Liderar como Jesús
Introducción
Pocas personas han influido en la administración cotidiana de la gente y las compañías como Ken Blanchard. En 1982 escribió El ejecutivo al minuto, que ha vendido más de trece millones de ejemplares. El libro fue tan exitoso en un período de tiempo tan breve que al autor le costó recibir el reconocimiento por su éxito. Comenzó a pensar sobre Dios y comenzó a leer la Biblia. Fue directo a los Evangelios. Quería conocer lo que hizo Jesús.
Quedó fascinado con la forma en que Jesús logró transformar a doce personas inverosiblemente comunes, en la primera generación de líderes de un movimiento que aún afecta el curso de la historia mundial dos mil años después. Tomó conciencia de que todo lo que había enseñado o escrito sobre el liderazgo eficaz, ya había sido implementado por Jesús con una perfección muy superior a la habilidad de Ken para retratar o describir el liderazgo.
Jesús fue más que simplemente un líder espiritual. Ofrece un modelo de liderazgo práctico y eficaz para todas las organizaciones, para toda la gente, para todas las situaciones. Como resultado de sus estudios y su experiencia personal, Ken Blanchard cofundó el ministerio Un líder como Jesús para inspirar y equipar a la gente para hacer exactamente eso: liderar como Jesús.
Jesús es el líder más grande de todos los tiempos. En los pasajes de hoy vemos algunas de las características del liderazgo de Jesús junto con las de dos grandes personajes de la Biblia: David y Job.
Salmos 18:1-6
Salmo 18
Al director musical. De David, siervo del Señor. David dedicó al Señor la letra de esta canción cuando el Señor lo libró de Saúl y de todos sus enemigos. Dijo así:
1 ¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía!
2 El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador;
es mi Dios, el peñasco en que me refugio.
Es mi escudo, el poder que me salva,
¡mi más alto escondite!
3 Invoco al Señor, que es digno de alabanza,
y quedo a salvo de mis enemigos.
4 Los lazos de la muerte me envolvieron;
los torrentes destructores me abrumaron.
5 Me enredaron los lazos del sepulcro,
y me encontré ante las trampas de la muerte.
6 En mi angustia invoqué al Señor;
clamé a mi Dios,
y él me escuchó desde su templo;
¡mi clamor llegó a sus oídos!
Comentario
La adoración de un líder
David fue uno de los líderes más grandes en la historia de Israel. También escribió algunas de las canciones de adoración más bellas que jamás se hayan compuesto. Miles de años después, el pueblo de Dios continúa utilizando los Salmos de David en la alabanza y la adoración.
En este salmo vemos que la adoración y la oración de David eran el cimiento sobre el que se fundaba su liderazgo. En medio de las dificultades y la oposición, decía: «En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios» (v.6). El resultado fue un gran cambio en las circunstancias, seguido por el éxito que llevó a que David expresara su acción de gracias en una canción.
Sea en la dificultad o el éxito, sigamos el ejemplo de David al procurar edificar nuestra vida sobre el cimiento de la oración y la alabanza.
El punto de partida de la adoración es el amor por Dios: «¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía!» (v.1). David procede en expresar su amor, su alabanza y su gratitud al Señor. Enfrentaba enemigos (v.3b), muerte y destrucción (vv.4-5) y angustia (v.6a). Al mirar hacia atrás podía ver cómo Dios había escuchado su clamor y lo había salvado de sus enemigos (vv.3-6).
Durante los últimos años he llevado de las veces en las que he clamado «a mi Dios» (v.6a), escribiéndolos en los márgenes de mi Biblia en un año. Es sorprendente ver las formas en la que Dios ha escuchado mi clamor. Muchas de las oraciones (aunque no todas aún) han recibido respuesta. Llevar un registro me ayuda a no olvidar mi gratitud hacia Dios.
Oración
Mateo 21:1-17
La entrada triunfal
21Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagué, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos 2 con este encargo: «Vayan a la aldea que tienen enfrente, y ahí mismo encontrarán una burra atada, y un burrito con ella. Desátenlos y tráiganmelos. 3 Si alguien les dice algo, díganle que el Señor los necesita, pero que ya los devolverá.»
