos aquello que Dios guarda para nosotros.
Versículo del día
Marcos 8:36
'¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?'
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Referencias
Notas:
Shane Claiborne, Irresistible Revolution, (Zondervan, 2006) p.121
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