Día 169

Las tres conversiones que toda persona necesita

Sabiduría Salmos 74:18-23
Nuevo Testamento Hechos 12:19-13:12
Antiguo Testamento 1 Reyes 3:16-5:18

Introducción

En una conferencia Alpha, alguien me pasó un trozo de papel con una nota en la que describía lo que le había sucedido a su amiga:

«Sue (quien no era cristiana) asistía a una clínica de rehabilitación para gente con problemas respiratorios severos. Sufría de una enfermedad crónica, conocida como la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) que se agravaba progresivamente. Como la clínica usa el edificio de nuestra iglesia para sus reuniones, mi amiga llegó para una de ellas pero no había nadie (se había equivocado de fecha). Se quedó esperando y aprovechó para ver los folletos de publicidad en los que se invitaba a nuestro siguiente Alpha».

«El miércoles siguiente por la tarde, Sue se presentó en nuestro curso. Lo absorbió todo como una esponja mostrándose llena de emoción y de interés. Vino a la iglesia el domingo y regresó el miércoles siguiente. De repente, ¡Sue se dio cuenta de que Jesús es Dios!, lo cual era una gran pieza de rompecabezas para ella. Dio su vida al Señor de una forma radical y llamó a su hermana para contarla que se había convertido en cristiana. ¡Su hermana estaba justo en medio de una reunión con una amiga en la que estaban orando por Sue! ¡Llevaba orando por ella veinticinco años!».

«El domingo siguiente, Sue asistió a la iglesia y dio un paso al frente para recibir oración de sanación, y fue sanada de una manera notable de su EPOC. ¡Había dejado la medicación y ahora corría de arriba a abajo por las escaleras de su casa! Fue a visitar a su fisioterapeuta quien quedó estupefacta por lo que le había sucedido y lo cambiada que estaba. Había sido sanada y desde aquel momento ha orado por otras personas, las cuales también se han sanado, ¡incluso una de ellas de cáncer!».

«El 30 de abril Sue fue bautizada y trajo con sigo 150 familiares y amigos para celebrarlo. Está teniendo un gran impacto en la gente, ¡evangelizando a cualquiera que se detenga un momento para prestarle atención!».

John Wimber solía decir que todos necesitamos tres conversiones: convertirnos a Cristo, convertirnos a su iglesia y convertirnos a su causa. Obviamente, Sue no solo se convirtió a Cristo, ¡también se convirtió instantáneamente a su causa! Los pasajes de hoy se centran especialmente en esta tercera conversión.

Sabiduría

Salmos 74:18-23

18 Recuerda, Señor, que tu enemigo se burla,
y que un pueblo insensato ofende tu nombre.
19 No entregues a las fieras
la vida de tu tórtola;
no te olvides, ni ahora ni nunca,
de la vida de tus pobres.
20 Toma en cuenta tu pacto,
pues en todos los rincones del país abunda la violencia.
21 Que no vuelva humillado el oprimido;
que alaben tu nombre el pobre y el necesitado.
22 Levántate, oh Dios, y defiende tu causa;
recuerda que a todas horas te ofenden los necios.
23 No pases por alto el griterío de tus adversarios,
el creciente tumulto de tus enemigos.

Comentario

1. Pasión por la causa de Dios

«Levántate, oh Dios, y defiende tu causa» (v.22), escribe el salmista quien está apasionado por la causa de Dios y ve, como pasa hoy en día, que la gente se burla (v.18a) e incluso ofende a Dios (v.18b). Clama a Dios diciendo: «No te olvides \[...\] de tus pobres, toma en cuenta tu pacto» (vv.19b–20a).

Puede ser fácil que nuestro corazón desfallezca cuando vemos que la gente ataca la causa de Dios. La mejor manera de responder es con una oración apasionada. Presenta tus frustraciones a Dios:

«Levántate, oh Dios, y defiende tu causa; recuerda que a todas horas te ofenden los necios. No pases por alto el griterío de tus adversarios, el creciente tumulto de tus enemigos» (vv.22–23).

