Suaviza tu corazón y endurece tus pies
Introducción
Una estudiante universitaria de música de 21 años tomó el barco más barato que hacía paradas en un gran número de países, y oró para saber dónde debía desembarcar. Finalmente llegó a Hong Kong en 1966, a un lugar llamado la Ciudad Amurallada. Era una zona pequeña, densamente poblada y sin ley, que no controlaba ni China ni Hong Kong. Era una barriada marginal, altamente habitada por drogadictos, pandillas y prostitutas. Escribió:
«Me encantó aquel lugar oscuro. Odiaba lo que estaba pasando, pero no quería estar en ningún otro lugar. Era casi como si ya pudiera ver otra ciudad en su lugar y aquella ciudad estaba radiante de luz. ¡Fue mi sueño! No había más llanto, ni muerte ni dolor. Los enfermos eran sanados, los adictos liberados, los hambrientos satisfechos. Los huérfanos encontraban una familia, había casas para los desamparados y una nueva dignidad para los que habían vivido en la vergüenza. No tenía idea de cómo iba a lograr aquello, pero con un "celo visionario" me imaginaba presentándole a la Ciudad Amurallada la persona que podía cambiarlo todo: Jesús».
Jackie Pullinger ha pasado casi medio siglo trabajando con prostitutas, adictos a la heroína y pandilleros. Recuerdo claramente una charla que dio hace algunos años, que comenzó diciendo: «Dios quiere que tengamos corazones tiernos y pies duros. El problema con muchos de nosotros es que tenemos corazones duros y pies tiernos».
Jackie es un brillante ejemplo de esto al vivir sin comida, sin dormir y sin comodidades solo por servir a los demás. Dios quiere que tengamos corazones tiernos, corazones llenos de amor y de compasión. Pero si estamos destinados a marcar o hacer alguna diferencia para el mundo, habremos de tener pies duros mientras viajamos por caminos difíciles y enfrentamos desafíos.
Proverbios 17:5-14
5 El que se burla del pobre ofende a su Creador;
el que se alegra de verlo en la ruina no quedará sin castigo.
6 La corona del anciano son sus nietos;
el orgullo de los hijos son sus padres.
7 No va bien con los necios el lenguaje refinado,
ni con los gobernantes, la mentira.
8 Vara mágica es el soborno para quien lo ofrece,
pues todo lo que emprende lo consigue.
9 El que perdona la ofensa cultiva el amor;
el que insiste en la ofensa divide a los amigos.
10 Cala más un regaño en el hombre prudente
que cien latigazos en el obstinado.
11 El revoltoso siempre anda buscando camorra,
pero se las verá con un mensajero cruel.
12 Más vale toparse con un oso enfurecido
que con un necio empecinado en su necedad.
13 Al que devuelve mal por bien,
nunca el mal se apartará de su familia.
14 Iniciar una pelea es romper una represa;
vale más retirarse que comenzarla.
Comentario
1. Amor por los demás
Si tienes un corazón que ha sido reblandecido por Dios, inevitablemente sentirás amor por los demás. Nuestro objetivo debe ser vivir una vida que «cultiva el amor» (v.9a).
- Amor por los pobres
Tu actitud hacia los pobres refleja tu actitud hacia Dios: «El que se burla del pobre ofende a su Creador» (v.5a). Como pueblo de Dios estamos llamados a la amistad con los pobres y al servicio de los pobres.
- Amor por tu familia
El ideal de Dios es que disfrutemos de relaciones cercanas y amorosas entre padres, abuelos e hijos: «La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres» (v.6).
- Amor por tus amigos
El amor entre amigos cercanos es extremadamente valioso, ¡cuida tus amistades! Esto conlleva a no ofenderse con facilidad ni guardar rencor: «El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos» (v.9).
- Amor hacia los que te critican
Jesús nos dijo: «Ama a tus enemigos» (Mateo 5:44). Un corazón suave está dispuesto a recibir críticas, ya sea de un amigo o incluso de un «enemigo». «Cala más un regaño en el hombre prudente que cien latigazos en el obstinado» (Proverbios 17:10).
Haz todo lo posible para evitar discusiones: «Río desbordado es el pleito que se inicia; vale más retirarse que complicarse en él» (v.14, DHH).
