Mejor juntos
Introducción
Nunca he sido muy bueno a la hora de utilizar ilustraciones visuales, pues no soy una persona muy práctica. Por otro lado, mi gran amigo Nicky Lee (quien junto con su esposa Sila ha sido el pionero del Curso de Matrimonios y otros cursos para parejas y padres), es extremadamente práctico y suele servirse de medios visuales.
Cuando Nicky Lee habla en bodas, a veces se apoya en un material visual para ilustrar el pasaje de Eclesiastés 4, aquel en el que el autor dice: «Más valen dos que uno \[...\] ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!»
Nicky Lee toma dos hilos de lana de diferente color que representan el matrimonio y los entreteje. Juntos son más fuertes, pero aun así se pueden romper con facilidad. Entonces, toma un tercer hilo hecho con un sedal de pesca que es casi invisible. Entrelazado el tercero, es casi imposible romper las dos cuerdas de lana (yo intenté usar esta ilustración una vez pero, por razones que no recuerdo, ¡la cosa fue un absoluto desastre!).
Lo que tan bien quiere señalar, es que si bien la amistad y el matrimonio son unos dones maravillosos, tener a Dios en el centro de una amistad o un matrimonio lo dota de una fuerza formidable sustentada en un hilo invisible.
En los pasajes de hoy vemos la importancia de tener relaciones fuertes con los demás y con Dios. Vemos cómo dos son más fuertes que uno en el matrimonio, la misión y el ministerio.
Proverbios 5:15-23
15 Bebe el agua de tu propio pozo,
el agua que fluye de tu propio manantial.
16 ¿Habrán de derramarse tus fuentes por las calles
y tus corrientes de aguas por las plazas públicas?
17 Son tuyas, solamente tuyas,
y no para que las compartas con extraños.
18 ¡Bendita sea tu fuente!
¡Goza con la esposa de tu juventud!
19 Es una gacela amorosa,
es una cervatilla encantadora.
¡Que sus pechos te satisfagan siempre!
¡Que su amor te cautive todo el tiempo!
20 ¿Por qué, hijo mío, dejarte cautivar por una adúltera?
¿Por qué abrazarte al pecho de la mujer ajena?
21 Nuestros caminos están a la vista del Señor;
él examina todas nuestras sendas.
22 Al malvado lo atrapan sus malas obras;
las cuerdas de su pecado lo aprisionan.
23 Morirá por su falta de disciplina;
perecerá por su gran insensatez.
Comentario
Matrimonio: llegar a ser uno
Aquí vemos una maravillosa imagen del matrimonio como fuente de bendición (v.18a), gozo (v.18b), amor (v.19a), deleite (v.19a), satisfacción (v.19b) y romance (v.19c).
Es una hermosa descripción del matrimonio, en el cual dos personas «serán una sola carne» (Génesis 2:24, RVA-2015). El autor usa la evocativa imagen de un arroyo, pozo o fuente, para describir el deleite en la unión sexual. Eso sí, es un deleite enraizado en la exclusividad y así lo subraya por cuatro veces (Proverbios 5:15–18).
La grandeza del amor emocional y físico entre una esposo y una esposa (intimidades que «satisfagan siempre» v.19) se compara con las satisfacciones baratas de «arrojarte en brazos de una extraña» (v.20, DHH).
Es por esto por lo que el autor advierte encarecidamente contra el adulterio. Sé consciente, dice, de que Dios está mirándote (v.21). Y el camino que lleva al adulterio es «malo», «perverso», pecaminoso, insensato y lo llevará a la muerte (vv.22-23). Vemos un ejemplo de esto en el pasaje del Nuevo Testamento donde el adulterio de Herodes llevó a que este asesinara a Juan el Bautista (Marcos 6:14-29).
Aunque el hecho de que el Señor «no pierde de vista ninguno de (nuestros) pasos» es una advertencia contra el adulterio, también es un recordatorio de la fuerza que da tener «al Señor» involucrado en un matrimonio como la tercera cuerda.
El amor de Dios por nosotros es el mejor ejemplo y la principal guía sobre cómo debemos amar a nuestro esposo.
