Día 363

Tu corona está llegando

Sabiduría Salmos 149:1-9
Nuevo Testamento Apocalipsis 20:1-15
Antiguo Testamento Nehemías 9:38-11:21

Introducción

La coronación de la reina Isabel II tuvo lugar el 2 de junio de 1953 en la abadía de Westminster. Le fue dada una Biblia, luego fue ungida, y posteriormente fue coronada por el arzobispo de Canterbury.

Sus bodas de diamante consistieron en una celebración multinacional de sus sesenta años de ascensión al trono. La culminación de la celebración fue un fin de semana en junio de 2013 repleto de fiestas en la calle y conciertos, un servicio especial de acción de gracias y el mayor desfile fluvial en 300 años. Todo el país se unió para celebrar los sesenta años en el trono de la reina. Ahora, después de sesenta y cuatro años, es la monarca británica cuyo reinado ha sido más longevo en toda la historia.

De acuerdo con el Nuevo Testamento todo cristiano será coronado, reinará aún por más tiempo, y habrá una causa de celebración y regocijo aún mayor que la de ningún gobernante de la tierra. Reinarás con Cristo (Apocalipsis 20:4,6). ¿Cuál es el significado de esto? ¿Quién reina con él? ¿Cuándo empieza este reinado?

Sabiduría

Salmos 149:1-9

Salmo 149

1 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Canten al Señor un cántico nuevo,
alábenlo en la comunidad de los fieles.

2 Que se alegre Israel por su creador;
que se regocijen los hijos de Sión por su rey.
3 Que alaben su nombre con danzas;
que le canten salmos al son de la lira y el pandero.
4 Porque el Señor se complace en su pueblo;
a los humildes concede el honor de la victoria.
5 Que se alegren los fieles por su triunfo;
que aun en sus camas griten de júbilo.

6 Que broten de su garganta alabanzas a Dios,
y haya en sus manos una espada de dos filos
7 para que tomen venganza de las naciones
y castiguen a los pueblos;
8 para que sujeten a sus reyes con cadenas,
a sus nobles con grilletes de hierro;
9 para que se cumpla en ellos la sentencia escrita.
¡Ésta será la gloria de todos sus fieles!

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Comentario

1. Disfruta el honor de ser coronado por el Señor

El pueblo de Dios está llamado a celebrar con Su soberano creador, el Rey (v.2), a alabarlo con danzas y tocar música para Él (vv.2-3).

La razón que se da es que «porque el Señor se deleita en su pueblo; él corona al humilde con victoria. Que los fieles se alegren de que él los honra; que canten de alegría mientras descansan en sus camas» (vv.4–5, NTV). En palabras de The Message, «Todos los que aman a Dios» se «sentarán en el puesto de honor» (v.9, MSG). Aquí vemos una pista (en la coronación de Su pueblo) del reinado con Cristo.

Dios se complace en compartir Sus bendiciones contigo, y estos versículos son un recordatorio de lo mucho que has recibido de Él. Puedes gozarte en la «corona» de salvación y regocijarte en el honor de tener una relación con Él.

El salmista prosigue diciendo que el pueblo de Dios ejecutará la sentencia («una espada de dos filos en sus manos», v.6b). En nuestro pasaje del Nuevo Testamento de hoy, vemos que el pueblo de Dios acompañará a Cristo en el juicio (Apocalipsis 19:11 en adelante). Las armas no son espadas literalmente, sino la espada de dos filos de la palabra de Dios (Hebreos 4:12).

Esta maravillosa responsabilidad y este gran honor podrían llevar fácilmente al orgullo. Pero Él «corona al humilde» (Salmo 149:4, NTV). No nos hemos ganado nuestra salvación ni tampoco nos hemos ganado el derecho a reinar con Cristo; también esto es un don extraordinario.

Oración

Señor, gracias porque Tú me coronas con la salvación. Gracias porque me llamas a reinar contigo. Gracias porque eres mi Rey y me llamas a ser coheredero con Cristo.
Nuevo Testamento

Apocalipsis 20:1-15

Los mil años

20Vi además a un ángel que bajaba del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. 2 Sujetó al dragón, a aquella serpiente antigua que es el diablo y Satanás, y lo encadenó por mil años. 3 Lo arrojó al abismo, lo encerró y tapó la salida para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años. Después habrá de ser soltado por algún tiempo.