Oración
Romanos 2:17-3:8
Los judíos y la ley
17 Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y te jactas de tu relación con Dios; 18 que conoces su voluntad y sabes discernir lo que es mejor porque eres instruido por la ley; 19 que estás convencido de ser guía de los ciegos y luz de los que están en la oscuridad, 20 instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos, pues tienes en la ley la esencia misma del conocimiento y de la verdad; 21 en fin, tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas? 22 Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que aborreces a los ídolos, ¿robas de sus templos? 23 Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios quebrantando la ley? 24 Así está escrito: «Por causa de ustedes se blasfema el nombre de Dios entre los gentiles.»
25 La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso. 26 Por lo tanto, si los gentiles cumplen los requisitos de la ley, ¿no se les considerará como si estuvieran circuncidados? 27 El que no está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti que, a pesar de tener el mandamiento escrito y la circuncisión, quebrantas la ley.
28 Lo exterior no hace a nadie judío, ni consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo. 29 El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente.
Fidelidad de Dios
3Entonces, ¿qué se gana con ser judío, o qué valor tiene la circuncisión? 2 Mucho, desde cualquier punto de vista. En primer lugar, a los judíos se les confiaron las palabras mismas de Dios.
3 Pero entonces, si a algunos les faltó la fe, ¿acaso su falta de fe anula la fidelidad de Dios? 4 ¡De ninguna manera! Dios es siempre veraz, aunque el hombre sea mentiroso. Así está escrito:
«Por eso, eres justo en tu sentencia,
y triunfarás cuando te juzguen.»
5 Pero si nuestra injusticia pone de relieve la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Que Dios es injusto al descargar sobre nosotros su ira? (Hablo en términos humanos.) 6 ¡De ninguna manera! Si así fuera, ¿cómo podría Dios juzgar al mundo? 7 Alguien podría objetar: «Si mi mentira destaca la verdad de Dios y así aumenta su gloria, ¿por qué todavía se me juzga como pecador? 8 ¿Por qué no decir: Hagamos lo malo para que venga lo bueno?» Así nos calumnian algunos, asegurando que eso es lo que enseñamos. ¡Pero bien merecida se tienen la condenación!
Comentario
2. Amor por Dios
No importa lo que esté sucediendo en nuestro exterior si no tenemos un «corazón tierno». Aquí, Pablo examina la importancia del corazón. Explica que se buscaba que los judíos —el pueblo elegido de Dios—, caminaran en una relación con Dios; es por ello que se les dio la ley. Ellos conocían la voluntad de Dios (2:17-18), estaban destinados a «ser guía de los ciegos y luz de los que están en la oscuridad, instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos» (vv.19-20).
La circuncisión física era el signo externo y visible, destinada a reflejar la actitud interior e invisible del corazón. Pablo argumenta que, lamentablemente, ellos (como todos nosotros) han fallado en guardar la ley de Dios (vv.21-27).
Pablo entonces se enfoca en lo que realmente importa: «El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito» (v.29).
Aquello que le importa a Dios es el corazón. Toda persona que tiene al Espíritu Santo viviendo en su corazón recibe la misma herencia que los judíos en el Antiguo Testamento (esto incluye a todo verdadero cristiano).
¿Significa esto que no hay valor en aquello que los judíos habían recibido? No. Afirma que hay grandes ventajas en ser judío. Por ejemplo, «a los judíos se les confiaron las palabras mismas de Dios» (3:2). ¡Qué privilegio tan asombroso! Sin embargo, ahora no solo tienes las palabras de Dios en las Escrituras como ellos las tenían, sino que también tienes las palabras de Jesús y de todo el resto del Nuevo Testamento. Tienes una ventaja aún mayor.
Más adelante en Romanos, Pablo explicará esto detalladamente (Romanos 9-11). Mientras tanto, hace una digresión para lidiar con una discusión que sus oponentes han planteado contra él (3:3-8), subrayando de nuevo la fidelidad de Dios. Aun cuando somos infieles, Dios permanece fiel a nosotros. Sería absurdo aprovechar esto haciendo el mal. Más bien, la fidelidad de Dios nos anima a ser fieles a Él.
Oración
Amós 1:1-2:16
1Éstas son las palabras de Amós, pastor de Tecoa. Es la visión que recibió acerca de Israel dos años antes del terremoto, cuando Uzías era rey de Judá, y Jeroboán hijo de Joás era rey de Israel.
2 Amós dijo:
«Ruge el Señor desde Sión;
truena su voz desde Jerusalén.
