Día 364

La esposa

Sabiduría Proverbios 31:21-31
Nuevo Testamento Apocalipsis 21:1-27
Antiguo Testamento Nehemías 11:22-12:47

Introducción

Suelo emocionarme en las bodas. Cuando celebré como párroco la boda de mi ahijada, las lágrimas me corrían por las mejillas. Después, su padre pronunció un discurso en el que dijo: «Cuando estás llevando a tu hija al altar, esperas que el pastor sea “una roca”», pero en vez de eso se encontró con que ¡yo estaba hecho «una magdalena»!

Cuando llegó la boda de una nuestras hijas, estaba determinado a guardar la compostura. ¡Lo estaba haciendo bien hasta media hora antes de la boda! Entonces, fui al piso de arriba y la vi en su traje de novia y en ese momento perdí la compostura.

Esta poderosa y hermosa imagen de «la novia» es la que se usa para describir a la iglesia del Nuevo Testamento (Efesios 5:22-32). También es usada en el pasaje del Nuevo Testamento de hoy para la iglesia del futuro, la cual sale de Dios desde cielo «preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido» (Apocalipsis 21:2). Esta imagen de la novia, la Nueva Jerusalén, es prefigurada de diferentes maneras en los pasajes de hoy del Nuevo y del Antiguo Testamento.

Sabiduría

Proverbios 31:21-31

21 Si nieva, no tiene que preocuparse de su familia,
pues todos están bien abrigados.
22 Las colchas las cose ella misma,
y se viste de púrpura y lino fino.
23 Su esposo es respetado en la comunidad;
ocupa un puesto entre las autoridades del lugar.
24 Confecciona ropa de lino y la vende;
provee cinturones a los comerciantes.
25 Se reviste de fuerza y dignidad,
y afronta segura el porvenir.
26 Cuando habla, lo hace con sabiduría;
cuando instruye, lo hace con amor.
27 Está atenta a la marcha de su hogar,
y el pan que come no es fruto del ocio.
28 Sus hijos se levantan y la felicitan;
también su esposo la alaba:
29 «Muchas mujeres han realizado proezas,
pero tú las superas a todas.»
30 Engañoso es el encanto y pasajera la belleza;
la mujer que teme al Señor es digna de alabanza.
31 ¡Sean reconocidos sus logros,
y públicamente alabadas sus obras!

Comentario

1. La novia de la que estar orgulloso

Cuando leas las características de una «buena esposa», date cuenta de que mucho de esto no se aplica solamente a las esposas; ni siquiera solamente a las mujeres. Al ser la novia de Cristo se nos aplica a todos, hombres y mujeres, casados y solteros. Así es como debería ser la iglesia y como un día será por medio de Jesús.

Esta descripción de la «mujer de noble carácter» es el modelo de la esposa humana. Ella mantiene abrigada a su familia (v.21) y está bien vestida (v.22b). Su esposo es respetado a causa de ella (v.23a). Sus negocios florecen (v.24) y está revestida de fuerza y dignidad (v.25a). Puede afrontar el futuro con confianza y alegría (v.25b).

Sus palabras están llenas de sabiduría (v.26). «Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor» (v.26). ¡Qué gran modelo! Evita palabras que estén llenas de odio, ira, resentimiento y desconfianza; pronuncia solamente palabras amables.

Ella cuida de los asuntos de su casa y «el pan que come no es fruto del ocio» (cotilleos, descontento y conmiseración) (v.27).

Sus hijos «se levantan y la felicitan» (v.28a). Abraham Lincoln dijo: «Ningún hombre que haya tenido una madre piadosa es pobre». Ella no solo es apreciada por sus hijos; su esposo también la ensalza y dice: «Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú las superas a todas» (vv.28b-29).

Los últimos versículos se centran en todas las mujeres: «Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza. ¡Sean reconocidos sus logros, y públicamente alabadas sus obras!» (vv.30-31).

Oración

Padre, gracias por esta imagen de cómo debería ser la iglesia, la novia de Cristo. Ayúdanos a ser el tipo de iglesia de la que Jesús esté orgulloso.
Nuevo Testamento

Apocalipsis 21:1-27

La nueva Jerusalén

21Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. 2 Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido. 3 Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. 4 Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.»