4 Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta:
5 «Digan a la hija de Sión:
“Mira, tu rey viene hacia ti,
humilde y montado en un burro,
en un burrito, cría de una bestia de carga.” »
6 Los discípulos fueron e hicieron como les había mandado Jesús. 7 Llevaron la burra y el burrito, y pusieron encima sus mantos, sobre los cuales se sentó Jesús. 8 Había mucha gente que tendía sus mantos sobre el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las esparcían en el camino. 9 Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba:
—¡Hosanna al Hijo de David!
—¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
—¡Hosanna en las alturas!
10 Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió.
—¿Quién es éste? —preguntaban.
11 —Éste es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea —contestaba la gente.
Jesús en el templo
12 Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas. 13 «Escrito está —les dijo—: “Mi casa será llamada casa de oración”; pero ustedes la están convirtiendo en “cueva de ladrones”.»
14 Se le acercaron en el templo ciegos y cojos, y los sanó. 15 Pero cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vieron que hacía cosas maravillosas, y que los niños gritaban en el templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron.
16 —¿Oyes lo que ésos están diciendo? —protestaron.
—Claro que sí —respondió Jesús—; ¿no han leído nunca:
»“En los labios de los pequeños
y de los niños de pecho
has puesto la perfecta alabanza”?
17 Entonces los dejó y, saliendo de la ciudad, se fue a pasar la noche en Betania.
Comentario
Las características de un líder
¿Qué significa, en la práctica, «liderar como Jesús»?
- Liderar desde quién somos más que desde nuestra posición
Quién somos es mucho más importante que lo que hagamos o tengamos en términos de posesiones o posición. La autoridad de Jesús no procedía de tener una alta posición en cierta jerarquía. Venía de quién era como persona. Tenía una autoridad natural. Poseía una confianza total de que todo lo que debía decir era: «… el Señor lo necesita» (v.3). No se requerían amenazas ni promesas.
- Ser amables y modestos
«Tu rey viene hacia ti, humilde» (v.5). Esta no es una característica del liderazgo que el mundo espera. Pero estaba justo en el corazón del liderazgo de Jesús. La palabra griega para «amable» significa alguien considerado, modesto. Es lo opuesto a la agresividad o la búsqueda del propio bien.
- Evitar la arrogancia y la ostentación
Jesús entró a Jerusalén en un burro. Qué contraste con tantos líderes de la historia, tanto seculares como religiosos, que han vivido con pompas y ceremonias, con séquitos ostentosos. El modo de transporte de Jesús era una señal de su gran humildad. Es lo opuesto al orgullo y la arrogancia, que puede deslizarse con tanta facilidad en el liderazgo humano.
- Tener la valentía de confrontar
En ocasiones, la gente piensa que la amabilidad y la humildad implican ceder ante cada situación, pero Jesús no temía la confrontación. Él «entró en el templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero» (v.12). Uno de los aspectos más duros del liderazgo es reconocer el momento justo para confrontar.
El conflicto y la confrontación son partes necesarias del buen liderazgo. Fracasar en la confrontación es en sí mismo una decisión que acarrea consecuencias. La confrontación nunca es fácil, pero aplicada de forma sabia es una parte necesaria de un liderazgo valiente.
- Procurar el poder espiritual, no el mundanal
El poder de Jesús era muy distinto al de muchos de los líderes en el mundo. «Se le acercaron en el templo ciegos y cojos, y los sanó» (v.14). El poder espiritual es mucho más importante que el terrenal. No puede ser «fabricado». Solo puede proceder de una clase de relación como la que Jesús tenía con Dios.
- Hacer de la oración la prioridad más importante
En la confrontación de Jesús con los cambistas, vemos cuanta pasión tenía por la oración (v.13). A lo largo de los Evangelios leemos acerca de las ocasiones en que Jesús se retiraba (v.17) para estar a solas con Dios. Esa era la fuente de su fortaleza. Al igual que David, la oración estaba en el corazón del liderazgo de Jesús.
Oración
Job 19:1-21:34
Sexto discurso de Job
19A esto, Job respondió:
2 «¿Hasta cuándo van a estar atormentándome
y aplastándome con sus palabras?
3 Una y otra vez me hacen reproches;
descaradamente me atacan.
4 Aun si fuera verdad que me he desviado,
mis errores son asunto mío.