Los pastizales de los pastores quedan asolados,
y se seca la cumbre del Carmelo.»
Juicio contra las naciones vecinas
3 Así dice el Señor:
«Los delitos de Damasco han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Porque trillaron a Galaad
con trillos de hierro,
4 yo enviaré fuego contra el palacio de Jazael,
que consumirá las fortalezas de Ben Adad.
5 Romperé el cerrojo de la puerta de Damasco,
destruiré al que reina en el valle de Avén
y al que empuña el cetro en Bet Edén.
Y el pueblo de Siria
será desterrado a Quir»,
dice el Señor.
6 Así dice el Señor:
«Los delitos de Gaza han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Porque desterraron a poblaciones enteras
para venderlas a Edom,
7 yo enviaré fuego contra los muros de Gaza,
que consumirá sus fortalezas.
8 Destruiré al que reina en Asdod
y al que empuña el cetro en Ascalón.
Volveré mi mano contra Ecrón,
y perecerá hasta el último de los filisteos»,
dice el Señor omnipotente.
9 Así dice el Señor:
«Los delitos de Tiro han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Porque le vendieron a Edom poblaciones enteras de cautivos,
olvidando así una alianza entre hermanos,
10 yo enviaré fuego contra los muros de Tiro,
que consumirá sus fortalezas.»
11 Así dice el Señor:
«Los delitos de Edom han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Porque sin mostrar ninguna compasión
persiguieron con espada a su hermano;
porque dieron rienda suelta a su ira
y no dejaron de alimentar su enojo,
12 yo enviaré fuego contra Temán,
que consumirá las fortalezas de Bosra.»
13 Así dice el Señor:
«Los delitos de Amón han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Porque, a fin de extender sus fronteras,
a las mujeres encintas de la región de Galaad
les abrieron el vientre,
14 yo prenderé fuego a los muros de Rabá,
que consumirá sus fortalezas
entre gritos de guerra en el día de la batalla,
y en el rugir de la tormenta en un día de tempestad.
15 Su rey marchará al destierro,
junto con sus oficiales»,
dice el Señor.
2Así dice el Señor:
«Los delitos de Moab han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Porque quemaron los huesos del rey de Edom
hasta reducirlos a ceniza,
2 yo enviaré fuego sobre Moab
que consumirá las fortalezas de Queriot,
y morirá Moab en medio del estrépito
de gritos de guerra y toques de trompeta.
3 Destruiré al gobernante en medio de su pueblo,
y junto con él mataré a todos sus oficiales»,
dice el Señor.
4 Así dice el Señor:
«Los delitos de Judá han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Porque, dejándose descarriar por sus mentiras,
tras las cuales anduvieron sus antepasados,
rechazaron la ley del
y no obedecieron sus preceptos.
5 Por eso yo enviaré fuego contra Judá,
que consumirá las fortalezas de Jerusalén.»
Juicio contra Israel
6 Así dice el Señor:
«Los delitos de Israel han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Venden al justo por monedas,
y al necesitado, por un par de sandalias.
7 Pisotean la cabeza de los desvalidos
como si fuera el polvo de la tierra,
y pervierten el camino de los pobres.
Padre e hijo se acuestan con la misma mujer,
profanando así mi santonombre.
8 Junto a cualquier altar
se acuestan sobre ropa que tomaron en prenda,
y el vino que han cobrado como multa
lo beben en la casa de su Dios.
9 »Todo esto, a pesar de que por ellos
yo destruí a los amorreos;
destruí su fruto arriba
y sus raíces abajo,
aunque eran altos como el cedro
y fuertes como la encina.
10 »Yo mismo los hice subir desde Egipto,
y los conduje cuarenta años por el desierto,
a fin de conquistar para ustedes
la tierra de los amorreos.
11 También levanté profetas de entre sus hijos
y nazareos de entre sus jóvenes.
¿Acaso no fue así, israelitas?
—afirma el Señor —.
12 Pero ustedes les hicieron beber vino a los nazareos
y les ordenaron a los profetas que no profetizaran.
13 »Pues bien, estoy por aplastarlos a ustedes
como aplasta una carreta cargada de trigo.
14 Entonces no habrá escapatoria para el ágil,
ni el fuerte podrá valerse de su fuerza,
ni el valiente librará su vida.
15 El arquero no resistirá,
ni escapará con vida el ágil de piernas,
ni se salvará el que monta a caballo.