5 El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!» Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza.»

6 También me dijo: «Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El que salga vencedor heredará todo esto, y yo seré su Dios y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mágicas, los idólatras y todos los mentirosos recibirán como herencia el lago de fuego y azufre. Ésta es la segunda muerte.»

9 Se acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas con las últimas siete plagas. Me habló así: «Ven, que te voy a presentar a la novia, la esposa del Cordero.» 10 Me llevó en el Espíritu a una montaña grande y elevada, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios. 11 Resplandecía con la gloria de Dios, y su brillo era como el de una piedra preciosa, semejante a una piedra de jaspe transparente. 12 Tenía una muralla grande y alta, y doce puertas custodiadas por doce ángeles, en las que estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel. 13 Tres puertas daban al este, tres al norte, tres al sur y tres al oeste. 14 La muralla de la ciudad tenía doce cimientos, en los que estaban los nombres de los doce apóstoles del Cordero.

15 El ángel que hablaba conmigo llevaba una caña de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla. 16 La ciudad era cuadrada; medía lo mismo de largo que de ancho. El ángel midió la ciudad con la caña, y tenía dos mil doscientos kilómetros: su longitud, su anchura y su altura eran iguales. 17 Midió también la muralla, y tenía sesenta y cinco metros, según las medidas humanas que el ángel empleaba. 18 La muralla estaba hecha de jaspe, y la ciudad era de oro puro, semejante a cristal pulido. 19 Los cimientos de la muralla de la ciudad estaban decorados con toda clase de piedras preciosas: el primero con jaspe, el segundo con zafiro, el tercero con ágata, el cuarto con esmeralda, 20 el quinto con ónice, el sexto con cornalina, el séptimo con crisólito, el octavo con berilo, el noveno con topacio, el décimo con crisoprasa, el undécimo con jacinto y el duodécimo con amatista. 21 Las doce puertas eran doce perlas, y cada puerta estaba hecha de una sola perla. La calle principal de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente.

22 No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo. 23 La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24 Las naciones caminarán a la luz de la ciudad, y los reyes de la tierra le entregarán sus espléndidas riquezas. 25 Sus puertas estarán abiertas todo el día, pues allí no habrá noche. 26 Y llevarán a ella todas las riquezas y el honor de las naciones. 27 Nunca entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los farsantes, sino sólo aquellos que tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero.

Comentario

2. La novia preparada

¿Qué deparará el futuro? ¿Cómo será el «cielo»? La respuesta del Nuevo Testamento es que no solo será el «cielo» sino «un cielo nuevo y una tierra nueva» (v.1a). El cielo nuevo y la tierra nueva son muy reales y sólidos.

Este pasaje contiene una paradoja acerca de la nueva creación. Habrá «un cielo nuevo y una tierra nueva»; pero Cristo dice: «¡Yo hago nuevas todas las cosas!» (v.5) no «hago todas las cosas nuevas». Esta es una indicación de la continuidad con esta creación. Esto es lo que Martín Lutero dijo: «Si supiera que el mundo va a acabarse mañana, hoy plantaría un árbol». Esto tiene enormes implicaciones para nuestra comprensión de la resurrección (y también sobre cómo tratamos el medioambiente en el ahora).

En este cielo nuevo y esta nueva tierra, Juan ve a la iglesia (nosotros) tal cual será. Ve la «ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido» (v.2). Uno de los ángeles dice: «Ven, que te voy a presentar a la novia, la esposa del Cordero» (v.9).

Jesús satisfará tu sed de Dios: «También me dijo: “Ya todo está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida”» (v.6).

Habrá una nueva relación con Dios. Hoy, experimentas un anticipo de esto por medio de la inhabitación de la presencia de Dios en la iglesia por Su Espíritu. En ese gran día serás llevado al lugar de la completa intimidad con Jesús. Toma la relación más hermosa que hayas visto jamás, multiplícala por un millón, y tendrás una idea de la absoluta belleza de la relación que experimentarás con Dios en la eternidad.

