Pippa añade: El moho parece haber sido un gran problema en el
Introducción
«John el grandullón» llevaba más de diez años viviendo en las calles de Londres. Antes de eso había pasado más de nueve años en prisión. Le faltaba la mayor parte de su dentadura. Era adicto a la metadona. Su apodo en las calles de Londres era «John el grandullón» porque era un hombre enorme que alguna vez había servido en el ejército.
«John el grandullón» llegó hasta nuestro refugio nocturno para indigentes en HTB. Vino con su amigo «John el pequeño». A «John el grandullón» le encantaba el albergue y apreciaba mucho a los jóvenes que lo cuidaban. Comenzó a asistir a la iglesia, participó en Alpha y se encontró con Jesús. Fue lleno del Espíritu Santo durante el fin de semana Alpha. Como resultado abandonó las drogas. Dios cambió su vida por completo, de la desesperanza al gozo.
De inmediato comenzó a hablarles de Jesús a sus amigos que vivían en la calle. Cada semana se presentaba en la iglesia con más amigos. En las calles de Londres, le cambiaron el apodo, ¡de «John el grandullón» a «Juan el Bautista»!
Uno de los muchachos que John había conocido durante el fin de semana Alpha se dedicaba a los estaba en el negocios inmobiliarios y le encontró alojamiento. Un dentista de nuestra congregación se ofreció voluntariamente a reemplazar los dientes que le faltaban Se reconcilió con su madre y su hermana y ahora tiene una relación con sus nietos, a quienes aún no conocía.
Seguir a Jesús transforma la vida. Él está cambiando continuamente y por completo la vida de la gente. Dios es un Dios de nuevos comienzos y de transformación. Transforma la desesperanza en gozo (Salmo 30:11).
Salmos 30:8-12
8 A ti clamo, Señor soberano;
a ti me vuelvo suplicante.
9 ¿Qué ganas tú con que yo muera,
con que descienda yo al sepulcro?
¿Acaso el polvo te alabará
o proclamará tu verdad?
10 Oye, Señor; compadécete de mí.
¡Sé tú, Señor, mi ayuda!
11 Convertiste mi lamento en danza;
me quitaste la ropa de luto
y me vestiste de fiesta,
12 para que te cante y te glorifique,
y no me quede callado.
¡Señor mi Dios, siempre te daré gracias!
Comentario
Clama a Dios quien transforma vidas
Dios puede transformar tu vida. Él cambia el «lamento en danza» (v.11a). Nos quita «la ropa de luto» y nos «viste de fiesta» (v.11b). Todo esto ocurre cuando clamas pidiendo misericordia y auxilio (vv.8,10).
David clamó a Dios: «¡Sé tú, Señor, mi ayuda!» (v.10). Dios lo hizo: «Has cambiado en danzas mis lamentos; me has quitado el luto y me has vestido de fiesta» (v.11, DHH).
Es sorprendente y maravilloso escuchar una historia tras otra de Jesús transformando la vida de la gente, sacándola de la desesperación, liberándola de las drogas, restaurando matrimonios y cambiando vidas, cambiando los lamentos en danzas y las ropas de luto en fiesta.
No es de sorprenderse que David concluyera este salmo así: «…no puedo quedarme en silencio: ¡te cantaré himnos de alabanza y siempre te daré gracias!» (v.12, DHH).
Oración
Marcos 13:1-31
Señales del fin del mundo
13Cuando salía Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos:
—¡Mira, Maestro! ¡Qué piedras! ¡Qué edificios!
2 —¿Ves todos estos grandiosos edificios? —contestó Jesús—. No quedará piedra sobre piedra; todo será derribado.
3 Más tarde estaba Jesús sentado en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron en privado:
4 —Dinos, ¿cuándo sucederá eso? ¿Y cuál será la señal de que todo está a punto de cumplirse?
5 —Tengan cuidado de que nadie los engañe —comenzó Jesús a advertirles—. 6 Vendrán muchos que, usando mi nombre, dirán: “Yo soy”, y engañarán a muchos. 7 Cuando sepan de guerras y de rumores de guerras, no se alarmen. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin. 8 Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá terremotos por todas partes; también habrá hambre. Esto será apenas el comienzo de los dolores.