5 Si quieren darse importancia a costa mía,
y valerse de mi humillación para atacarme,
6 sepan que es Dios quien me ha hecho daño,
quien me ha atrapado en su red.
7 »Aunque grito: “¡Violencia!”, no hallo respuesta;
aunque pido ayuda, no se me hace justicia.
8 Dios me ha cerrado el camino, y no puedo pasar;
ha cubierto de oscuridad mis senderos.
9 Me ha despojado de toda honra;
de la cabeza me ha quitado la corona.
10 Por todos lados me destroza, como a un árbol;
me aniquila, y arranca de raíz mi esperanza.
11 Su enojo se ha encendido contra mí;
me cuenta entre sus enemigos.
12 Sus tropas avanzan en tropel;
levantan una rampa para asediarme;
¡acampan alrededor de mi carpa!
13 »Hizo que mis hermanos me abandonaran;
hasta mis amigos se han alejado de mí.
14 Mis parientes y conocidos se distanciaron,
me echaron al olvido.
15 Mis huéspedes y mis criadas me ven como a un extraño,
me miran como a un desconocido.
16 Llamo a mi criado, y no me responde,
aunque yo mismo se lo ruego.
17 A mi esposa le da asco mi aliento;
a mis hermanos les resulto repugnante.
18 Hasta los niños se burlan de mí;
en cuanto me ven, me dan la espalda.
19 A todos mis amigos les resulto abominable;
mis seres queridos se han vuelto contra mí.
20 La piel y la carne se me pegan a los huesos;
¡a duras penas he salvado el pellejo!
21 »¡Compadézcanse de mí, amigos míos;
compadézcanse, que la mano de Dios me ha golpeado!
22 ¿Por qué me acosan como Dios?
¿No les basta con desollarme vivo?
23 »¡Ah, si fueran grabadas mis palabras,
si quedaran escritas en un libro!
24 ¡Si para siempre quedaran sobre la roca,
grabadas con cincel en una placa de plomo!
25 Yo sé que mi redentor vive,
y que al final triunfará sobre la muerte.
26 Y cuando mi piel haya sido destruida,
todavía veré a Dios con mis propios ojos.
27 Yo mismo espero verlo;
espero ser yo quien lo vea, y no otro.
¡Este anhelo me consume las entrañas!
28 »Ustedes dicen: “Vamos a acosarlo,
porque en él está la raíz del mal.”
29 Pero cuídense de la espada,
pues con ella viene la ira justiciera,
para que sepan que hay un juez.»
Segundo discurso de Zofar
20A esto respondió Zofar de Namat:
2 «Mis turbados pensamientos me hacen replicar,
pues me hallo muy desconcertado.
3 He escuchado una reprensión que me deshonra,
y mi inteligencia me obliga a responder.
4 »Bien sabes tú que desde antaño,
desde que Dios puso al hombre en la tierra,
5 muy breve ha sido la algarabía del malvado;
la alegría del impío ha sido pasajera.
6 Aunque su orgullo llegue hasta los cielos
y alcance a tocar con la cabeza las nubes,
7 él perecerá para siempre, como su excremento,
y sus allegados dirán: “¿Qué se hizo?”
8 Como un sueño, como una visión nocturna,
se desvanecerá y no volverá a ser hallado.
9 Los ojos que lo vieron no volverán a verlo;
su lugar no volverá a contemplarlo.
10 Sus hijos tendrán que resarcir a los pobres;
ellos mismos restituirán las riquezas de su padre.
11 El vigor juvenil que hoy sostiene sus huesos
un día reposará en el polvo con él.
12 »Aunque en su boca el mal sabe dulce
y lo disimula bajo la lengua,
13 y aunque no lo suelta para nada,
sino que tenazmente lo retiene,
14 ese pan se le agriará en el estómago;
dentro de él se volverá veneno de áspid.
15 Vomitará las riquezas que se engulló;
Dios hará que las arroje de su vientre.
16 Chupará veneno de serpientes;
la lengua de un áspid lo matará.
17 No disfrutará de los arroyos,
de los ríos de crema y miel;
18 no se engullirá las ganancias de sus negocios;
no disfrutará de sus riquezas,
19 porque oprimió al pobre y lo dejó sin nada,
y se adueñó de casas que nunca construyó.