16 En aquel día huirá desnudo
aun el más valiente de los guerreros,»
afirma el Señor.
Comentario
3. Pies duros
Un corazón tierno debe liderarnos a tener pies duros, a un pueblo de Dios preparado para actuar en nombre de los pobres y débiles, y para luchar contra la injusticia y defender a los oprimidos.
Aquel fue un periodo (760-750 a. C.) de gran prosperidad para Israel y Judá. Pero la prosperidad material no siempre es un signo de bendición de Dios. En aquel momento, tuvo como resultado la corrupción, complacencia, inmoralidad y una terrible injusticia.
Amós era un profeta, no era un sacerdote ni un ministro ordenado; era un laico, un criador de ovejas, que no se deslumbraba por la prosperidad, el poder y la posición. Era un defensor de los pobres oprimidos y un acusador de los privilegiados ricos que usaban el nombre de Dios para legitimar la injusticia y la opresión.
Al igual que el apóstol Pablo, Amós proclama el juicio de Dios contra los no religiosos y los religiosos.
Comienza con los no religiosos a quienes «el pecado apartó de la ley». Los vecinos de Israel habían cometido pecados terribles. Ellos son condenados por su crueldad excesiva y tortura horrible (1:3), por la esclavitud y la trata de esclavos (v.6), por no «mostrar ninguna compasión» (v.11), por abrir el vientre a las mujeres embarazadas (v.13) y por profanar a los muertos (2:1). Amós habla de la ira de Dios ante estos pecados tan terribles (1:3, 6, 9, 11, 13).
Tanto Amós como Pablo (Romanos 1:18-20) argumentan la existencia de una «ley natural». Incluso si no tienen la ley escrita de Dios, hay una ley natural «escrita en sus corazones» (2:15). Saben que ciertas cosas están mal. Esta fue efectivamente la base sobre la cual los líderes nazis fueron condenados en los juicios de Núremberg después de la Segunda Guerra Mundial.
Amós —al igual que Pablo (2:12)— continúa diciendo que el pueblo de Dios que tiene la ley escrita será juzgado por un estándar aún más estricto. Amós pasa del juicio de los gentiles al juicio de Judá e Israel porque «rechazaron la ley del Señor y no obedecieron sus preceptos» (Amós 2:4).
En palabras de The Message, Dios había actuado en nombre de ellos: «Siempre estuve de tu lado» (v.9, MSG), pero ellos no cumplieron con Sus leyes. En particular, aquello que le importa a Dios es su actitud hacia los pobres y necesitados. Sus corazones se habían vuelto duros. «La gente son solo cosas para ellos, formas de ganar dinero. Venden a un hombre pobre por un par de zapatos. ¡Venden a su propia abuela! Pisotearon a los desamparados en la tierra, empujaron al desdichado a la zanja» (vv.6c-7b, MSG). También son culpables de esclavitud y pecado sexual (v.7c).
Mientras todo esto está sucediendo, «en sus festivales religiosos están a sus anchas usando la ropa que sus deudores dejaron en garantía. En la casa de sus dioses beben vino comprado con dinero de multas injustas» (v.8, NTV).
Los pecados del pueblo de Dios no son tan horribles como los de los impíos. Sin embargo, el juicio contra ellos es igual de duro (vv.13,16) porque Dios los ha bendecido abundantemente (vv.10-11). No debemos alegrarnos porque nuestros pecados sean menores que los de otros. Nuestros pecados pueden ser menos evidentes, pero pueden ser más grandes ante los ojos de Dios. Gracias a Dios por el perdón y la gracia que recibimos a través de Jesús.
Oración
Añadidos de Pippa
Proverbios 17:6
«El orgullo de los hijos son sus padres». ¡Solo podemos esperar!
Proverbios 17:14
«Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que comenzarla».
Es una tentación querer tener la última palabra cuando se está en una discusión. Los desacuerdos pueden escalar fácilmente. Este proverbio dice que: olvides el asunto, lo dejes ir y sigas adelante.
Versículo del día
Proverbios 17:9
'El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos.'
App
Enjoy reading or listening to the Bible in one year on your iPhone or Android device.
Receive a daily email with a fresh devotion straight in your inbox.
Podcast
Subscribe and listen to Bible in One Year delivered to your favourte podcast app everyday.
Website
Far from your mobile device? You can read the daily devotion right here on this website.
Referencias
Nueva Versión Inernacional (NVI)
Copyright © 1999 by Biblica, Inc