Día 359

Feliz Navidad

Sabiduría Salmos 147:12-20
Nuevo Testamento Apocalipsis 17:1-18
Antiguo Testamento Nehemías 3:1-4:23

Introducción

Hoy celebramos el «suceso central de la historia de la Tierra, el objeto mismo en el que ha consistido toda la historia» (C.S. Lewis). Celebramos el nacimiento de Jesús. Es un gran día de alegría y celebración en todo el mundo.

Y aun así, en medio de todas los adornos y celebraciones de la Navidad, puede ser fácil que pasemos por alto por qué el nacimiento de Jesús es tan significativo. La clave para la Navidad no está en los detalles de la visita de los pastores o en el viaje de los magos, sino en la identidad de Aquel a quien vinieron a adorar. En Jesús, Dios se hizo «carne» y «habitó entre nosotros» (Juan 1:14). ¡La Navidad consiste en Jesús!

Nuestro pasaje del Nuevo Testamento de hoy nos ayuda a captar algo de la enormidad de lo que significa. En él se nos recuerda que el «niño Jesús» es también el «Señor de señores y el Rey de reyes» (Apocalipsis 17:14b). Se nos permite echar un vistazo a la batalla cósmica del bien y del mal cuando una vasta formación de poderes y autoridades se alinean contra Dios; pero se nos recuerda que al final son vencidos por medio de la humildad y el autosacrificio del «Cordero».

Jesús deja la gloria del cielo cambiándola por un humilde establo. Como dice la canción de Navidad Hark! The Herald Angels Sing (¡Escuchen a los ángeles heraldos cantar!):

Cristo adorado en lo más alto del cielo

Cristo el Señor eterno;

He aquí él viene al final del tiempo

nacido del vientre de una virgen

Se ve la Divinidad velada en carne

Viva la Deidad encarnada

Se complace en habitar como hombre con el hombre

Jesús, nuestro Emmanuel

¡Escuchen con atención! A los ángeles heraldos cantar:

“Gloria al Rey recién nacido!”

En cada uno de los pasajes de hoy, vemos las bendiciones de seguir a aquel «Rey recién nacido».

Sabiduría

Salmos 147:12-20

12 Alaba al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, oh Sión.

13 Él refuerza los cerrojos de tus puertas
y bendice a los que en ti habitan.
14 Él trae la paz a tus fronteras
y te sacia con lo mejor del trigo.

15 Envía su palabra a la tierra;
su palabra corre a toda prisa.
16 Extiende la nieve cual blanco manto,
esparce la escarcha cual ceniza.
17 Deja caer el granizo como grava;
¿quién puede resistir sus ventiscas?
18 Pero envía su palabra y lo derrite;
hace que el viento sople, y las aguas fluyen.

19 A Jacob le ha revelado su palabra;
sus leyes y decretos a Israel.
20 Esto no lo ha hecho con ninguna otra nación;
jamás han conocido ellas sus decretos.

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Comentario

1. Bendición, paz y satisfacción

Todas las promesas de Dios se cumplieron cuando vino Jesús. Dios prometió a Su pueblo bendición, paz y satisfacción («te sacia con lo mejor del trigo», v.14). Él «envía su palabra a la tierra» (v.15).

Cuando el nacimiento de Jesús fue anunciado a los pastores, el ángel lo describió como «buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo» (Lucas 2:10). Los coros celestiales alaban a Dios diciendo «paz en la tierra» (v.14). Jesús nació en Belén (que significa «la casa del pan»). Él es aquel que satisface el hambre espiritual del corazón de todo ser humano.

Oración

Señor, gracias por la manera en la que bendices a Tu pueblo. Gracias porque «tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo» (Romanos 5:1). Gracias porque satisfaces los deseos más profundos de mi corazón.
Nuevo Testamento

Apocalipsis 17:1-18

La mujer montada en la bestia

17Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas se me acercó y me dijo: «Ven, y te mostraré el castigo de la gran prostituta que está sentada sobre muchas aguas. 2 Con ella cometieron adulterio los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su inmoralidad.»