4 Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar. Vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. No habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años. 5 Ésta es la primera resurrección; los demás muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años. 6 Dichosos y santos los que tienen parte en la primera resurrección. La segunda muerte no tiene poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Juicio final de Satanás

7 Cuando se cumplan los mil años, Satanás será liberado de su prisión, 8 y saldrá para engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra —a Gog y a Magog—, a fin de reunirlas para la batalla. Su número será como el de las arenas del mar. 9 Marcharán a lo largo y a lo ancho de la tierra, y rodearán el campamento del pueblo de Dios, la ciudad que él ama. Pero caerá fuego del cielo y los consumirá por completo. 10 El diablo, que los había engañado, será arrojado al lago de fuego y azufre, donde también habrán sido arrojados la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

Juicio de los muertos

11 Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno. 12 Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. 13 El mar devolvió sus muertos; la muerte y el infierno devolvieron los suyos; y cada uno fue juzgado según lo que había hecho. 14 La muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. 15 Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego.

Comentario

2. Experimenta tu reinado con Cristo ahora

Sea como sea que interpretemos los detalles específicos de este pasaje, son claramente noticias extraordinarias: Cristo volverá, Satán será arrojado y tú reinarás con Jesús y experimentarás la vida eterna. ¡Esto es algo que merece la pena celebrar!

Este pasaje del libro de Apocalipsis es notoriamente difícil. Se han escrito muchos libros, comentarios y novelas sobre el «milenarismo» y cuándo sucederá «el rapto». Sobre este tema hay opiniones apasionadas y, tristemente, se dan divisiones en la iglesia por causa del mismo. Es por tanto con algo de temblor que expreso aquí mi punto de vista no taxativo sobre el asunto.

Un milenio es un periodo de tiempo igual a 1000 años. Deriva del latín mille (miles) y annus (año). Aquí se menciona un periodo de «mil años» (vv.2-7). ¿Cuándo es este periodo de mil años? Hablando de manera general, se han dado tres opiniones al respecto:

  1. Post-milenarismo

Esta postura dice que el retorno de Cristo no sucederá hasta que el reino de Dios haya sido establecido por la iglesia en la historia humana durante mil años.

  1. Pre-milenarismo

Esta es la postura que dice que la venida de Cristo será seguida por la sujeción de Satanás y la resurrección de los santos que serán «raptados» uniéndose a él en un reino temporal donde él reinara sobre la tierra durante mil años. Este reino milenario terminará con una rebelión final y el juicio final.

  1. A-milenarismo

Esta postura dice que los mil años es el periodo entre la primera y la segunda venida de Cristo, entendiendo que el periodo de mil años es metafórico (no literal) y que el rapto sucederá cuando regrese Cristo.

Sin lugar a dudas, en este asunto hay espacio para la diferencia de opinión entre cristianos. Personalmente, pienso que las tres posturas comportan ciertas dificultades, pero cuando leemos este pasaje en el contexto del resto del Nuevo Testamento y la Biblia como un todo, asumo la postura de que, a pesar de todos los argumentos en contra de ello, el «a-milenarismo» es lo que mejor encaja con las pruebas.

Como hemos visto, gran parte del lenguaje usado en este libro final de la Biblia es apocalíptico y no está hecho para ser usado literalmente. Los «mil años» equivalen a un periodo muy largo e indeterminado de tiempo. ¿Cuáles son las pruebas de que este período de mil años ha comenzado?

Primero, Satanás está sujeto (v.2). El demonio es descrito como el «dragón, a aquella serpiente antigua que es el diablo y Satanás» (v.2). Con su venida, Jesús derrotó a Satanás. Él ató al «hombre fuerte» (Marcos 3:27; Mateo 12:29). En la cruz, Satanás fue derrotado, arrojado «al abismo», donde «lo encerró y tapó la salida» (Apocalipsis 20:3).