Oración
Marcos 6:6-29
6 Y él se quedó asombrado por la incredulidad de ellos.
Jesús envía a los doce
Jesús recorría los alrededores, enseñando de pueblo en pueblo. 7 Reunió a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos.
8 Les ordenó que no llevaran nada para el camino, ni pan, ni bolsa, ni dinero en el cinturón, sino sólo un bastón. 9 «Lleven sandalias —dijo—, pero no dos mudas de ropa.» 10 Y añadió: «Cuando entren en una casa, quédense allí hasta que salgan del pueblo. 11 Y si en algún lugar no los reciben bien o no los escuchan, al salir de allí sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos.»
12 Los doce salieron y exhortaban a la gente a que se arrepintiera. 13 También expulsaban a muchos demonios y sanaban a muchos enfermos, ungiéndolos con aceite.
Decapitación de Juan el Bautista
14 El rey Herodes se enteró de esto, pues el nombre de Jesús se había hecho famoso. Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado, y por eso tiene poder para realizar milagros.» 15 Otros decían: «Es Elías.» Otros, en fin, afirmaban: «Es un profeta, como los de antes.» 16 Pero cuando Herodes oyó esto, exclamó: «¡Juan, al que yo mandé que le cortaran la cabeza, ha resucitado!»
17 En efecto, Herodes mismo había mandado que arrestaran a Juan y que lo encadenaran en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de Felipe su hermano, 18 y Juan le había estado diciendo a Herodes: «La ley te prohíbe tener a la esposa de tu hermano.» 19 Por eso Herodías le guardaba rencor a Juan y deseaba matarlo. Pero no había logrado hacerlo, 20 ya que Herodes temía a Juan y lo protegía, pues sabía que era un hombre justo y santo. Cuando Herodes oía a Juan, se quedaba muy desconcertado, pero lo escuchaba con gusto.
21 Por fin se presentó la oportunidad. En su cumpleaños Herodes dio un banquete a sus altos oficiales, a los comandantes militares y a los notables de Galilea. 22 La hija de Herodías entró en el banquete y bailó, y esto agradó a Herodes y a los invitados.
—Pídeme lo que quieras y te lo daré —le dijo el rey a la muchacha.
23 Y le prometió bajo juramento:
—Te daré cualquier cosa que me pidas, aun cuando sea la mitad de mi reino.
24 Ella salió a preguntarle a su madre:
—¿Qué debo pedir?
—La cabeza de Juan el Bautista —contestó.
25 En seguida se fue corriendo la muchacha a presentarle al rey su petición:
—Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.
26 El rey se quedó angustiado, pero a causa de sus juramentos y en atención a los invitados, no quiso desairarla. 27 Así que en seguida envió a un verdugo con la orden de llevarle la cabeza de Juan. El hombre fue, decapitó a Juan en la cárcel 28 y volvió con la cabeza en una bandeja. Se la entregó a la muchacha, y ella se la dio a su madre. 29 Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cuerpo y le dieron sepultura.
Comentario
Misión: de dos en dos
El matrimonio no es solo para responder a la soledad. Aunque el matrimonio es una gran bendición, se nos recuerda que no necesitamos estar casados para experimentar la comunidad o la plenitud. Jesús no estaba casado y fue el ser humano más completo que jamás puso los pies en esta tierra. Él fue modelo de otro camino para llegar a la plenitud.
Jesús fue por ahí «haciendo sus cosas» (por acuñar una frase usada por John Wimber). Envió a sus discípulos a hacer lo mismo; ellos fueron y predicaron, echaron demonios y curaron a los enfermos (vv.12–13).
Es significativo que los enviara en parejas «de dos en dos» (v.7). Este tipo de misión puede resultar muy solitaria si vas solo. Es mucho mejor ir en parejas.
Tuvo que ser muy divertido y profundamente satisfactorio salir juntos y predicar el evangelio, echar demonios y ungir a los enfermos con aceite, y ver que como resultado se curaban (v.13).
Como dice la traducción bíblica The Message, «predicaron con gozosa urgencia que la vida puede ser radicalmente diferente; echaron demonios a diestra y siniestra, trajeron bienestar a los enfermos ungiendo sus cuerpos y sanando sus espíritus (vv.13–14, MSG).