La iglesia no tendrá simplemente una relación perfecta con Dios, sino que será hecha perfecta. La descripción de esta «novia» es una de belleza deslumbrante: «Resplandecía con la gloria de Dios, y su brillo era como el de una piedra preciosa, semejante a una piedra de jaspe transparente» (v.11).

Este es el lugar para la iglesia completada (los «doce apóstoles del Cordero»), con sus raíces en el Antiguo Testamento (las «doce tribus de Israel», vv.12-14). La ciudad es un cubo perfecto (vv.15-16). Es absolutamente hermosa, pacífica y totalmente segura (vv.17-21).

Se dan seis ausencias notables:

  1. No hay sufrimiento
    El mismo Dios estará contigo y enjugará toda lágrima de tus ojos (vv.3b-4a). Ya no habrá más sufrimiento, enfermedad ni tristeza.

  2. No hay muerte
    Ya no habrá más muerte, ni duelo, ni llanto ni dolor (v.4b). No habrá más hospitales, ni bastones, ni funerales ni cementerios.

  3. No hay templo

No hay señal de ningún templo: «No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo» (v.22).

  1. No hay sol

No hace falta que el sol ni la luna alumbren «porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera» (v.23). La nación caminará bajo su luz y los reyes de la tierra traerán su esplendor a ella.

  1. No hay noche

Allí no hay noche: «Sus puertas estarán abiertas todo el día, pues allí no habrá noche» (v.25).

  1. No hay impureza

Aquellos que elijan continuar llevando una vida que destruye a los demás, no tendrán lugar en esta herencia (vv.7-8): «Nunca entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los farsantes, sino solo aquellos que tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero» (v.27). Nada será arruinado por el pecado y todo será absolutamente perfecto.

¿Estás pasando por un momento difícil ahora mismo? Un día tus penas se terminarán. Mientras tanto, Dios está contigo y te dará un anticipo del futuro, Su fuerza para hoy y Su esperanza para el mañana.

Esta esperanza es consuelo y fuerza para aquellos que están pasando privaciones y dificultades en el presente (por ejemplo, Romanos 8:18), así como una inspiración para vivir una vida santa en anticipación de lo que ha de venir (por ejemplo, 1 Juan 2:28).

San Agustín explica cómo deberíamos responder a esta esperanza de futuro: «Aquel que ama la venida del Señor no es el que afirma que esta dista mucho, ni el que dice que está cerca, sino más bien aquel que, ya esté cercana o lejana, aguarda con fe sincera, esperanza firme, y amor ferviente».

Oración

Señor, gracias por la sorprendente esperanza para el futuro. Ayúdame a aguardar con fe sincera, esperanza firme y amor ferviente.
Antiguo Testamento

Nehemías 11:22-12:47

22 El jefe de los levitas que estaban en Jerusalén era Uzi hijo de Baní, hijo de Jasabías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, uno de los descendientes de Asaf. Éstos tenían a su cargo el canto en el servicio del templo de Dios. 23 Una orden real y un reglamento establecían los deberes diarios de los cantores.

24 Para atender a todos los asuntos del pueblo, el rey había nombrado como su representante a Petaías hijo de Mesezabel, que era uno de los descendientes de Zera hijo de Judá.

Otras ciudades habitadas

25 Algunos judíos se establecieron en las siguientes ciudades con sus poblaciones: Quiriat Arbá, Dibón, Yecabsel, 26 Jesúa, Moladá, Bet Pelet, 27 Jazar Súal, Berseba, 28 Siclag, Mecona, 29 Enrimón, Zora, Jarmut, 30 Zanoa, Adulán, Laquis y Azeca, es decir, desde Berseba hasta el valle de Hinón.

31 Los benjaminitas se establecieron en Gueba, Micmás, Aías, Betel y sus poblaciones, 32 Anatot, Nob, Ananías, 33 Jazor, Ramá, Guitayin, 34 Jadid, Seboyín, Nebalat, 35 Lod y Ono, y en el valle de los Artesanos.