Segundo, las naciones ya no son engañadas durante este periodo: «Para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años» (v.3). Esa es la era de la iglesia, cuando el evangelio es predicado a todas las naciones. Millones, y ahora billones, profesan el nombre de Cristo. Sus ojos han sido abiertos a la buena noticia de Jesús.

Tercero, de acuerdo con el apóstol Pablo, ya estamos reinando con Cristo. Los mártires resucitados y el pueblo de Dios reinan con Cristo durante mil años «Entonces vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar \[…\] reinaron con Cristo mil años» (v.4). Como san Pablo lo expresó: «En unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales» (Efesios 2:6).

Cuarto, estamos llamados a reinar como «sacerdotes de Dios y de Cristo» (Apocalipsis 20:6). Este sacerdocio de todos los creyentes ya ha comenzado. Estamos llamados a ser un «sacerdocio santo» (1 Pedro 2:5). De hecho, Pedro se refiere a nosotros como un «sacerdocio real» (v.9).

Al final de este periodo, Satanás será «liberado de su prisión» (Apocalipsis 20:7) y tendrá lugar la batalla final. Una vez más, vemos que en realidad no habrá ninguna batalla. Más bien, será la manifestación de la victoria que Jesús ya ha conseguido. La destrucción del mal será completa (vv.8-10) y entonces tendrá lugar el juicio final (vv.11-15).

Oración

Señor, gracias porque nos has levantado con Cristo y nos has sentado con él en los dominios celestiales. Ayúdame a sacar el mayor partido a cada oportunidad de llevar la buena noticia a las naciones.
Antiguo Testamento

Nehemías 9:38-11:21

38 »Por todo esto, nosotros hacemos este pacto y lo ponemos por escrito, firmado por nuestros gobernantes, levitas y sacerdotes.»

El pueblo se compromete a obedecer la ley

10La siguiente es la lista de los que firmaron:

Nehemías hijo de Jacalías, que era el gobernador;

Sedequías, 2 Seraías, Azarías, Jeremías,

3 Pasur, Amarías, Malquías,

4 Jatús, Sebanías, Maluc,

5 Jarín, Meremot, Abdías,

6 Daniel, Guinetón, Baruc,

7 Mesulán, Abías, Mijamín,

8 Maazías, Bilgay y Semaías.

Éstos eran los sacerdotes.

9 Los levitas:

Jesúa hijo de Azanías, Binuy, de los descendientes de Henadad, Cadmiel,

10 y sus hermanos Sebanías,

Hodías, Quelitá, Pelaías, Janán,

11 Micaías, Rejob, Jasabías,

12 Zacur, Serebías, Sebanías,

13 Hodías, Baní y Beninu.

14 Los jefes del pueblo:

Parós, Pajat Moab, Elam, Zatú, Baní,

15 Buní, Azgad, Bebay,

16 Adonías, Bigvay, Adín,

17 Ater, Ezequías, Azur,

18 Hodías, Jasún, Bezay,

19 Jarif, Anatot, Nebay,

20 Magpías, Mesulán, Hezir,

21 Mesezabel, Sadoc, Jadúa,

22 Pelatías, Janán, Anaías,

23 Oseas, Jananías, Jasub,

24 Halojés, Piljá, Sobec,

25 Rejún, Jasabná, Maseías,

26 Ahías, Janán, Anán,

27 Maluc, Jarín y Baná.

28 El resto del pueblo —sacerdotes, levitas, porteros, cantores, servidores del templo, todos los que se habían separado de los pueblos de aquella tierra para cumplir con la ley de Dios, más sus mujeres, hijos e hijas, y todos los que tenían uso de razón— 29 se unió a sus parientes que ocupaban cargos importantes y se comprometió, bajo juramento, a vivir de acuerdo con la ley que Dios les había dado por medio de su servidor Moisés, y a obedecer todos los mandamientos, normas y estatutos de nuestro Señor. 30 Además, todos nos comprometimos a no casar a nuestras hijas con los habitantes del país ni aceptar a sus hijas como esposas para nuestros hijos. 31 También prometimos que si la gente del país venía en sábado, o en cualquier otro día de fiesta, a vender sus mercancías o alguna otra clase de víveres, nosotros no les compraríamos nada. Prometimos así mismo que en el séptimo año no cultivaríamos la tierra, y que perdonaríamos toda deuda.