Y lo hicieron juntos. En contraste con estos discípulos, el pobre Juan el Bautista había estado solo en la cárcel. En él vemos un impactante ejemplo de valor moral. Le había estado diciendo a Herodes: «La ley te prohíbe tener a la esposa de tu hermano» (v.18). No dudó en provocar la ira de los grandes y poderosos en todas las ocasiones necesarias.
A Herodes le gustaba escuchar a Juan (v.20). ¡Se sentía mejor después de un buen sermón! Pero había una cosa en la vida de Herodes que este se negaba a abandonar: su relación adúltera con Herodías. Esto le hizo moralmente débil e impidió que disfrutara de una relación con Dios.
Herodes, como Pilatos con Jesús, no quería ordenar la muerte de Juan el Bautista. Pero Herodes hizo una oferta insensata y se puso en una posición en la que quedaría mal en caso de echarse para atrás y no ordenar la ejecución de Juan el Bautista.
Mientras que Juan el Bautista tenía seguidores y tuvo que afrontar la cárcel y la ejecución solo, en cambio Jesús envió a sus discípulos «de dos en dos».
Jago Wynne, autor del libro Working Without Wilting \[Trabajando sin marchitarse\], habla de su experiencia pastoreando encuentros entre semana para gente que trabajaba en Londres. Describe cómo aquellos que acudían solos de su trabajo, como cristianos aislados, con frecuencia parecían cansados y en lucha con las presiones de la vida laboral.
Por otro lado, aquellos que habían encontrado otros colegas cristianos y venían a los servicios en grupos de dos o tres, casi todos parecían muchísimo más optimistas y radiantes.
Jago reflexiona: «Si somos cristianos solitarios en nuestros ambientes cotidianos, ya sea el lugar de trabajo, la escuela, la universidad o el hogar, es bueno que oremos al Señor para que nos provea con otro hermano o hermana en Cristo. Su sola presencia puede ser una fuente de ánimo para seguir en el servicio al Señor en la vida y en la misión».
Como dice el autor de Eclesiastés: «Mejor dos que uno solo \[...\] porque si caen, el uno levantará a su compañero. Pero, ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante! \[...\] Y si uno es atacado por alguien, si son dos, prevalecerán contra él. Y un cordel triple no se rompe tan pronto» (Eclesiastés 4:9–12). Este versículo se suele usar para ilustrar la importancia de la amistad y la unidad en el matrimonio, pero realmente el contexto original de este versículo es la amistad.
Oración
Éxodo 29:1-30:38
Consagración de los sacerdotes
29»Para consagrarlos como sacerdotes a mi servicio, harás lo siguiente: Tomarás un novillo y dos carneros sin defecto, 2 y con harina fina de trigo harás panes y tortas sin levadura amasadas con aceite, y obleas sin levadura untadas con aceite. 3 Pondrás los panes, las tortas y las obleas en un canastillo, y me los presentarás junto con el novillo y los dos carneros. 4 Luego llevarás a Aarón y a sus hijos a la entrada de la Tienda de reunión, y los bañarás. 5 Tomarás las vestiduras y le pondrás a Aarón la túnica, el efod con su manto, y el pectoral. El efod se lo sujetarás con el cinturón. 6 Le pondrás el turbante en la cabeza, y sobre el turbante, la tiara sagrada. 7 Luego lo ungirás derramando el aceite de la unción sobre su cabeza. 8 Acercarás entonces a sus hijos y les pondrás las túnicas 9 y las mitras; a continuación, les ceñirás los cinturones a Aarón y a sus hijos. Así les conferirás autoridad, y el sacerdocio será para ellos una ley perpetua.
10 »Arrimarás el novillo a la entrada de la Tienda de reunión para que Aarón y sus hijos le pongan las manos sobre la cabeza, 11 y allí, en presencia del Señor, sacrificarás al novillo. 12 Con el dedo tomarás un poco de la sangre del novillo y la untarás en los cuernos del altar, y al pie del altar derramarás la sangre restante. 13 Al hígado y a los dos riñones les quitarás la grasa que los recubre, y la quemarás sobre el altar; 14 pero la carne del novillo, su piel y su excremento los quemarás fuera del campamento, pues se trata de un sacrificio por el pecado.