36 Algunos levitas de Judá se unieron a los benjaminitas.

Sacerdotes y levitas repatriados

12Éstos son los sacerdotes y los levitas que regresaron con Zorobabel hijo de Salatiel, y con Jesúa:

Seraías, Jeremías, Esdras,

2 Amarías, Maluc, Jatús,

3 Secanías, Rejún, Meremot,

4 Idó, Guinetón, Abías,

5 Mijamín, Madías, Bilgá,

6 Semaías, Joyarib, Jedaías,

7 Salú, Amoc, Jilquías y Jedaías.

Éstos eran los jefes de los sacerdotes y de sus parientes en los días de Jesúa.

8 Los levitas eran Jesúa, Binuy, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías, quien dirigía las acciones de gracias junto con sus hermanos; 9 Bacbuquías y Uni, sus hermanos, se colocaban frente a ellos en los servicios.

10 Los descendientes de Jesúa eran Joaquim, Eliasib, Joyadá, 11 Johanán y Jadúa.

12 Los jefes de las familias sacerdotales, en la época de Joaquim, eran:

de Seraías: Meraías;

de Jeremías: Jananías;

13 de Esdras: Mesulán;

de Amarías: Johanán;

14 de Melicú: Jonatán;

de Sebanías: José;

15 de Jarín: Adná;

de Merayot: Jelcay;

16 de Idó: Zacarías;

de Guinetón: Mesulán;

17 de Abías: Zicrí;

de Minjamín;

de Moadías: Piltay;

18 de Bilgá: Samúa;

de Semaías: Jonatán;

19 de Joyarib: Matenay;

de Jedaías: Uzi;

20 de Salay: Calay;

de Amoc: Éber;

21 de Jilquías: Jasabías;

de Jedaías: Natanael.

22 Los jefes de familia de los levitas y de los sacerdotes en tiempos de Eliasib, Joyadá, Johanán y Jadúa fueron inscritos durante el reinado de Darío el persa. 23 Los jefes de familia de los levitas hasta los días de Johanán hijo de Eliasib fueron inscritos en el libro de las crónicas. 24 Los jefes de los levitas eran Jasabías, Serebías y Jesúa hijo de Cadmiel. Cuando les llegaba el turno de servicio, sus parientes se colocaban frente a ellos para la alabanza y la acción de gracias, según lo establecido por David, hombre de Dios.

25 Matanías, Bacbuquías, Abdías, Mesulán, Talmón y Acub eran los porteros que montaban la guardia en los almacenes cercanos a las puertas. 26 Todos éstos vivieron en tiempos de Joaquim, hijo de Jesúa y nieto de Josadac, y en tiempos del gobernador Nehemías y del sacerdote y maestro Esdras.

Dedicación de la muralla

27 Cuando llegó el momento de dedicar la muralla, buscaron a los levitas en todos los lugares donde vivían, y los llevaron a Jerusalén para celebrar la dedicación con cánticos de acción de gracias, al son de címbalos, arpas y liras. 28 Entonces se reunieron los cantores de los alrededores de Jerusalén y de las aldeas de Netofa 29 y Bet Guilgal, así como de los campos de Gueba y de Azmávet, ya que los cantores se habían construido aldeas alrededor de Jerusalén. 30 Después de purificarse a sí mismos, los sacerdotes y los levitas purificaron también a la gente, las puertas y la muralla.

31 Luego hice que los jefes de Judá subieran a la muralla, y organicé dos grandes coros. Uno de ellos marchaba sobre la muralla hacia la derecha, rumbo a la puerta del Basurero, 32 seguido de Osaías, la mitad de los jefes de Judá, 33 Azarías, Esdras, Mesulán, 34 Judá, Benjamín, Semaías y Jeremías. 35 A éstos los acompañaban los siguientes sacerdotes, que llevaban trompetas: Zacarías hijo de Jonatán, hijo de Semaías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, hijo de Zacur, hijo de Asaf, 36 y sus parientes Semaías, Azarel, Milalay, Guilalay, May, Natanael, Judá y Jananí, que llevaban los instrumentos musicales de David, hombre de Dios. Al frente de ellos iba Esdras. 37 Al llegar a la puerta de la Fuente, subieron derecho por las gradas de la Ciudad de David, por la cuesta de la muralla, pasando junto al palacio de David, hasta la puerta del Agua, al este de la ciudad.