32 Además, nos impusimos la obligación de contribuir cada año con cuatro gramos de plata para los gastos del templo de nuestro Dios: 33 el pan de la Presencia; las ofrendas y el holocausto diarios; los sacrificios de los sábados, de la luna nueva y de las fiestas solemnes; las ofrendas sagradas; los sacrificios de expiación por el pecado de Israel, y todo el servicio del templo de nuestro Dios.

34 En cuanto a la ofrenda de la leña, echamos suertes entre nosotros los sacerdotes, los levitas y el pueblo en general, según nuestras familias, para determinar a quiénes les tocaría llevar, en los tiempos fijados cada año, la leña para el templo del Señor nuestro Dios, para que ardiera en su altar, como está escrito en la ley. 35 Además nos comprometimos a llevar cada año al templo del Señor las primicias del campo y de todo árbol frutal, 36 como también a presentar nuestros primogénitos y las primeras crías de nuestro ganado, tanto vacuno como ovino, ante los sacerdotes que sirven en el templo de nuestro Dios, como está escrito en la ley.

37 Convinimos en llevar a los almacenes del templo de nuestro Dios las primicias de nuestra molienda, de nuestras ofrendas, del fruto de nuestros árboles, de nuestro vino nuevo y de nuestro aceite, para los sacerdotes que ministran en el templo de nuestro Dios. Convinimos también en dar la décima parte de nuestras cosechas a los levitas, pues son ellos quienes recolectan todo esto en los pueblos donde trabajamos. 38 Un sacerdote de la familia de Aarón acompañará a los levitas cuando éstos vayan a recolectar los diezmos. Los levitas, por su parte, depositarán el diezmo de los diezmos en la tesorería del templo de nuestro Dios. 39 Los israelitas y los levitas llevarán las ofrendas de trigo, de vino y de aceite a los almacenes donde se guardan los utensilios sagrados y donde permanecen los sacerdotes, los porteros y los cantores, cuando están de servicio.

De este modo nos comprometimos a no descuidar el templo de nuestro Dios.

Los que se establecieron en Jerusalén

11Los jefes del pueblo se establecieron en Jerusalén. Entre el resto del pueblo se hizo un sorteo para que uno de cada diez se quedara a vivir en Jerusalén, la ciudad santa, y los otros nueve se establecieran en las otras poblaciones. 2 El pueblo bendijo a todos los que se ofrecieron voluntariamente a vivir en Jerusalén.

3 Éstos son los jefes de la provincia que se establecieron en Jerusalén y en las otras poblaciones de Judá. Los israelitas, los sacerdotes, los levitas, los servidores del templo y los descendientes de los servidores de Salomón se establecieron, cada uno en su propia población y en su respectiva propiedad. 4 Éstos fueron los judíos y benjaminitas que se establecieron en Jerusalén:

De los descendientes de Judá:

Ataías hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de Malalel, de los descendientes de Fares; 5 y Maseías hijo de Baruc, hijo de Coljozé, hijo de Jazaías, hijo de Adaías, hijo de Joyarib, hijo de Zacarías, hijo de Siloní. 6 El total de los descendientes de Fares que se establecieron en Jerusalén fue de cuatrocientos sesenta y ocho guerreros valientes.

7 De los descendientes de Benjamín:

Salú hijo de Mesulán, hijo de Joed, hijo de Pedaías, hijo de Colaías, hijo de Maseías, hijo de Itiel, hijo de Isaías, 8 y sus hermanos Gabay y Salay. En total eran novecientos veintiocho. 9 Su jefe era Joel hijo de Zicrí, y el segundo jefe de la ciudad era Judá hijo de Senuá.

