Día 98

Cómo afrontar los problemas en la vida

Sabiduría Salmos 42:6-11
Nuevo Testamento Lucas 12:1-34
Antiguo Testamento Deuteronomio 9:1-10:22

Introducción

Ni siquiera recuerdo su nombre y su charla no me dio mucho que pensar. Ambos teníamos 18 años; él acababa de alistarse en el ejército. Mientras daba la charla de pie, sacó sus botas militares para usarlas como ejemplo visual. A una la llamó «confía» y a la otra «obedece». Las describió como la bota izquierda y la bota derecha de la vida cristiana. Solo habló siete minutos, que bastaron para que su ilustración me impactara, pues nunca la he olvidado.

«Confía» y «obedece» son, como señaló aquel hombre, un muy buen resumen de la vida cristiana. En los pasajes de hoy vemos que son la respuesta ante la prueba, la tentación, la preocupación, la ansiedad, el miedo, el fracaso y todos los demás problemas de la vida.

Sabiduría

Salmos 42:6-11

6 Me siento sumamente angustiado;
 por eso, mi Dios, pienso en ti
desde la tierra del Jordán,
 desde las alturas del Hermón,  desde el monte Mizar.
7 Un abismo llama a otro abismo
 en el rugir de tus cascadas;
todas tus ondas y tus olas
 se han precipitado sobre mí.

8 Ésta es la oración al Dios de mi vida:
 que de día el Señor mande su amor,
 y de noche su canto me acompañe.

9 Y le digo a Dios, a mi Roca:
 «¿Por qué me has olvidado?
¿Por qué debo andar de luto
 y oprimido por el enemigo?»
10 Mortal agonía me penetra hasta los huesos
 ante la burla de mis adversarios,
mientras me echan en cara a todas horas:
 «¿Dónde está tu Dios?»

11 ¿Por qué voy a inquietarme?
 ¿Por qué me voy a angustiar?
En Dios pondré mi esperanza,
 y todavía lo alabaré.
 ¡Él es mi Salvador y mi Dios!

Comentario

Tentación y prueba

Cuanto atravesamos tiempos difíciles, lo más frecuente es que nos arraiguemos profundamente. El salmista usa la evocativa expresión «un abismo llama a otro abismo» (v.7). Todo lo que no provenga de nuestra profundidad, no alcanzará la profundidad de los demás.

El salmista está «angustiado» (v.6a). Se siente como si Dios lo hubiera abandonado (v.9). Está «de luto y oprimido por el enemigo» (v.9b), en «agonía» (v.10a). La gente se burla de él diciéndole «¿Dónde está tu Dios?» (v10b), de una manera muy similar a como alguna gente se burla de los cristianos hoy en día.

Las pruebas y las tentaciones de la vida le han sobrepasado como una poderosa cascada (v.7). Pero en su interior sabe que a pesar de encontrarse zarandeado por las olas de la vida, puede confiar en Dios: «De día el Señor me envía su amor» (v.8, DHH).

Siguiendo con la imagen de un torrente de agua, se refiere a Dios como «mi Roca» (v.9). Aunque sienta que Dios lo ha abandonado, sabe la realidad: que Dios es la mayor seguridad sobre la que puede apoyarse.

En medio de todo esto se dice a sí mismo: «¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!» (v.11). Es conocedor de que durante las luchas, las pruebas y las tentaciones, tienes que fijar tus ojos en Dios y seguir confiando y obedeciéndolo.

Oración

Señor, gracias porque diriges tu amor hacia mí. Ayúdame a seguir confiando en ti y obedeciéndote, «mi Salvador y mi Dios» (v.11).
Nuevo Testamento

Lucas 12:1-34

Advertencias y estímulos

12Mientras tanto, se habían reunido millares de personas, tantas que se atropellaban unas a otras. Jesús comenzó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, o sea, de la hipocresía. 2 No hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse. 3 Así que todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad se dará a conocer a plena luz, y lo que han susurrado a puerta cerrada se proclamará desde las azoteas.