9 »Pero ustedes cuídense. Los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. Por mi causa comparecerán ante gobernadores y reyes para dar testimonio ante ellos. 10 Pero primero tendrá que predicarse el evangelio a todas las naciones. 11 Y cuando los arresten y los sometan a juicio, no se preocupen de antemano por lo que van a decir. Sólo declaren lo que se les dé a decir en ese momento, porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo.
12 »El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo. Los hijos se rebelarán contra sus padres y les darán muerte. 13 Todo el mundo los odiará a ustedes por causa de mi nombre, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.
14 »Ahora bien, cuando vean “el horrible sacrilegio” donde no debe estar (el que lee, que lo entienda), entonces los que estén en Judea huyan a las montañas. 15 El que esté en la azotea no baje ni entre en casa para llevarse nada. 16 Y el que esté en el campo no regrese para buscar su capa. 17 ¡Ay de las que estén embarazadas o amamantando en aquellos días! 18 Oren para que esto no suceda en invierno, 19 porque serán días de tribulación como no la ha habido desde el principio, cuando Dios creó el mundo, ni la habrá jamás. 20 Si el Señor no hubiera acortado esos días, nadie sobreviviría. Pero por causa de los que él ha elegido, los ha acortado. 21 Cristo” 22 Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos. 23 Así que tengan cuidado; los he prevenido de todo.
24 »Pero en aquellos días, después de esa tribulación,
»“se oscurecerá el sol
y no brillará más la luna;
25 las estrellas caerán del cielo
y los cuerpos celestes serán sacudidos”.
26 »Verán entonces al Hijo del hombre venir en las nubes con gran poder y gloria. 27 Y él enviará a sus ángeles para reunir de los cuatro vientos a los elegidos, desde los confines de la tierra hasta los confines del cielo.
28 »Aprendan de la higuera esta lección: Tan pronto como se ponen tiernas sus ramas y brotan sus hojas, ustedes saben que el verano está cerca. 29 Igualmente, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que el tiempo está cerca, a las puertas. 30 Les aseguro que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.
Comentario
Mira la gran transformación hecha por Dios
Todo lo que experimentas ahora en términos de Dios transformando las cosas es apenas un anticipo de la gran transformación que sucederá cuando Jesús regrese.
El templo de Jerusalén en la época de Jesús fue uno de los lugares más impresionantes del mundo antiguo. Aun así Jesús vio más allá del esplendor terrenal de los edificios y supo que dicha gloria sería momentánea. En este pasaje insta a los discípulos a que miren más allá del esplendor arquitectónico y hace una serie de profecías sobre el futuro:
- Transformación del templo
Al salir del templo, uno de los discípulos dijo a Jesús: «¡Mira, Maestro! ¡Qué piedras! ¡Qué edificios!» (v.1). Jesús responde diciendo que todo aquello sería derribado y apostilla: «¿Ves estos grandes edificios? Pues no va a quedar de ellos ni una piedra sobre otra. Todo será destruido» (v.2, DHH).
Jesús profetizó la destrucción del templo, la cual sucedió en el año 70 d.C. Tal vez era aquello de lo que hablaba al señalar: «Les aseguro que todo esto sucederá antes que muera la gente de este tiempo» (v.30, DHH).
- Transformación cuando Jesús regrese
Las profecías de Jesús sobre la destrucción del templo no constituyen un acontecimiento aislado. Son características de todo el período que comprende hasta la segunda venida de Jesús y anticipan lo que sucederá al final. Él, por lo tanto, no limita sus palabras al futuro inmediato sino llega hasta las profecías sobre el fin mismo.
Jesús profetiza sobre los acontecimientos en torno a su regreso. Nos advierte, al aproximarnos al final de los tiempos, que las cosas irán de mal en peor. Habrá «guerras y rumores de guerras» (v.7), «terremotos» y «hambre» (v.8b). Y estas cosas serán «apenas el comienzo de los dolores» (v.8c). Lo peor está por venir: «…se oscurecerá el sol y no brillará más la luna; las estrellas caerán del cielo y los cuerpos celestes serán sacudidos» (vv.24-25).