3 Luego el ángel me llevó en el Espíritu a un desierto. Allí vi a una mujer montada en una bestia escarlata. La bestia estaba cubierta de nombres blasfemos contra Dios, y tenía siete cabezas y diez cuernos. 4 La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada con oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de abominaciones y de la inmundicia de sus adulterios. 5 En la frente llevaba escrito un nombre misterioso:

LA GRAN BABILONIA

MADRE DE LAS PROSTITUTAS

Y DE LAS ABOMINABLES IDOLATRÍAS DE LA TIERRA.

6 Vi que la mujer se había emborrachado con la sangre de los santos y de los mártires de Jesús.

Al verla, quedé sumamente asombrado. 7 Entonces el ángel me dijo: «¿Por qué te asombras? Yo te explicaré el misterio de esa mujer y de la bestia de siete cabezas y diez cuernos en la que va montada. 8 La bestia que has visto es la que antes era pero ya no es, y está a punto de subir del abismo, pero va rumbo a la destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyos nombres, desde la creación del mundo, no han sido escritos en el libro de la vida, se asombrarán al ver a la bestia, porque antes era pero ya no es, y sin embargo reaparecerá.

9 »¡En esto consisten el entendimiento y la sabiduría! Las siete cabezas son siete colinas sobre las que está sentada esa mujer. 10 También son siete reyes: cinco han caído, uno está gobernando, el otro no ha llegado todavía; pero cuando llegue, es preciso que dure poco tiempo. 11 La bestia, que antes era pero ya no es, es el octavo rey. Está incluido entre los siete, y va rumbo a la destrucción.

12 »Los diez cuernos que has visto son diez reyes que todavía no han comenzado a reinar, pero que por una hora recibirán autoridad como reyes, junto con la bestia. 13 Éstos tienen un mismo propósito, que es poner su poder y autoridad a disposición de la bestia. 14 Le harán la guerra al Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con él son sus llamados, sus escogidos y sus fieles.»

15 Además el ángel me dijo: «Las aguas que has visto, donde está sentada la prostituta, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas. 16 Los diez cuernos y la bestia que has visto le cobrarán odio a la prostituta. Causarán su ruina y la dejarán desnuda; devorarán su cuerpo y la destruirán con fuego, 17 porque Dios les ha puesto en el corazón que lleven a cabo su divino propósito. Por eso, y de común acuerdo, ellos le entregarán a la bestia el poder que tienen de gobernar, hasta que se cumplan las palabras de Dios. 18 La mujer que has visto es aquella gran ciudad que tiene poder de gobernar sobre los reyes de la tierra.»

Comentario

2. Llamados, elegidos y fieles

La Navidad no solo es una historia simpática; es un momento decisivo de la historia humana. En la batalla cósmica entre el bien y el mal, entre Dios y el demonio, Jesús es la figura decisiva. Esa batalla y la centralidad de Jesús en la misma con su victoria, es el centro de nuestro pasaje del Nuevo Testamento para hoy.

A veces, la iglesia parece estar luchando una batalla perdida. En la sociedad occidental de hoy, la asistencia a la iglesia ha estado en declive desde hace algún tiempo. El secularismo parece estar ganando. El libro de Apocalipsis devela lo que está sucediendo detrás del escenario y cómo resultan las cosas al final.

Al mirar alrededor en el mundo de hoy, vemos que este es inmensamente poderoso y seductor a un nivel. Pero, por debajo de la superficie, vemos mucho mal y mucha oposición al Cordero.

La oposición a Jesús está personificada en «la gran Babilonia

madre de las prostitutas y de las abominables idolatrías de la tierra» (v.5), leyenda que está escrita en la frente de la mujer que cabalga a lomos de una bestia.

En el contexto original, la identidad de «Babilonia» es la Antigua Roma. Como hemos visto, las «siete colinas sobre las que está sentada esa mujer» (v.9) son las siete colinas que rodean a Roma.