15 »Tomarás luego uno de los carneros para que Aarón y sus hijos le pongan las manos sobre la cabeza; 16 lo sacrificarás, y con la sangre rociarás el altar y sus cuatro costados. 17 Destazarás el carnero y, luego de lavarle los intestinos y las piernas, los pondrás sobre los pedazos y la cabeza del carnero, 18 y quemarás todo el carnero sobre el altar. Se trata de un holocausto, de una ofrenda presentada por fuego, de aroma grato al Señor.
19 »Tomarás entonces el otro carnero para que Aarón y sus hijos le pongan las manos sobre la cabeza, 20 y lo sacrificarás, poniendo un poco de su sangre en el lóbulo de la oreja derecha de Aarón y de sus hijos, lo mismo que en el pulgar derecho y en el dedo gordo derecho. Después de eso rociarás el altar y sus cuatro costados con la sangre, 21 y rociarás también un poco de esa sangre y del aceite de la unción sobre Aarón y sus hijos, y sobre sus vestiduras. Así Aarón y sus hijos y sus vestiduras quedarán consagrados.
22 »De este carnero, que representa la autoridad conferida a los sacerdotes, tomarás la cola, la grasa que recubre las vísceras, el hígado, los dos riñones y el muslo derecho. 23 Del canastillo del pan sin levadura que está ante el Señor, tomarás uno de los panes, una torta hecha con aceite y una oblea, 24 y meciéndolos ante el Señor los pondrás en las manos de Aarón y de sus hijos. Se trata de una ofrenda mecida. 25 Luego ellos deberán devolverte todo esto para que tú, en presencia del Señor, lo quemes sobre el altar, junto con el holocausto de aroma grato. Ésta es una ofrenda presentada por fuego en honor del Señor. 26 Después de eso, tomarás el pecho del carnero que representa la autoridad conferida a Aarón, y lo mecerás ante el Señor, pues se trata de una ofrenda mecida. Esa porción será la tuya.
27 »Aparta el pecho del carnero que fue mecido para conferirles autoridad a Aarón y a sus hijos, y también el muslo que fue presentado como ofrenda, pues son las porciones que a ellos les corresponden. 28 Éstas son las porciones que, de sus sacrificios de comunión al Señor, les darán siempre los israelitas a Aarón y a sus hijos como contribución.
29 »Las vestiduras sagradas de Aarón pasarán a ser de sus descendientes, para que sean ungidos y ordenados con ellas. 30 Cualquiera de los sacerdotes descendientes de Aarón que se presente en la Tienda de reunión para ministrar en el Lugar Santo, deberá llevar puestas esas vestiduras durante siete días.
31 »Toma el carnero con que se les confirió autoridad, y cuece su carne en el lugar sagrado. 32 A la entrada de la Tienda de reunión, Aarón y sus hijos comerán la carne del carnero y el pan que está en el canastillo. 33 Con esas ofrendas se hizo expiación por ellos, se les confirió autoridad y se les consagró; sólo ellos podrán comerlas, y nadie más, porque son ofrendas sagradas. 34 Si hasta el otro día queda algo del carnero con que se les confirió autoridad, o algo del pan, quémalo. No debe comerse, porque es parte de las ofrendas sagradas.
35 »Haz con Aarón y con sus hijos todo lo que te he ordenado. Dedica siete días a conferirles autoridad. 36 Para hacer expiación, cada día ofrecerás un novillo como ofrenda por el pecado. Purificarás el altar haciendo expiación por él y ungiéndolo para consagrarlo. 37 Esto lo harás durante siete días. Así el altar y cualquier cosa que lo toque quedarán consagrados.
38 »Todos los días ofrecerás sobre el altar dos corderos de un año. 39 Al despuntar el día, ofrecerás uno de ellos, y al caer la tarde, el otro. 40 Con el primer cordero ofrecerás, como ofrenda de libación, dos kilos de harina fina mezclada con un litro de aceite de oliva, y un litro de vino. 41 El otro cordero lo sacrificarás al caer la tarde, como ofrenda presentada por fuego de aroma grato al Señor, junto con una ofrenda de libación como la presentada en la mañana.