Justo antes del amanecer es la hora de mayor oscuridad. Pero luego de las horas más oscuras viene el nuevo amanecer. Dios transformará y enderezará las cosas con el regreso de Jesús: «Entonces se verá al Hijo del hombre venir en las nubes con gran poder y gloria. Él mandará a los ángeles, y reunirá a sus escogidos de los cuatro puntos cardinales, desde el último rincón de la tierra hasta el último rincón del cielo» (vv.26-27, DHH).
Al hablar de la gran transformación que ocurrirá en los acontecimientos del futuro, Jesús también insta a sus seguidores a tener una transformación ahora en sus propias vidas. Tres veces anima a sus discípulos diciendo «tengan cuidado» (vv.5,9,23) y los anima a estar atentos, observando. Jesús quiere que dejemos de enfocarnos en las cosas incorrectas y procuremos prestar atención a tres cosas:
- Engaño
Advierte a sus discípulos que estén atentos a los falsos mesías que estarán particularmente activos durante tiempos de guerra, terremoto y hambre (v.5).
- Persecución
Jesús dice que habrá una intensificación de la persecución (v.9) donde «el mundo los odiará a ustedes por causa de mi nombre» (v.13).
- Tribulación
Así como el engaño y la persecución, los últimos días «serán días de tribulación como no la ha habido desde el principio» (v.19).
Frente a todo esto, Jesús asegura: «…no se preocupen de antemano por lo que van a decir. Solo declaren lo que se les dé a decir en ese momento, porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo» (v.11). El pueblo de Jesús es animado a estar vigilante con la certeza de que Dios tiene el control de estos acontecimientos y de que Jesús regresará para poner todo en su lugar.
Oración
Levítico 14:1-57
Purificación de las enfermedades cutáneas
14El Señor le dijo a Moisés: 2 «Ésta es la ley que se aplicará para declarar pura a una persona infectada. Será presentada ante el sacerdote, 3 quien la examinará fuera del campamento. Si el sacerdote comprueba que la persona infectada se ha sanado de su enfermedad, 4 mandará traer para la purificación de esa persona dos aves vivas y puras, un pedazo de madera de cedro, un paño escarlata y una rama de hisopo. 5 Después el sacerdote mandará degollar la primera ave sobre una vasija de barro llena de agua de manantial. 6 Tomará la otra ave viva, la madera de cedro, el paño escarlata y la rama de hisopo, y mojará todo esto junto con el ave viva en la sangre del ave que fue degollada sobre el agua de manantial. 7 Luego rociará siete veces a quien va a ser purificado de la infección, y lo declarará puro. Entonces dejará libre a campo abierto el ave viva.
8 »El que se purifica deberá lavarse la ropa, afeitarse todo el pelo y bañarse. Así quedará puro. Después de esto podrá entrar en el campamento, pero se quedará fuera de su carpa durante siete días. 9 Al séptimo día se rapará por completo el cabello, la barba y las cejas; se lavará la ropa y se bañará. Así quedará puro.
10 »Al octavo día, el que se purifica deberá traer dos corderos sin defecto y una cordera de un año, también sin defecto; como ofrenda de cereal traerá seis kilos de flor de harina amasada con aceite, junto con un tercio de litro de aceite. 11 El sacerdote que oficia en la purificación presentará ante el Señor, a la entrada de la Tienda de reunión, al que se purifica y a sus ofrendas. 12 Después el sacerdote tomará uno de los corderos y, junto con el aceite, lo ofrecerá como sacrificio por la culpa. Lo mecerá ante el Señor, pues se trata de una ofrenda mecida. 13 Después degollará al cordero en el lugar santo, donde se degüellan las víctimas del sacrificio expiatorio y del holocausto, porque el sacrificio por la culpa, al igual que el sacrificio expiatorio, pertenecen al sacerdote. Se trata de algo sumamente sagrado. 14 Luego tomará el sacerdote un poco de sangre del sacrificio por la culpa y la untará en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho del que se purifica. 15 El sacerdote tomará un poco de aceite y se lo echará en la palma de la mano izquierda. 16 Mojará el índice de la mano derecha en el aceite que tiene en la palma izquierda, y rociará el aceite siete veces ante el Señor. 17 Luego, del aceite que le quede en la mano, el sacerdote untará un poco en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho del que se purifica, sobre la sangre del sacrificio por la culpa. 18 El sacerdote derramará sobre la cabeza del que se purifica el aceite que le quede en la mano. De este modo celebrará ante el Señor el rito de propiciación por él. 19 A continuación, el sacerdote ofrecerá el sacrificio expiatorio, haciendo propiciación por el que se purifica de su impureza. Hecho esto, degollará la víctima del holocausto, 20 y la ofrecerá en el altar junto con la ofrenda de cereal. Así hará propiciación por él, y lo declarará puro.