Oración

Señor, al mirar hoy a nuestra sociedad, vemos cómo muchos se burlan y ultrajan Tu nombre. Levántate Señor y defiende Tu causa. Que Tu nombre sea glorificado y venga Tu reino.
Nuevo Testamento

Hechos 12:19-13:12

19 Herodes hizo averiguaciones, pero al no encontrarlo, les tomó declaración a los guardias y mandó matarlos. Después viajó de Judea a Cesarea y se quedó allí.

Muerte de Herodes

20 Herodes estaba furioso con los de Tiro y de Sidón, pero ellos se pusieron de acuerdo y se presentaron ante él. Habiéndose ganado el favor de Blasto, camarero del rey, pidieron paz, porque su región dependía del país del rey para obtener sus provisiones.

21 El día señalado, Herodes, ataviado con su ropaje real y sentado en su trono, le dirigió un discurso al pueblo. 22 La gente gritaba: «¡Voz de un dios, no de hombre!» 23 Al instante un ángel del Señor lo hirió, porque no le había dado la gloria a Dios; y Herodes murió comido de gusanos.

24 Pero la palabra de Dios seguía extendiéndose y difundiéndose.

25 Cuando Bernabé y Saulo cumplieron su servicio, regresaron de Jerusalén llevando con ellos a Juan, llamado también Marcos.

Despedida de Bernabé y Saulo

13En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros Bernabé; Simeón, apodado el Negro; Lucio de Cirene; Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca; y Saulo. 2 Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado.»

3 Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron.

En Chipre

4 Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. 5 Al llegar a Salamina, predicaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan como ayudante.

6 Recorrieron toda la isla hasta Pafos. Allí se encontraron con un hechicero, un falso profeta judío llamado Barjesús, 7 que estaba con el gobernador Sergio Paulo. El gobernador, hombre inteligente, mandó llamar a Bernabé y a Saulo, en un esfuerzo por escuchar la palabra de Dios. 8 Pero Elimas el hechicero (que es lo que significa su nombre) se les oponía y procuraba apartar de la fe al gobernador. 9 Entonces Saulo, o sea Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en Elimas y le dijo: 10 «¡Hijo del diablo y enemigo de toda justicia, lleno de todo tipo de engaño y de fraude! ¿Nunca dejarás de torcer los caminos rectos del Señor? 11 Ahora la mano del Señor está contra ti; vas a quedarte ciego y por algún tiempo no podrás ver la luz del sol.»

Al instante cayeron sobre él sombra y oscuridad, y comenzó a buscar a tientas quien lo llevara de la mano. 12 Al ver lo sucedido, el gobernador creyó, maravillado de la enseñanza acerca del Señor.

Comentario

2. Buscando la realización de la causa de Dios

En última instancia, nada puede detener la causa de Dios.

Herodes disfrutaba del éxito, la popularidad, el poder y una inmensa riqueza. La gente lo adulaba y gritaba: «¡Voz de un dios, no de hombre!» (12:22), pero «al instante un ángel del Señor lo hirió, porque no le había dado la gloria a Dios; y Herodes murió comido de gusanos» (v.23).

Esto contrasta con la palabra de Dios, la cual, al contrario que la vida de Herodes, no tiene fin: «Pero la palabra de Dios seguía extendiéndose y difundiéndose» (v.24), o como dice The Message, «crecía a pasos agigantados» (v.24, MSG).

Vemos una situación similar cuando una vez más, la causa de Dios florece a pesar de la oposición. Saulo («o sea Pablo», 13:9) y Bernabé se enfrentaron a un charlatán llamado Elimas que era «un falso profeta» (v.7), el cual intentó evitar que el gobernador se convirtiera a Cristo.

Pablo, «lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en Elimas» (v.9), y lo expuso por sus «engaños y fraudes» (v.10). Elimas quedó ciego y «al ver lo sucedido, el gobernador creyó, maravillado de la enseñanza acerca del Señor» (v.12). Los intentos de Elimas de frustrar a Dios producen de hecho lo contrario de lo que pretendía.

La iglesia primitiva estaba decidida a descubrir lo que Dios estaba haciendo y unirse a ello. Se reunían para adorar al Señor y ayunar (v.2) y mientras lo estaban haciendo, el Espíritu Santo les habló: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado. Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron» (vv.2–3).