4 »A ustedes, mis amigos, les digo que no teman a los que matan el cuerpo pero después no pueden hacer más. 5 Les voy a enseñar más bien a quién deben temer: teman al que, después de dar muerte, tiene poder para echarlos al infierno. Sí, les aseguro que a él deben temerle. 6 ¿No se venden cinco gorriones por dos moneditas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos. 7 Así mismo sucede con ustedes: aun los cabellos de su cabeza están contados. No tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones.

8 »Les aseguro que a cualquiera que me reconozca delante de la gente, también el Hijo del hombre lo reconocerá delante de los ángeles de Dios. 9 Pero al que me desconozca delante de la gente se le desconocerá delante de los ángeles de Dios. 10 Y todo el que pronuncie alguna palabra contra el Hijo del hombre será perdonado, pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón.

11 »Cuando los hagan comparecer ante las sinagogas, los gobernantes y las autoridades, no se preocupen de cómo van a defenderse o de qué van a decir, 12 porque en ese momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deben responder.»

Parábola del rico insensato

13 Uno de entre la multitud le pidió:

—Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo.

14 —Hombre —replicó Jesús—, ¿quién me nombró a mí juez o árbitro entre ustedes?

15 »¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes.

16 Entonces les contó esta parábola:

—El terreno de un hombre rico le produjo una buena cosecha. 17 Así que se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha.” 18 Por fin dijo: “Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes. 19 Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida.” 20 Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”

21 »Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios.

No se preocupen

22 Luego dijo Jesús a sus discípulos:

—Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán. 23 La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa. 24 Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! 25 ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? 26 Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás?

27 »Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. 28 Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe! 29 Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse. 30 El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan. 31 Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les serán añadidas.

32 »No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino. 33 Vendan sus bienes y den a los pobres. Provéanse de bolsas que no se desgasten; acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no hay ladrón que aceche ni polilla que destruya. 34 Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón.

Comentario

Preocupación y ansiedad

¿Te preocupas mucho? ¿Alguna vez se ha apoderado de ti el «miedo» o has estado «alarmado»? (vv.7,32). ¿Alguna vez te has sentido lleno de ansiedad y confundido? (v.22).

Jesús nunca dijo: «No se preocupen, no hay nada de que preocuparse», sino que dijo «no se preocupen a pesar de que haya tanto por lo que preocuparse». Jesús dice a sus seguidores muchas veces que «no tengan miedo» y que «no se preocupen» (vv.11,22,29). La respuesta al miedo y la preocupación es confiar y obedecer. Jesús nos da siete modos para lidiar con la preocupación, la ansiedad y el miedo.

  • Teme solo a Dios y a nada más que a Él

Si tienes un temor de Dios justo y sano, no tienes nada que temer (v.5). Como dice la traducción bíblica The Message: «No se dejen acallar por los engaños o la insinceridad de los acosadores religiosos… no hay nada que puedan hacer a tu alma, al núcleo de tu ser. Guarda tu temor para Dios, quien tiene tu vida entera (cuerpo y alma) en sus manos» (v.5, MSG)

  • Conoce tu valor para Dios

Jesús te dice que no te preocupes ni temas porque eres de un valor infinito para Dios. Él te ama: «Ustedes valen más que muchos gorriones» (v.7b). Él te conoce íntimamente: «Aun los cabellos de su cabeza están contados» (v.7a).

  • Confía en el Espíritu Santo

Él te dice que no te preocupes porque puedes confiar en el Espíritu Santo que te ayudará. Cuando tengas que enfrentarte a la oposición, situaciones difíciles, encuentros y otras cosas, Jesús dice que «no se preocupen de cómo van a defenderse o de qué van a decir, porque en ese momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deben responder» (vv.11–12).

  • No olvides el sentido de tu vida

Jesús dice que al preocuparte te olvidas del sentido de la vida: «La vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes» (v.15).

Lo ilustra con la historia de un hombre de negocios que había construido una empresa muy exitosa, ganando una gran suma de dinero. Probablemente, el mundo entero lo admiraba, pero Jesús lo describe como un necio (v.20) que había fracasado. Había supuesto equivocadamente que le quedaban muchos años por vivir (vv.19–20). Nunca había visto más allá de esta vida (v.20).