21 »Si el que se purifica es pobre y no tiene para comprar lo requerido, tomará como sacrificio por la culpa un solo cordero, el cual será mecido para hacer propiciación por él. También llevará como ofrenda de cereal dos kilos de flor de harina amasada con aceite, y un cuarto de litro de aceite, 22 junto con dos tórtolas o dos pichones de paloma, según lo que pueda pagar, uno como sacrificio expiatorio y otro como holocausto. 23 Al octavo día los llevará a la entrada de la Tienda de reunión, ante el sacerdote, para su purificación en presencia del Señor. 24 El sacerdote tomará el cordero del sacrificio por la culpa, junto con el aceite, y los mecerá ante el Señor, pues se trata de una ofrenda mecida. 25 Después degollará al cordero del sacrificio por la culpa, tomará un poco de sangre y la untará en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho del que se purifica. 26 El sacerdote se echará aceite en la palma de la mano izquierda, 27 y con el índice de la mano derecha lo rociará siete veces ante el Señor. 28 Luego, al que se purifica, el sacerdote le untará un poco del aceite que le quede en la mano. Se lo untará en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho, allí donde puso la sangre del sacrificio por la culpa. 29 El aceite que le quede en la mano lo untará el sacerdote en la cabeza del que se purifica, y así hará propiciación por él ante el Señor. 30 Luego ofrecerá las tórtolas o los pichones de paloma, según lo que pueda pagar el oferente, 31 uno como sacrificio expiatorio y otro como holocausto, junto con la ofrenda de cereal. Así hará el sacerdote propiciación ante el Señor en favor del que se purifica.»
32 Esta ley se aplicará a la persona que haya contraído una infección cutánea y no tenga para pagar las ofrendas regulares de su purificación.
Purificación de casas infectadas
33 El Señor les dijo a Moisés y a Aarón: 34 «Si al entrar ustedes en la tierra de Canaán, la cual les doy en propiedad, yo pongo moho infeccioso en alguna de sus casas, 35 el dueño de la casa deberá decirle al sacerdote: “En mi casa ha aparecido una especie de moho.” 36 Entonces el sacerdote, antes de entrar para examinar el moho, mandará que desocupen la casa para que no se contamine todo lo que haya en ella. Hecho esto, el sacerdote entrará a examinarla. 37 Si el moho de las paredes forma cavidades verduscas o rojizas que parezcan hundirse en la pared, 38 el sacerdote saldrá de la casa y la clausurará durante siete días. 39 Al séptimo día regresará y la examinará. Si el moho se ha extendido por las paredes de la casa, 40 mandará quitar las piedras mohosas y tirarlas fuera de la ciudad, en un lugar impuro. 41 También mandará raspar todo el interior de la casa, y el material raspado lo arrojará fuera de la ciudad, en un lugar impuro. 42 Después se repondrán las antiguas piedras con otras nuevas, y se resanará la casa con estuco nuevo.
43 »Si después de haber quitado las piedras infectadas y de haber raspado y resanado la casa, vuelve a aparecer el moho y se extiende por toda ella, 44 el sacerdote irá a examinarla. Si el moho se ha extendido por toda la casa, se trata de moho corrosivo. Por lo tanto, la casa es impura 45 y deberán demolerla y arrojar, en un lugar impuro fuera de la ciudad, las piedras, el maderamen y el estuco.