20 »Su ambición nunca quedó satisfecha;
¡nada quedó a salvo de su codicia!
21 Nada se libró de su voracidad;
por eso no perdurará su bienestar.
22 En medio de la abundancia, lo abrumará la angustia;
le sobrevendrá toda la fuerza de la desgracia.
23 Cuando el malvado se haya llenado el vientre,
Dios dará rienda suelta a su enojo contra él,
y descargará sobre él sus golpes.
24 Aunque huya de las armas de hierro,
una flecha de bronce lo atravesará.
25 Cuando del hígado y de la espalda
intente sacarse la punta de la flecha,
se verá sobrecogido de espanto,
26 y la oscuridad total acechará sus tesoros.
Un fuego no atizado acabará con él
y con todo lo que haya quedado de su casa.
27 Los cielos harán pública su culpa;
la tierra se levantará a denunciarlo.
28 En el día de la ira de Dios,
un aluvión arrasará con su casa.
29 Tal es el fin que Dios reserva al malvado;
tal es la herencia que le asignó.»
Séptimo discurso de Job
21A esto, Job respondió:
2 «Escuchen atentamente mis palabras;
concédanme este consuelo.
3 Tolérenme un poco mientras hablo,
y búrlense si quieren cuando haya terminado.
4 »¿Acaso dirijo mi reclamo a los mortales?
¿Por qué creen que pierdo la paciencia?
5 Mírenme, y queden asombrados;
tápense la boca con la mano.
6 Si pienso en esto, me lleno de espanto;
un escalofrío me corre por el cuerpo.
7 ¿Por qué siguen con vida los malvados,
cada vez más viejos y más ricos?
8 Ven establecerse en torno suyo
a sus hijos y a sus descendientes.
9 Tienen paz en su hogar, y están libres de temores;
la vara de Dios no los castiga.
10 Sus toros son verdaderos sementales;
sus vacas paren y no pierden las crías.
11 Dejan correr a sus niños como si fueran ovejas;
sus pequeñuelos danzan alegres.
12 Cantan al son del tamboril y del arpa;
se divierten al son de la flauta.
13 Pasan la vida con gran bienestar,
y en paz bajan al sepulcro.
14 A Dios increpan: “¡Déjanos tranquilos!
No queremos conocer tu voluntad.
15 ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos?
¿Qué ganamos con dirigirle nuestras oraciones?”
16 Pero su bienestar no depende de ellos.
¡Jamás me dejaré llevar por sus malos consejos!
17 »¿Cuándo se ha apagado la lámpara de los malvados?
¿Cuándo les ha sobrevenido el desastre?
¿Cuándo Dios, en su enojo, los ha hecho sufrir
18 como paja que arrebata el viento,
como tamo que se lleva la tormenta?
19 Me dirán que Dios reserva el castigo
para los hijos del pecador.
¡Mejor que castigue al que peca,
para que escarmiente!
20 ¡Que sufra el pecador su propia destrucción!
¡Que beba de la ira del Todopoderoso!
21 ¿Qué le puede importar la familia que deja,
si le quedan pocos meses de vida?
22 »¿Quién puede impartirle a Dios conocimientos,
si es él quien juzga a las grandes eminencias?
23 Hay quienes mueren en la flor de la vida,
rebosantes de salud y de paz;
24 sus caderas, llenas de grasa;
sus huesos, recios hasta la médula.
25 Otros mueren con el ánimo amargado,
sin haber disfrutado de lo bueno.
26 ¡En el polvo yacen unos y otros,
todos ellos cubiertos de gusanos!
27 »Sé muy bien lo que están pensando,
y los planes que tienen de hacerme daño.
28 También sé que se preguntan:
“¿Dónde está la mansión del potentado?
¿Dónde están las moradas de los inicuos?”
29 ¿No han interrogado a los viajeros?
¿No han prestado atención a sus argumentos?
30 En el día del desastre, el malvado se salva;
¡en el día de la ira, es puesto a salvo!
31 ¿Y quién le echa en cara su conducta?
¿Quién le da su merecido por sus hechos?
32 Cuando lo llevan al sepulcro,
sobre su tumba se pone vigilancia;
33 mucha gente le abre paso,
y muchos más cierran el cortejo.
¡Descansa en paz bajo la tierra del valle!