Su vida estaba centrada en él mismo. En la versión inglesa, las palabras «yo» y «mi» aparecen once veces en este texto (vv.17–19). Creyó que era valorado por las posesiones que tenía. No comprendió la manera de ser verdaderamente rico. No era «rico delante de Dios» (v.21). Como alguien señaló: « Un hombre envuelto en su propia gloria es un paquete que no vale mucho».

  • Date cuenta de que las quejas son inútiles

Jesús te anima a mirar más allá de las posesiones materiales y las necesidades físicas: « No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán» (v.22). Esas cosas no tienen nada de malo, pero no tendrían que ser tu centro: «La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa» (v.23).

  • Confía en el cuidado y la provisión de Dios

Jesús señala cómo la preocupación es lo opuesto de la fe (v.28). Si confías, no te preocuparás. «Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe!» (v.28). La fe conlleva la confianza en el cuidado y la provisión de Dios.

  • Busca el reino de Dios

La confianza y la obediencia van de la mano. En vez de acumular cosas para ti mismo, tienes que ser «rico delante de Dios» (v.21). En vez de preocuparte por las cosas materiales, tienes que «buscar su reino» (v.31), el cual Dios se complace en darte (v.32). Este tiene que ser el enfoque de tu vida, «pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón» (v.34).

Oración

Señor, gracias porque me dices una y otra vez que no me preocupe y que no tenga miedo. Ayúdame a buscar tu reino y a confiar en que «él (te) dará todo lo que necesites» (v.31,NTV)
Antiguo Testamento

Deuteronomio 9:1-10:22

El mérito no es de Israel

9»Escucha, Israel: hoy vas a cruzar el Jordán para entrar y desposeer a naciones más grandes y fuertes que tú, que habitan en grandes ciudades con muros que llegan hasta el cielo. 2 Esa gente es poderosa y de gran estatura; ¡son los anaquitas! Tú ya los conoces y sabes que de ellos se dice: “¿Quién puede oponerse a los descendientes de Anac?” 3 Pero tú, entiende bien hoy que el Señor tu Dios avanzará al frente de ti, y que los destruirá como un fuego consumidor y los someterá a tu poder. Tú los expulsarás y los aniquilarás en seguida, tal como el Señor te lo ha prometido.

4 »Cuando el Señor tu Dios los haya arrojado lejos de ti, no vayas a pensar: “El Señor me ha traído hasta aquí, por mi propia justicia, para tomar posesión de esta tierra.” ¡No! El Señor expulsará a esas naciones por la maldad que las caracteriza. 5 De modo que no es por tu justicia ni por tu rectitud por lo que vas a tomar posesión de su tierra. ¡No! La propia maldad de esas naciones hará que el Señor tu Dios las arroje lejos de ti. Así cumplirá lo que juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. 6 Entiende bien que eres un pueblo terco, y que tu justicia y tu rectitud no tienen nada que ver con que el Señor tu Dios te dé en posesión esta buena tierra.

El becerro de oro

7 »Recuerda esto, y nunca olvides cómo provocaste la ira del Señor tu Dios en el desierto. Desde el día en que saliste de Egipto hasta tu llegada aquí, has sido rebelde contra el Señor. 8 A tal grado provocaste su enojo en Horeb, que estuvo a punto de destruirte. 9 Cuando subí a la montaña para recibir las tablas de piedra, es decir, las tablas del pacto que el Señor había hecho contigo, me quedé en la montaña cuarenta días y cuarenta noches, y no comí pan ni bebí agua. 10 Allí el Señor me dio dos tablas de piedra, en las que él mismo escribió todas las palabras que proclamó desde la montaña, de en medio del fuego, el día de la asamblea.

11 »Pasados los cuarenta días y las cuarenta noches, el Señor me dio las dos tablas de piedra, es decir, las tablas del pacto, 12 y me dijo: “Levántate y baja de aquí en seguida, porque ese pueblo tuyo, que sacaste de Egipto, se ha descarriado. Bien pronto se han apartado del camino que les mandé seguir, y se han fabricado un ídolo de metal fundido.”

13 »También me dijo: “He visto a este pueblo, y ¡realmente es un pueblo terco! 14 Déjame que lo destruya y borre hasta el recuerdo de su nombre. De ti, en cambio, haré una nación más fuerte y numerosa que la de ellos.”