Superficialmente, había algo muy atractivo en el Imperio romano, el cual representaba lo que el mundo ofrece. Ella está «vestida de púrpura y escarlata, y adornada con oro, piedras preciosas y perlas» (v.4).

Pero bajo la atracción superficial, había violencia y vicio: «Con ella cometieron adulterio los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su inmoralidad» (v.2).

Gradualmente se va haciendo evidente que, a pesar de lo contrario de las apariencias, esta violencia y vicio no eran aleatorias sino que se dirigían especialmente contra Dios y Su pueblo. El conjunto de personajes que aparecen en la primera parte del pasaje «tienen un mismo propósito \[…\] le harán la guerra al Cordero» (vv.13-14).

La noticia maravillosa de este pasaje es que el Cordero vence. No solo vence, sino que también te incluye a ti en su victoria: «Le harán la guerra al Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con él son sus llamados, sus escogidos y sus fieles» (v.14). Como la iglesia suele sufrir grandes ataques y en ocasiones las fuerzas del secularismo parecen ascender, encuentro que este versículo provee una gran consolación y ánimo.

Como dijo la Madre Teresa: «Dios no me llama a ser exitosa, sino a ser fiel». Si eres fiel a Jesús, serás exitoso en última instancia, porque Jesús vencerá al final.

Celebra hoy el privilegio de ser uno de aquellos llamados, elegidos y fieles seguidores de Jesús, el niño nacido en aquella primera Navidad, que creció y murió como el Cordero de Dios, y fue resucitado a la vida.

En última instancia, el Cordero vencerá porque él es el Señor de señores y el Rey de reyes. Esta es una noticia maravillosa que celebrar esta Navidad. Como se expresa en una de las grandes canciones de Navidad, tenemos un Salvador «para liberar a todos los que confían en él del poder y la fuerza de Satanás. ¡Oh mareas de consuelo y alegría!».

Oración

Señor, gracias porque eres el Señor de señores y el Rey de reyes. Gracias porque gobiernas y reinas. Gracias porque al final, el Cordero vencerá a todas las fuerzas del mal. Ayúdame a mantenerme cerca de Jesús y a mantenerme entre sus fieles seguidores.
Antiguo Testamento

Nehemías 3:1-4:23

Se inicia la reconstrucción

3Entonces el sumo sacerdote Eliasib y sus compañeros los sacerdotes trabajaron en la reconstrucción de la puerta de las Ovejas. La repararon y la colocaron en su lugar, y reconstruyeron también la muralla desde la torre de los Cien hasta la torre de Jananel. 2 El tramo contiguo lo reconstruyeron los hombres de Jericó, y el tramo siguiente, Zacur hijo de Imrí.

3 La puerta de los Pescados la reconstruyeron los descendientes de Sená. Colocaron las vigas y pusieron la puerta en su lugar, con sus cerrojos y barras. 4 El tramo contiguo lo reconstruyó Meremot, hijo de Urías y nieto de Cos, y el tramo siguiente Mesulán, hijo de Berequías y nieto de Mesezabel. El siguiente tramo lo reconstruyó Sadoc hijo de Baná. 5 Los de Tecoa reconstruyeron el siguiente tramo de la muralla, aunque sus notables no quisieron colaborar con sus dirigentes.

6 La puerta de Jesaná la reconstruyeron Joyadá hijo de Paseaj y Mesulán hijo de Besodías. Colocaron las vigas y pusieron en su lugar la puerta con sus cerrojos y barras. 7 El tramo contiguo lo reconstruyeron Melatías de Gabaón y Jadón de Meronot. A éstos se les unieron los de Gabaón y los de Mizpa, que estaban bajo el dominio del gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates.

8 Uziel hijo de Jaraías, que era uno de los plateros, reconstruyó el siguiente tramo de la muralla, y uno de los perfumistas, llamado Jananías, el siguiente. Entre los dos reconstruyeron la muralla de Jerusalén hasta la muralla Ancha. 9 El siguiente tramo lo reconstruyó Refaías hijo de Jur, que era gobernador de una mitad del distrito de Jerusalén; 10 el siguiente, Jedaías hijo de Jarumaf, cuya casa quedaba al frente, y el siguiente, Jatús hijo de Jasabnías.