42 »Las generaciones futuras deberán ofrecer siempre este holocausto al Señor. Lo harán a la entrada de la Tienda de reunión, donde yo me reuniré contigo y te hablaré, 43 y donde también me reuniré con los israelitas. Mi gloriosa presencia santificará ese lugar.
44 »Consagraré la Tienda de reunión y el altar, y consagraré también a Aarón y a sus hijos para que me sirvan como sacerdotes. 45 Habitaré entre los israelitas, y seré su Dios. 46 Así sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los sacó de Egipto para habitar entre ellos. Yo soy el Señor su Dios.
El altar del incienso
30»Haz un altar de madera de acacia para quemar incienso. 2 Hazlo cuadrado, de cuarenta y cinco centímetros de largo por cuarenta y cinco centímetros de ancho y noventa centímetros de alto. Sus cuernos deben formar una pieza con el altar. 3 Recubre de oro puro su parte superior, sus cuatro costados y los cuernos, y ponle una moldura de oro alrededor. 4 Ponle también dos anillos de oro en cada uno de sus costados, debajo de la moldura, para que pasen por ellos las varas para transportarlo. 5 Prepara las varas de madera de acacia, y recúbrelas de oro. 6 Pon el altar frente a la cortina que está ante el arca del pacto, es decir, ante el propiciatorio que está sobre el arca, que es donde me reuniré contigo.
7 »Cada mañana, cuando Aarón prepare las lámparas, quemará incienso aromático sobre el altar, 8 y también al caer la tarde, cuando las encienda. Las generaciones futuras deberán quemar siempre incienso ante el Señor. 9 No ofrezcas sobre ese altar ningún otro incienso, ni holocausto ni ofrenda de grano, ni derrames sobre él libación alguna. 10 Cada año Aarón hará expiación por el pecado de las generaciones futuras. Lo hará poniendo la sangre de la ofrenda de expiación sobre los cuernos del altar. Este altar estará completamente consagrado al Señor.»
Dinero para la expiación
11 El Señor habló con Moisés y le dijo: 12 «Cuando hagas el censo y cuentes a los israelitas, cada uno deberá pagar al Señor rescate por su vida, para que no le sobrevenga ninguna plaga durante el censo. 13 Cada uno de los censados deberá pagar como ofrenda al Señor seis gramos de plata, que es la mitad de la tasación oficial del santuario. 14 Todos los censados mayores de veinte años deberán entregar esta ofrenda al Señor. 15 Al entregar la ofrenda alzada para el Señor, ni el pobre dará menos. 16 Tú mismo recibirás esta plata de manos de los israelitas, y la entregarás para el servicio de la Tienda de reunión. De esta manera el Señor tendrá presente que los israelitas pagaron su rescate.»
El lavamanos
17 El Señor habló con Moisés y le dijo: 18 «Haz un lavamanos de bronce, con un pedestal también de bronce, y colócalo entre la Tienda de reunión y el altar. Échale agua, 19 pues con ella deben lavarse Aarón y sus hijos las manos y los pies. 20 Siempre que entren en la Tienda de reunión, o cuando se acerquen al altar y presenten al Señor alguna ofrenda por fuego, deberán lavarse con agua 21 las manos y los pies para que no mueran. Ésta será una ley perpetua para Aarón y sus descendientes por todas las generaciones.»
El aceite de la unción
22 El Señor habló con Moisés y le dijo: 23 «Toma las siguientes especias finas: seis kilos de mirra líquida, tres kilos de canela aromática, tres kilos de caña aromática, 24 seis kilos de casia, y cuatro litros de aceite de oliva, según la tasación oficial del santuario. 25 Con estos ingredientes harás un aceite, es decir, una mezcla aromática como las de los fabricantes de perfumes. Éste será el aceite de la unción sagrada. 26 Con él deberás ungir la Tienda de reunión, el arca del pacto, 27 la mesa y todos sus utensilios, el candelabro y sus accesorios, el altar del incienso, 28 el altar de los holocaustos y todos sus utensilios, y el lavamanos con su pedestal. 29 De este modo los consagrarás, y serán objetos santísimos; cualquier cosa que toque esos objetos quedará también consagrada.