Bernabé y Pablo fueron «enviados por el Espíritu Santo» (v.4). Estaban prosiguiendo su causa y así «llenos del Espíritu Santo» (v.9), «predicaron la palabra de Dios» (v.5). Incluso el gobernador, quien era un hombre inteligente (v.7), quedó maravillado de la enseñanza de Pablo «acerca del Señor» (v.12).

Es crucial que busques la guía y la ayuda de Dios, tanto en tu ministerio como en tu vida. Con Dios de tu parte, puedes lograr mucho más de lo que podrías soñar conseguir por tus propias fuerzas.

Oración

Señor, te pido que me hables por medio de tu Espíritu Santo. Ayúdame a conocer lo que me estás llamando a hacer. Quiero proclamar la palabra de Dios por medio del poder del Espíritu Santo y buscar realizar tu causa con pasión.
Antiguo Testamento

1 Reyes 3:16-5:18

Un gobernante sabio

16 Tiempo después, dos prostitutas fueron a presentarse ante el rey. 17 Una de ellas le dijo:

—Su Majestad, esta mujer y yo vivimos en la misma casa. Mientras ella estaba allí conmigo, yo di a luz, 18 y a los tres días también ella dio a luz. No había en la casa nadie más que nosotras dos. 19 Pues bien, una noche esta mujer se acostó encima de su hijo, y el niño murió. 20 Pero ella se levantó a medianoche, mientras yo dormía, y tomando a mi hijo, lo acostó junto a ella y puso a su hijo muerto a mi lado. 21 Cuando amaneció, me levanté para amamantar a mi hijo, ¡y me di cuenta de que estaba muerto! Pero al clarear el día, lo observé bien y pude ver que no era el hijo que yo había dado a luz.

22 —¡No es cierto! —exclamó la otra mujer—. ¡El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo!

—¡Mientes! —insistió la primera—. El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío.

Y se pusieron a discutir delante del rey.

23 El rey deliberó: «Una dice: “El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo.” Y la otra dice: “¡No es cierto! El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío.” » 24 Entonces ordenó:

—Tráiganme una espada.

Cuando se la trajeron, 25 dijo:

—Partan en dos al niño que está vivo, y denle una mitad a ésta y la otra mitad a aquélla.

26 La verdadera madre, angustiada por su hijo, le dijo al rey:

—¡Por favor, Su Majestad! ¡Déle usted a ella el niño que está vivo, pero no lo mate!

En cambio, la otra exclamó:

—¡Ni para mí ni para ti! ¡Que lo partan!

27 Entonces el rey ordenó:

—No lo maten. Entréguenle a la primera el niño que está vivo, pues ella es la madre.

28 Cuando todos los israelitas se enteraron de la sentencia que el rey había pronunciado, sintieron un gran respeto por él, pues vieron que tenía sabiduría de Dios para administrar justicia.

Administración del reino

4Salomón reinó sobre todo Israel, 2 y éstos fueron sus funcionarios:

Azarías, hijo del sacerdote Sadoc;

3 Elijoref y Ahías, hijos de Sisá, cronistas;

Josafat hijo de Ajilud, el secretario;

4 Benaías hijo de Joyadá, comandante en jefe;

Sadoc y Abiatar, sacerdotes;

5 Azarías hijo de Natán, encargado de los gobernadores;

Zabud hijo de Natán, sacerdote y consejero personal del rey;

6 Ajisar, encargado del palacio;

Adonirán hijo de Abdá, supervisor del trabajo forzado.

7 Salomón tenía por todo Israel a doce gobernadores, cada uno de los cuales debía abastecer al rey y a su corte un mes al año. 8 Éstos son sus nombres:

Ben Jur, en la región montañosa de Efraín;

9 Ben Decar, en Macaz, Salbín, Bet Semes y Elón Bet Janán;

10 Ben Jésed, en Arubot (Soco y toda la tierra de Héfer entraban en su jurisdicción);

11 Ben Abinadab, en Nafot Dor (la esposa de Ben Abinadab fue Tafat hija de Salomón);

12 Baná hijo de Ajilud, en Tanac y Meguido, y en todo Betseán (junto a Saretán, más abajo de Jezrel, desde Betseán hasta Abel Mejolá, y todavía más allá de Jocmeán);

13 Ben Guéber, en Ramot de Galaad (los poblados de Yaír hijo de Manasés en Galaad entraban en su jurisdicción, así como también el distrito de Argob en Basán y sus sesenta grandes ciudades, amuralladas y con cerrojos de bronce);

14 Ajinadab hijo de Idó, en Majanayin;

15 Ajimaz, en Neftalí (Ajimaz estaba casado con Basemat hija de Salomón);

16 Baná hijo de Husay, en Aser y en Alot;

17 Josafat hijo de Parúaj, en Isacar;

18 Simí hijo de Elá, en Benjamín;

19 Guéber hijo de Uri, en Galaad (que era el país de Sijón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán).

En la tierra de Judá había un solo gobernador.