11 Malquías hijo de Jarín y Jasub hijo de Pajat Moab reconstruyeron el siguiente tramo de la muralla y la torre de los Hornos. 12 Salún hijo de Halojés, que era gobernador de la otra mitad del distrito de Jerusalén, reconstruyó el siguiente tramo con la ayuda de sus hijas.

13 La puerta del Valle la reconstruyeron Janún y los habitantes de Zanoa, y la colocaron en su lugar con sus cerrojos y barras. Levantaron también quinientos metros de muralla hasta la puerta del Basurero.

14 Malquías hijo de Recab, gobernador del distrito de Bet Haqueren, reconstruyó la puerta del Basurero y la colocó en su lugar con sus cerrojos y barras.

15 Salún hijo de Coljozé, gobernador del distrito de Mizpa, reconstruyó la puerta de la Fuente, la techó y la colocó en su lugar con sus cerrojos y barras. Reconstruyó también el muro del estanque de Siloé, que está junto al jardín del rey, hasta las gradas que llevan a la Ciudad de David. 16 Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de una mitad del distrito de Betsur, reconstruyó el siguiente tramo hasta el lugar que está frente a los sepulcros de David, hasta el estanque artificial y hasta el cuartel de la guardia real.

17 El sector que sigue lo reconstruyeron los levitas y Rejún hijo de Baní. En el tramo siguiente Jasabías, gobernador de una mitad del distrito de Queilá, hizo las obras de reconstrucción por cuenta de su distrito, 18 y las continuaron sus compañeros: Bavay hijo de Henadad, gobernador de la otra mitad del distrito de Queilá, 19 y Ezer hijo de Jesúa, gobernador de Mizpa, que reconstruyó el tramo que sube frente al arsenal de la esquina. 20 El tramo siguiente, es decir, el sector que va desde la esquina hasta la puerta de la casa del sumo sacerdote Eliasib, lo reconstruyó con entusiasmo Baruc hijo de Zabay. 21 El sector que va desde la puerta de la casa de Eliasib hasta el extremo de la misma lo reconstruyó Meremot, hijo de Urías y nieto de Cos.

22 El siguiente tramo lo reconstruyeron los sacerdotes que vivían en los alrededores. 23 Benjamín y Jasub reconstruyeron el sector que está frente a sus propias casas. Azarías, hijo de Maseías y nieto de Ananías, reconstruyó el tramo que está junto a su propia casa. 24 Binuy hijo de Henadad reconstruyó el sector que va desde la casa de Azarías hasta el ángulo, es decir, hasta la esquina. 25 Palal hijo de Uzay reconstruyó el sector de la esquina que está frente a la torre alta que sobresale del palacio real, junto al patio de la guardia. El tramo contiguo lo reconstruyó Pedaías hijo de Parós. 26 Los servidores del templo que vivían en Ofel reconstruyeron el sector oriental que está frente a la puerta del Agua y la torre que allí sobresale. 27 Los hombres de Tecoa reconstruyeron el tramo que va desde el frente de la gran torre que allí sobresale, hasta la muralla de Ofel.

28 Los sacerdotes, cada uno frente a su casa, reconstruyeron el sector de la muralla sobre la puerta de los Caballos, 29 El siguiente tramo lo reconstruyó Sadoc hijo de Imer, pues quedaba frente a su propia casa. El sector que sigue lo reparó Semaías hijo de Secanías, guardián de la puerta oriental. 30 Jananías hijo de Selemías, y Janún, el sexto hijo de Salaf, reconstruyeron otro tramo. Mesulán hijo de Berequías reconstruyó el siguiente tramo, pues quedaba frente a su casa. 31 Malquías, que era uno de los plateros, reconstruyó el tramo que llega hasta las casas de los servidores del templo y de los comerciantes, frente a la puerta de la Inspección y hasta el puesto de vigilancia. 32 Y el sector que va desde allí hasta la puerta de las Ovejas lo reconstruyeron los plateros y los comerciantes.