10 De los sacerdotes:

Jedaías hijo de Joyarib, Jaquín, 11 Seraías hijo de Jilquías, hijo de Mesulán, hijo de Sadoc, hijo de Merayot, hijo de Ajitob, que era el jefe del templo de Dios, 12 y sus parientes, que eran ochocientos veintidós y trabajaban en el templo; así mismo, Adaías hijo de Jeroán, hijo de Pelalías, hijo de Amsí, hijo de Zacarías, hijo de Pasur, hijo de Malquías, 13 y sus parientes, los cuales eran jefes de familia y sumaban doscientos cuarenta y dos; también Amasay hijo de Azarel, hijo de Ajsay, hijo de Mesilemot, hijo de Imer, 14 y sus parientes, los cuales eran ciento veintiocho valientes. Su jefe era Zabdiel hijo de Guedolín.

15 De los levitas:

Semaías hijo de Jasub, hijo de Azricán, hijo de Jasabías, hijo de Buní; 16 Sabetay y Jozabad, que eran jefes de los levitas y estaban encargados de la obra exterior del templo de Dios; 17 Matanías hijo de Micaías, hijo de Zabdí, hijo de Asaf, que dirigía el coro de los que entonaban las acciones de gracias en el momento de la oración; Bacbuquías, segundo entre sus hermanos, y Abdá hijo de Samúa, hijo de Galal, hijo de Jedutún. 18 Los levitas que se establecieron en la ciudad santa fueron doscientos ochenta y cuatro.

19 De los porteros:

Acub, Talmón y sus parientes, que vigilaban las puertas. En total eran ciento setenta y dos.

20 Los demás israelitas, de los sacerdotes y de los levitas, vivían en todas las poblaciones de Judá, cada uno en su propiedad.

21 Los servidores del templo, que estaban bajo la dirección de Zijá y Guispa, se establecieron en Ofel.

Comentario

3. Ejercita la autoridad que Dios te ha dado de manera responsable

Como en muchos de los pasajes del Antiguo Testamento, aquí recibimos un anticipo del futuro. Dios se delita en Su pueblo y nos pone en posiciones de autoridad, para gobernar y reinar. Pero estamos llamados a ejercitar esta autoridad con obediencia y responsabilidad (10:35).

El pueblo de Dios adoptó un acuerdo vinculante al ponerlo por escrito. Los líderes, levitas y sacerdotes, imprimieron sus sellos en él (9:38). Prometieron guardar la Ley: «Se comprometieron, bajo juramento, a vivir de acuerdo con la ley que Dios les había dado» (10:29).

Su problema fue —igual que el de nosotros— su incapacidad de cumplir las leyes. En consecuencia, deberíamos caer bajo la maldición de Dios si no fuera por el hecho de que Jesús cargó con esta maldición en la cruz (Gálatas 3:13).

Estamos llamados a llevar un ritmo equilibrado de vida que incluya trabajo y descanso.

El pueblo de Dios tenía que guardar el sabbat y dejar de trabajar la tierra y cancelar las deudas cada siete años (Nehemías 10:31). Tenían que ofrecer sacrificios para hacer expiación por sus pecados (v.33).

Los líderes del pueblo se establecieron en Jerusalén (11:1), pero este pasaje deja claro que el juramento se hizo por parte de la comunidad; el cumplimiento de la ley se constituyó claramente como responsabilidad de todos, no solo de los reyes y los príncipes.

Oración

Señor, gracias porque estoy llamado a hacerme responsable de mi propia vida así como de servirte y obedecer Tus mandamientos. Gracias porque ya no necesito hacer sacrificios para expiar mis pecados. Gracias porque, por medio de la muerte y resurrección de Jesús, no solo ha sido derrotado Satanás sino que me has levantado con Cristo para reinar con él en los dominios celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y todo título que pueda ser dado, no solo en la era presente sino también en la que ha de venir (Efesios 1:20-21).

Añadidos de Pippa

Pippa añade

Apocalipsis 20:12b

«Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros».

Me pone muy nerviosa el juicio final. Temo pensar en lo que pueda estar escrito en «los libros» acerca de mi… ¡y también me pregunto qué pensará Dios de la cantidad de chocolate que como!

Versículo del día

Salmo 149:4

'Porque el Señor se complace en su pueblo; a los humildes concede el honor de la victoria.'

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Referencias

Notas:

Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea

Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. «NIV» is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)

Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.

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