30 »Unge a Aarón y a sus hijos, y conságralos para que me sirvan como sacerdotes. 31 A los israelitas les darás las siguientes instrucciones: “De aquí en adelante, éste será mi aceite de la unción sagrada. 32 No lo derramen sobre el cuerpo de cualquier hombre, ni preparen otro aceite con la misma fórmula. Es un aceite sagrado, y así deberán considerarlo. 33 Cualquiera que haga un perfume como éste, y cualquiera que unja con él a alguien que no sea sacerdote, será eliminado de su pueblo.” »
El incienso
34 El Señor le dijo a Moisés: «Toma una misma cantidad de resina, ámbar, gálbano e incienso puro, 35 y mezcla todo esto para hacer un incienso aromático, como lo hacen los fabricantes de perfumes. Agrégale sal a la mezcla, para que sea un incienso puro y sagrado. 36 Muele parte de la mezcla hasta hacerla polvo, y colócala en la Tienda de reunión, frente al arca del pacto, donde yo me reuniré contigo. Este incienso será para ustedes algo muy sagrado, 37 y no deberá hacerse ningún otro incienso con la misma fórmula, pues le pertenece al Señor. Ustedes deberán considerarlo como algo sagrado. 38 Quien haga otro incienso parecido para disfrutar de su fragancia, será eliminado de su pueblo.»
Comentario
Ministerio: dos corderos
Las elaboradas ceremonias que vemos en este pasaje, enfatizan el meticuloso cuidado con el que había que aproximarse ante un Dios santo. La ornamentación exterior era lo que daba a los sacerdotes gloria, belleza y santidad. En el Nuevo Testamento, los adornos que llevan a la belleza interior y la santidad, vienen del Espíritu de Dios que habita en tu corazón.
En aquellas ceremonias del Antiguo Testamento, todo tenía que estar multiplicado. Es por eso que necesitaban dos novillos (29:1,3), dos anillos de oro (30:4) y lo más significativo de todo: dos corderos (29:38). La multiplicación de los instrumentos rituales y los sacrificios eran un signo de la grandeza de Dios. Señalaban lo inadecuado de todo sacrificio animal o ritual para llevarnos en verdad a Dios. Dos es mejor que uno, pero aun así no es suficiente.
El autor de Hebreos nos narra que todas estas disposiciones habían sido anuladas: «La ley anterior queda anulada por ser inútil e ineficaz» (Hebreos 7:18). En vez de dos corderos, un cordero perfecto fue sacrificado por nosotros: Jesús. «Él ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo» (v.27). Ya no necesitamos multiplicar los sacrificios.
La expiación era necesaria (Éxodo 29:33,37; 30:10,16) y requería de ofrecer «la sangre de la ofrenda de expiación» (30:10).
Jesús derramó su propia sangre por nosotros. Pablo describe su muerte en la cruz como «un sacrificio de expiación» (Romanos 3:25).
Los sacerdotes solo se podían acercar al altar «para ministrar» (Éxodo 30:20, RVA). «Ministerio» significa el servicio a Dios. Lo que nos permite tomar parte en el ministerio (servicio a Dios y a los demás), es el sacrificio único de Jesús en la cruz.
Oración
Añadidos de Pippa
Pippa añade
Marcos 6:26
«El rey se quedó angustiado, pero a causa de sus juramentos y en atención a los invitados, no quiso desairarla».
No es bueno dejar de cumplir un juramento, pero es mejor que hacer algo tan malo. Herodes tenía que haber estado preparado para ser humillado ante sus invitados del banquete y romper su juramento. ¿Te sientes alguna vez tentado a hacer lo que no es correcto, solo para quedar bien?
Versículo del día
Éxodo 29:42
'Las generaciones futuras deberán ofrecer siempre este holocausto al Señor. Lo harán a la entrada de la Tienda de reunión, donde yo me reuniré contigo y te hablaré.'
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Referencias
Notas:
Jago Wynne, Working Without Wilting, (Inter-varsity Press, 2009)
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
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Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.
(Henry F. Lyte, ‘Praise, My Soul, the King of Heaven’, 1834).
Bonhoeffer: Cantus Firmus
Wynne, Working Without Wilting