Se obstaculiza la reconstrucción

4Cuando Sambalat se enteró de que estábamos reconstruyendo la muralla, se disgustó muchísimo y se burló de los judíos. 2 Ante sus compañeros y el ejército de Samaria dijo:

—¿Qué están haciendo estos miserables judíos? ¿Creen que se les va a dejar que reconstruyan y que vuelvan a ofrecer sacrificios? ¿Piensan acaso terminar en un solo día? ¿Cómo creen que de esas piedras quemadas, de esos escombros, van a hacer algo nuevo?

3 Y Tobías el amonita, que estaba junto a él, añadió:

—¡Hasta una zorra, si se sube a ese montón de piedras, lo echa abajo!

4 Por eso oramos:

«¡Escucha, Dios nuestro,
cómo se burlan de nosotros!
Haz que sus ofensas recaigan sobre ellos mismos:
entrégalos a sus enemigos;
¡que los lleven en cautiverio!
5 No pases por alto su maldad
ni olvides sus pecados,
porque insultan a los que reconstruyen.»

6 Continuamos con la reconstrucción y levantamos la muralla hasta media altura, pues el pueblo trabajó con entusiasmo. 7 Pero cuando Sambalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los asdodeos se enteraron de que avanzaba la reconstrucción de la muralla y de que ya estábamos cerrando las brechas, se enojaron muchísimo 8 y acordaron atacar a Jerusalén y provocar disturbios en ella. 9 Oramos entonces a nuestro Dios y decidimos montar guardia día y noche para defendernos de ellos.

10 Por su parte, la gente de Judá decía:

«Los cargadores desfallecen,
pues son muchos los escombros;
¡no vamos a poder
reconstruir esta muralla!»

11 Y nuestros enemigos maquinaban: «Les caeremos por sorpresa y los mataremos; así haremos que la obra se suspenda.»

12 Algunos de los judíos que vivían cerca de ellos venían constantemente y nos advertían: «Los van a atacar por todos lados.»

13 Así que puse a la gente por familias, con sus espadas, arcos y lanzas, detrás de las murallas, en los lugares más vulnerables y desguarnecidos. 14 Luego de examinar la situación, me levanté y dije a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: «¡No les tengan miedo! Acuérdense del Señor, que es grande y temible, y peleen por sus hermanos, por sus hijos e hijas, y por sus esposas y sus hogares.»

15 Una vez que nuestros enemigos se dieron cuenta de que conocíamos sus intenciones y de que Dios había frustrado sus planes, todos regresamos a la muralla, cada uno a su trabajo. 16 A partir de aquel día la mitad de mi gente trabajaba en la obra, mientras la otra mitad permanecía armada con lanzas, escudos, arcos y corazas. Los jefes estaban pendientes de toda la gente de Judá. 17 Tanto los que reconstruían la muralla como los que acarreaban los materiales, no descuidaban ni la obra ni la defensa. 18 Todos los que trabajaban en la reconstrucción llevaban la espada a la cintura. A mi lado estaba el encargado de dar el toque de alarma. 19 Yo les había dicho a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: «La tarea es grande y extensa, y nosotros estamos muy esparcidos en la muralla, distantes los unos de los otros. 20 Por eso, al oír el toque de alarma, cerremos filas. ¡Nuestro Dios peleará por nosotros!»

21 Así que, desde el amanecer hasta que aparecían las estrellas, mientras trabajábamos en la obra, la mitad de la gente montaba guardia lanza en mano.

22 En aquella ocasión también le dije a la gente: «Todos ustedes, incluso los ayudantes, quédense en Jerusalén para que en la noche sirvan de centinelas y de día trabajen en la obra.» 23 Ni yo ni mis parientes y ayudantes, ni los de mi guardia personal, nos desvestíamos para nada: cada uno de nosotros se mantenía listo para la defensa.