34 »¿Cómo esperan consolarme con discursos sin sentido?
¡Sus respuestas no son más que falacias!»
Comentario
La perspectiva de un líder
Los amigos de Job continúan hablando «discursos sin sentido» y «falacias» (21:34). Intentan consolar a Job con palabras vacías e inútiles.
Por otro lado, vemos la verdadera lucha de Job con su propio sufrimiento. En oposición al análisis simplista de sus amigos, considera que el mundo es muy complejo. En su vida hay muchas injusticias. Clama así: «¿Por qué siguen con vida los malvados, cada vez más viejos y más ricos? Pasan la vida con gran bienestar, y en paz bajan al sepulcro» (vv.7,13).
Que no te sorprenda que en ocasiones haya quienes rechacen completamente a Dios. Le dicen a él: «¡Déjanos tranquilos! No queremos conocer tu voluntad. ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Qué ganamos con dirigirle nuestras oraciones?» (vv.14-15). Y parece como si en realidad llevaran vidas de prosperidad y paz.
La Biblia nunca sugiere que los malvados recibirán la justicia en esta vida. A veces sí, pero en otras ocasiones parecen salirse con la suya. No te sorprendas si ves que los malvados pasan sus años de forma próspera. No te sorprendas si ves que los inocentes sufren. Dios pareciera permitir ambas cosas en esta vida. (Esto no es para decir que deberíamos ser complacientes con la injusticia o el sufrimiento del inocente. Por el contrario, tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para combatir ambas situaciones.)
No obstante, esta vida no es el fin. Dios tiene toda la eternidad para enderezar las cosas. Job anticipa, de una forma casi singular en el Antiguo Testamento, nuestra esperanza futura:
«Yo sé que mi redentor vive,
y que al final triunfará sobre la muerte.
Y cuando mi piel haya sido destruida,
todavía veré a Dios con mis propios ojos» (19:25-26).
La perspectiva de Job anticipa la esperanza ofrecida por el Nuevo Testamento en cuanto a la resurrección y la vida eterna. Un líder piadoso tiene una perspectiva eterna, la cual da una dimensión totalmente distinta al liderazgo cristiano.
Imagina si alguien importante fuera a visitar tu casa. Probablemente harías una serie de cosas para estar listo. Tú mismo estarías listo. Te asegurarías de que los demás en tu casa estén listos y también de que la casa misma esté preparada, que luzca limpia y ordenada.
Un líder cristiano tiene la perspectiva y la esperanza eterna de que al final «\[mi redentor\] triunfará sobre la muerte» (v.25). Enfoca tu atención en prepararte, hacer que otros se preparen (evangelización, discipulado y cuidado pastoral), y lograr que la casa esté lista (la revitalización de la iglesia y la transformación de la sociedad). Estas preocupaciones no están solo dirigidas a los líderes de la iglesia. Los líderes cristianos en todas las esferas de trabajo y la sociedad deberían tener estas tres dimensiones subyacentes grabadas en sus pensamientos, decisiones y acciones.
Más aún, esta perspectiva debería transformar tu actitud hacia tus planes y objetivos. Cuando las situaciones no funcionen como esperabas, debido a la injusticia, el mal accionar de individuos, organizaciones o sistemas, todavía puedes confiar en el hecho de que un día prevalecerá la justicia total.
Oración
Añadidos de Pippa
Pippa añade:
«Yo sé que mi redentor vive», del Mesías de Händel, se cantó en el funeral de mi padre. Es una canción tan bella y al mismo tiempo una gran declaración de fe. Trajo gran consuelo. Es maravilloso imaginarse a Händel leyendo el libro de Job y recibiendo la inspiración para escribir una pieza musical tan extraordinaria. Siempre pensé que provenía de Isaías, pese a que supuestamente leí Job varias veces. Creo que debo haber pasado por alto gran parte de los diálogos. ¡Me alegra de que Händel no lo hiciera!
Versículo del día
Job 19:25
'Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte.'
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Referencias
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La Biblia en un Año (The Bible in One Year ), lecturas diarias organizadas por Hodder & Stoughton (Londres, Sydney, Auckland, Toronto), 1988. Nueva versión internacional (Copyright (c) 1973, 1978, 1984 de La Sociedad Bíblica Internacional)
Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)
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