15 »Luego me di vuelta y bajé de la montaña que ardía en llamas. En las manos traía yo las dos tablas del pacto. 16 Entonces vi que ustedes habían pecado contra el Señor su Dios, pues se habían fabricado un ídolo fundido con forma de becerro. ¡Bien pronto se habían apartado del camino que el Señor les había trazado! 17 Así que tomé las dos tablas que traía en las manos y las arrojé al suelo, haciéndolas pedazos delante de ustedes.

18 »Nuevamente me postré delante del Señor cuarenta días y cuarenta noches, y no comí pan ni bebí agua. Lo hice por el gran pecado que ustedes habían cometido al hacer lo malo a los ojos del Señor, provocando así su ira. 19 Tuve verdadero miedo del enojo y de la ira del Señor, pues a tal grado se indignó contra ustedes, que quiso destruirlos. Sin embargo, el Señor me escuchó una vez más. 20 Así mismo, tan enojado estaba el Señor contra Aarón que quería destruirlo, y también en esa ocasión intercedí por él. 21 Luego agarré el becerro que ustedes se fabricaron, ese ídolo que los hizo pecar, y lo quemé en el fuego; lo desmenucé y lo reduje a polvo fino, y arrojé el polvo al arroyo que baja de la montaña.

22 »En Taberá, en Masá y en Quibrot Hatavá ustedes provocaron también la indignación del Señor, 23 lo mismo que cuando el Señor los envió desde Cades Barnea y les dijo: “Vayan y tomen posesión de la tierra que les he dado.” Ustedes se rebelaron contra la orden del Señor su Dios; no confiaron en él ni le obedecieron. 24 ¡Desde que los conozco han sido rebeldes al Señor!

25 »Como el Señor había dicho que los destruiría, yo me quedé postrado ante él esos cuarenta días y cuarenta noches. 26 Oré al Señor y le dije: “ Señor y Dios, ¡no destruyas tu propia heredad, el pueblo que por tu grandeza redimiste y sacaste de Egipto con gran despliegue de fuerza! 27 ¡Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob! Pasa por alto la terquedad de este pueblo, y su maldad y su pecado, 28 no sea que allá, en el país de donde nos sacaste, digan: ‘El Señor no pudo llevarlos a la tierra que les había prometido. Y como los aborrecía, los sacó para que murieran en el desierto.’ 29 Después de todo, ellos son tu propia heredad; son el pueblo que sacaste con gran despliegue de fuerza y de poder.”

Las nuevas tablas de la ley

10»En aquel tiempo el Señor me dijo: “Talla dos tablas de piedra iguales a las primeras, y haz un arca de madera; después de eso, sube a la montaña para que te encuentres conmigo. 2 Yo escribiré en esas tablas las mismas palabras que estaban escritas en las primeras, y después las guardarás en el arca.”

3 »Hice, pues, el arca de madera de acacia, y tallé dos tablas de piedra como las primeras; luego subí a la montaña llevando en las manos las dos tablas. 4 En esas tablas, que luego me entregó, el Señor escribió lo mismo que había escrito antes, es decir, los diez mandamientos que les dio a ustedes el día en que estábamos todos reunidos en asamblea, cuando habló desde el fuego en la montaña. 5 En seguida bajé de la montaña y guardé las tablas en el arca que había hecho. Y allí permanecen, tal como me lo ordenó el Señor.»

Ministerio de los levitas

6 Después los israelitas se trasladaron de los pozos de Berot Bené Yacán a Moserá. Allí murió Aarón y fue sepultado, y su hijo Eleazar lo sucedió en el sacerdocio. 7 De allí se fueron a Gudgoda, y siguieron hasta Jotbata, tierra con abundantes corrientes de agua. 8 En aquel tiempo el Señor designó a la tribu de Leví para llevar el arca del pacto y estar en su presencia, y para ministrar y pronunciar bendiciones en su nombre, como hasta hoy lo hace. 9 Por eso los levitas no tienen patrimonio alguno entre sus hermanos, pues el Señor es su herencia, como él mismo lo ha declarado.

Las demandas del

10 «Yo me quedé en la montaña cuarenta días y cuarenta noches, como lo hice la primera vez, y también esta vez el Señor me escuchó. Como no era su voluntad destruirlos, 11 el Señor me dijo: “Ve y guía al pueblo en su camino, para que entren y tomen posesión de la tierra que juré a sus antepasados que les daría.”