Comentario

3. Reconstruyendo, restaurando y reparando

Especialmente el día de Navidad, es un día en el que en todo el mundo el nombre de Jesús tendría que ser honrado. Tristemente, no suele ser el caso. ¿De qué manera podemos contribuir a ver el nombre de Jesús honrado en nuestro mundo?

Jerusalén era la ciudad de Dios, allí donde moraba Dios. Dios había llamado a Nehemías y al pueblo a reconstruir los muros de Jerusalén. Esta es una maravillosa ilustración visual de la tarea de la iglesia de hoy. Estamos llamados a reconstruir y reparar, para que el nombre de Jesús sea honrado de nuevo en nuestra sociedad.

¿Alguna vez te has preguntado si haces falta?, ¿si tienes algo que ofrecer?, ¿si lo que haces es algo valioso y con significado?

En este pasaje vemos que todo el mundo era necesario. Todos tenían que trabajar espalda con espalda, codo con codo, reconstruyendo, restaurando y reparando. A cada uno se le dio una porción de diferente extensión. La clave es no comparar, sino simplemente avanzar en aquello a lo que Dios te llame.

Dios se da cuenta de lo que haces y lo valora. Después de 2500 años, todavía leemos acerca de lo que el pueblo de Dios hizo aquí. Sus nombres se enumeran.

Todos eran voluntarios, parece que ninguno de ellos era constructor profesional de oficio. Eran personas de negocios, empresarios, gobernantes, nobles, herreros y fabricantes de perfumes. Pero estaban dispuestos a ofrecerse a sí mismos para la tarea de la reconstrucción. Participó gente de todas las edades (3:12).

Puede que sintieran la tentación de pensar que lo que estaban haciendo no era muy significativo. A Malquías el gobernador, ¡le pidieron reparar la puerta de los deshechos! No se quejaba de que fuera algo por debajo de su dignidad. Simplemente se puso manos a la obra. Juntos, fueron parte de algo muy significativo: estaban dando honra al nombre de Dios reconstruyendo Jerusalén.

La oposición y el escarnio vinieron de fuera (4:1-8) y el desánimo vino de dentro (vv.10,12). A Jesús le pasó lo mismo. Su nacimiento no fue bienvenido por todos: Herodes trató de matarlo. La oposición a Jesús y a su iglesia continúa hoy.

Pero el éxito es posible mediante una combinación de oración y acción. Cuando llegue la oposición, responde como Nehemías

(v.9). Como lo expresa Joyce Meyer: «Intensifica tus oraciones e incrementa tu vigilancia». Nunca bajaron su guardia (v.23).

La clave es que «¡nuestro Dios peleará por nosotros!» (v.20). Con Dios luchando por nosotros, una nación puede ser cambiada, las iglesias pueden llenarse, la vida de la familia ser fortalecida, el matrimonio verse honrado, las tasas de criminalidad pueden caer y la sociedad puede ser transformada. Lo más importante de todo es que el nombre de Jesús puede volver a ser honrado.

Al mirar alrededor y ver el estado de la iglesia, involúcrate en la tarea de la reconstrucción. Has de estar dispuesto a trabajar duro y no desanimarte por la oposición.

Oración

Señor, gracias porque el Cordero siempre vence; aquel cuyo nacimiento celebramos hoy será vencedor en última instancia porque él es el «Rey de reyes y el Señor de señores».

Añadidos de Pippa

Pippa añade

Salmo 147:14

«Él trae la paz…» O como se dice en Isaías: «Se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin» (Isaías 9:6–7a).

Esto es lo que se necesita en Navidad.

Versículo del día

Nehemías 4:20

'Por eso, al oír el toque de alarma, cerremos filas. ¡Nuestro Dios peleará por nosotros!'

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Referencias

Notas:

Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida al español, se parafrasea

C.S. Lewis, Joyful Christian, (MacMillan Publishing Company, 1984) p.53

Joyce Meyer, La Biblia de la vida diaria, (Casa creación, 2010)

Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. «NIV» is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

Scripture quotations marked (AMP) taken from the Amplified® Bible, Copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 by The Lockman Foundation. Used by permission. (www.Lockman.org)

Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.

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