46 »Cualquiera que entre en la casa mientras esté clausurada quedará impuro hasta el anochecer, 47 y todo el que duerma o coma en dicha casa deberá lavarse la ropa.
48 »Si después de haber sido resanada la casa, el sacerdote la examina y el moho no se ha extendido, la declarará pura, porque la infección ha desaparecido.
49 »Para purificar la casa, el sacerdote deberá tomar dos aves, pedazos de madera de cedro, ramas de hisopo y un paño escarlata. 50 Degollará una de las aves sobre una vasija de barro llena de agua de manantial; 51 tomará la madera de cedro, las ramas de hisopo, el paño escarlata y la otra ave viva, y mojará todo esto en la sangre del ave degollada y en el agua de manantial. 52 Luego rociará la casa siete veces, y así la purificará con la sangre del ave, con el agua de manantial y con el ave viva, la madera de cedro, las ramas de hisopo y el paño escarlata. 53 Soltará entonces el ave viva a campo abierto. Así hará propiciación por la casa, y ésta quedará pura.
54 »Ésta es la ley respecto a cualquier tipo de infección cutánea o de tiña, 55 o de moho, ya sea en la ropa o en una casa, 56 o de inflamación, o erupción o mancha blancuzca 57 para así poder enseñar al pueblo cuándo algo es puro o impuro. Ésta es la ley respecto a las infecciones.»
Comentario
Agradece a Dios por la transformación más grande de la historia
¿Puede Dios revitalizar la iglesia? ¿Puede transformar una nación? ¿Puede reducir los niveles de delincuencia y vaciar las cárceles? ¿Puede transformar la situación en que se encuentran los matrimonios y la vida familiar?
La gran transformación en la historia ocurrió en la cruz a través de la sangre de Jesús que fue derramada por nosotros. Aquello que parecía una derrota total, Dios lo cambió en la victoria más grande de todos los tiempos. Al hacerlo posibilitó que cada uno de nosotros seamos parte de la transformación de Dios en el mundo hoy en día en nuestras comunidades.
Todo esto fue anticipado en el pasaje de hoy del Antiguo Testamento. Una y otra vez en el libro de Levítico leemos sobre la necesidad de purificación debido al pecado y la culpa. Se requería sacrificio (14.19). Era necesaria la propiciación (vv.18,19,31). La sangre (vv.14,25,28) de un cordero (vv.10,12,23-24) sin defecto (v.10) que ofrecía expiación y limpieza del pecado (vv.11,19,20,23,29,31).
El apóstol Pablo explica cómo estas cosas señalan la gran transformación de Jesús «de la que dan testimonio la ley y los profetas» (Romanos 3:21). Todo lo que leemos en Levítico está diseñado para «dar testimonio» de Jesús. Pablo prosigue: «Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen \[…\] por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó» (vv.22-24).
Como resultado, hoy puedes acercarte a Dios con total confianza. En este pasaje del Levítico leemos sobre la purificación que ocurría mediante el agua (Levítico 14:7,8), así como por medio de la sangre (vv.14,25,28). Esto se retoma en el Nuevo Testamento como un anticipo de la forma en que Jesús nos limpia. Así dice el escritor de Hebreos: «Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura» (Hebreos 10:22; ver también 1 Juan 5:6).
Luego concluye su ilustración al sacar provecho explícitamente de la metáfora sacrificial que vemos en nuestro pasaje para explicar cómo se logró esto: «Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre» (Romanos 3:25).
Así es cómo se transforma la historia. Así es cómo fue transformada la vida de «John el grandullón». Así es cómo fue cambiada mi vida. Así es cómo la desesperación se transforma en gozo. ¡Gracias a Dios por Jesús!
Oración
Añadidos de Pippa
Pippa añade:
El moho parece haber sido un gran problema en el Antiguo Testamento. El tratamiento para este era muy complicado ya que requería la participación del sacerdote. Tenemos humedades en la iglesia, algo que probablemente sea similar. Me alegra que miembros de la congregación no llamen a Nicky cada vez que les sale moho en sus casas. ¡Nicky no es una persona muy habilidosa!
Versículo del día
Salmo 30:11
'Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta.'
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Referencias
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