12 »Y ahora, Israel, ¿qué te pide el Señor tu Dios? Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos, que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma, 13 y que cumplas los mandamientos y los preceptos que hoy te manda cumplir, para que te vaya bien.

14 »Al Señor tu Dios le pertenecen los cielos y lo más alto de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ella. 15 Sin embargo, él se encariñó con tus antepasados y los amó; y a ti, que eres su descendencia, te eligió de entre todos los pueblos, como lo vemos hoy. 16 Por eso, despójate de lo pagano que hay en tu corazón, y ya no seas terco. 17 Porque el Señor tu Dios es Dios de dioses y Señor de señores; él es el gran Dios, poderoso y terrible, que no actúa con parcialidad ni acepta sobornos. 18 Él defiende la causa del huérfano y de la viuda, y muestra su amor por el extranjero, proveyéndole ropa y alimentos. 19 Así mismo debes tú mostrar amor por los extranjeros, porque también tú fuiste extranjero en Egipto. 20 Teme al Señor tu Dios y sírvele. Aférrate a él y jura sólo por su nombre. 21 Él es el motivo de tu alabanza; él es tu Dios, el que hizo en tu favor las grandes y maravillosas hazañas que tú mismo presenciaste. 22 Setenta eran los antepasados tuyos que bajaron a Egipto, y ahora el Señor tu Dios te ha hecho un pueblo tan numeroso como las estrellas del cielo.

Comentario

Temor y fracaso

La bendición de Dios es pura gracia: «no es por tu justicia ni por tu rectitud» (9:5). Moisés recuerda al pueblo todas las cosas que les salieron mal en el pasado. Les dice que la razón fue que «no confiaron en él ni le obedecieron» (v.23).

Moisés les insta a obedecer a Dios y confiar en Él. «Y ahora, Israel, ¿qué te pide el Señor tu Dios? Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos, que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma, y que cumplas los mandamientos y los preceptos que hoy te manda cumplir, para que te vaya bien» (10:12–13).

Cuando somos tentados a desobedecer a Dios es porque no confiamos que Él quiere de corazón lo mejor para nosotros. Nos gusta pensar que sabemos más que Dios lo que es mejor para nosotros. Pero la realidad es que todos los mandamientos de Dios son «por nuestro propio bien». Dios te ama, le importas y te conoce, y es por esto por lo que quiere que le obedezcas.

La verdad es que puedes confiar en Dios, incluso cuando Sus mandamientos te resulten difíciles o restrictivos. El Dios omnipotente a quien pertenecen «los cielos y lo más alto de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ella», te ha «preferido» y «amado» así como te ha «escogido» (vv.14–15).

«Pongan en su corazón la marca de la alianza» (v.16, DHH). Tu fe es interior, no solo exterior; no obstante la fe lleva a la acción. Estás llamado a seguir el ejemplo de Dios y defender la causa de los huérfanos y las viudas, amar al extranjero, darle comida y vestido (v.18), sin acepción de razas. Tenemos que dar un amor y un servicio especial a los pobres y los marginados.

Dios promete que si confías en Él y le obedeces, verás crecimiento y multiplicación. «Setenta eran los antepasados tuyos que bajaron a Egipto, y ahora el Señor tu Dios te ha hecho un pueblo tan numeroso como las estrellas del cielo» (v.22).

Oración

Señor, gracias porque me has preferido, amado y escogido. Ayúdame hoy a temerte, a caminar en tus caminos, a amarte y servirte con toda mi alma y mi corazón. Ayúdame a defender la causa de los huérfanos y las viudas así como amar al extranjero. Oro para que hagas tu iglesia tan numerosa como las estrellas del cielo.

Añadidos de Pippa

Pippa añade

Lucas 12:22

«No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, con qué se vestirán».

Es muy fácil obsesionarse con el cuerpo, la apariencia, la salud y la nutrición. Debo admitir que cuando pienso en un evento futuro, ¡la primera cosa que me viene a la mente es qué vestido me voy a poner!

Versículo del día

Lucas 12:25

'¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?'

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Referencias

Notes:
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)

Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel

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