38 El segundo coro marchaba en dirección opuesta, a lo largo de la torre de los Hornos hasta el muro Ancho. Yo iba detrás, sobre la muralla, junto con la otra mitad de la gente. 39 Pasamos por encima de la puerta de Efraín, la de Jesaná y la de los Pescados; por la torre de Jananel y la de los Cien, y por la puerta de las Ovejas, hasta llegar a la puerta de la Guardia. Allí nos detuvimos. 40 Los dos coros ocuparon sus sitios en el templo de Dios. Lo mismo hicimos yo, la mitad de los oficiales del pueblo, 41 y los sacerdotes Eliaquín, Maseías, Minjamín, Micaías, Elihoenay, Zacarías, Jananías, 42 Maseías, Semaías, Eleazar, Uzi, Johanán, Malquías, Elam y Ezer. En seguida los cantores empezaron a cantar a toda voz, dirigidos por Izraías.

43 Ese día se ofrecieron muchos sacrificios y hubo fiesta, porque Dios los llenó de alegría. Hasta las mujeres y los niños participaron. Era tal el regocijo de Jerusalén que se oía desde lejos.

Contribución para los sacerdotes y levitas

44 Aquel día se nombró a los encargados de los depósitos donde se almacenaban los tesoros, las ofrendas, las primicias y los diezmos, para que depositaran en ellos las contribuciones que provenían de los campos de cada población y que, según la ley, les correspondían a los sacerdotes y a los levitas. La gente de Judá estaba contenta con el servicio que prestaban los sacerdotes y levitas, 45 quienes según lo establecido por David y su hijo Salomón se ocupaban del servicio de su Dios y del servicio de purificación, junto con los cantores y los porteros. 46 Por mucho tiempo, desde los días de David y de Asaf, había directores de coro y cánticos de alabanza y de acción de gracias a Dios. 47 En la época de Zorobabel y de Nehemías, todos los días los israelitas entregaban las porciones correspondientes a los cantores y a los porteros. Así mismo daban las ofrendas sagradas para los demás levitas, y los levitas a su vez les entregaban a los hijos de Aarón lo que a éstos les correspondía.

Comentario

3. La novia prefigurada

Las celebraciones son importantes. Un día habrá una celebración masiva y eterna. Cuando la iglesia se reúne, nuestra celebración es un anticipo de la gran celebración que ha de llegar. Todo esto viene prefigurado en el Antiguo Testamento.

La ciudad de Jerusalén anticipa y prefigura lo que ha de venir. La nueva Jerusalén es la iglesia, glorificada y triunfante: «La novia, la esposa del Cordero» (Apocalipsis 21:9-10).

En el Antiguo Testamento se presta mucha atención a Jerusalén. Es por esto por lo que hubo tanta alegría y celebración cuando se reconstruyó Jerusalén. Sucedió una gran celebración, con «cánticos de acción de gracias, al son de címbalos, arpas y liras» (Nehemías 12:27).

El gozo de la nueva Jerusalén también se anticipa en la gran alabanza celebrativa dirigida por dos grandes coros (Nehemías 12:31 en adelante): «Ese día se ofrecieron muchos sacrificios y hubo fiesta, porque Dios los llenó de alegría. Hasta las mujeres y los niños participaron. Era tal el regocijo de Jerusalén que se oía desde lejos» (v.43).

Señor, gracias por la gran alegría, alabanza y celebración de la que disfrutaremos toda la eternidad en la nueva Jerusalén, que vendrá del cielo desde Dios, preparada como una novia bellamente engalanada para su esposo (Apocalipsis 21:2).

Oración

Señor, gracias por la gran alegría, alabanza y celebración de la que disfrutaremos toda la eternidad en la nueva Jerusalén, que vendrá del cielo desde Dios, preparada como una novia bellamente engalanada para su esposo (Apocalipsis 21:2).

Añadidos de Pippa

Pippa Adds

Proverbios 31:23

La «esposa de noble carácter» está extraordinariamente ocupada haciéndolo todo. Me impresiona menos su esposo quien «ocupa un puesto entre las autoridades del lugar». ¡A mí me suena a mucho decir y poco hacer!

Versículo del día

Proverbios 31:30

'Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza.'

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Referencias

Notas:

Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea

Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. «NIV» is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)

Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.

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