Prosperidad de Salomón

20 Los pueblos de Judá y de Israel eran tan numerosos como la arena que está a la orilla del mar; y abundaban la comida, la bebida y la alegría. 21 Salomón gobernaba sobre todos los reinos desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y la frontera con Egipto. Mientras Salomón vivió, todos estos países fueron sus vasallos tributarios.

22 La provisión diaria de Salomón era de seis mil seiscientos litros de flor de harina y trece mil doscientos litros de harina, 23 diez bueyes engordados y veinte de pastoreo, y cien ovejas, así como venados, gacelas, corzos y aves de corral. 24 El dominio de Salomón se extendía sobre todos los reinos al oeste del río Éufrates, desde Tifsa hasta Gaza, y disfrutaba de paz en todas sus fronteras. 25 Durante el reinado de Salomón, todos los habitantes de Judá y de Israel, desde Dan hasta Berseba, vivieron seguros bajo su propia parra y su propia higuera.

26 Salomón tenía doce mil caballos, y cuatro mil establos para los caballos de sus carros de combate.

27 Los gobernadores, cada uno en su mes, abastecían al rey Salomón y a todos los que se sentaban a su mesa, y se ocupaban de que no les faltara nada. 28 Además, llevaban a los lugares indicados sus cuotas de cebada y de paja para los caballos de tiro y para el resto de la caballería.

La sabiduría de Salomón

29 Dios le dio a Salomón sabiduría e inteligencia extraordinarias; sus conocimientos eran tan vastos como la arena que está a la orilla del mar. 30 Sobrepasó en sabiduría a todos los sabios del Oriente y de Egipto. 31 En efecto, fue más sabio que nadie: más que Etán el ezraíta, y más que Hemán, Calcol y Dardá, los hijos de Majol. Por eso la fama de Salomón se difundió por todas las naciones vecinas. 32 Compuso tres mil proverbios y mil cinco canciones. 33 Disertó acerca de las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que crece en los muros. También enseñó acerca de las bestias y las aves, los reptiles y los peces. 34 Los reyes de todas las naciones del mundo que se enteraron de la sabiduría de Salomón enviaron a sus representantes para que lo escucharan.

Preparativos para la construcción del templo

5El rey Hiram de Tiro siempre había tenido buenas relaciones con David, así que al saber que Salomón había sido ungido para suceder en el trono a su padre David, le mandó una embajada. 2 En respuesta, Salomón le envió este mensaje:

3 «Tú bien sabes que, debido a las guerras en que mi padre David se vio envuelto, no le fue posible construir un templo en honor del Señor su Dios. Tuvo que esperar hasta que el Señor sometiera a sus enemigos bajo su dominio. 4 Pues bien, ahora el Señor mi Dios me ha dado paz por todas partes, de modo que no me amenazan ni adversarios ni calamidades. 5 Por lo tanto me propongo construir un templo en honor del Señor mi Dios, pues él le prometió a mi padre David: “Tu hijo, a quien pondré en el trono como sucesor tuyo, construirá el templo en mi honor.”

6 »Ahora, pues, ordena que se talen para mí cedros del Líbano. Mis obreros trabajarán con los tuyos, y yo te pagaré el salario que determines para tus obreros. Tú sabes que no hay entre nosotros quien sepa talar madera tan bien como los sidonios.»

7 Cuando Hiram oyó el mensaje de Salomón, se alegró mucho y dijo: «¡Alabado sea hoy el Señor, porque le ha dado a David un hijo sabio para gobernar a esta gran nación!» 8 Entonces Hiram envió a Salomón este mensaje:

«He recibido tu petición. Yo te proporcionaré toda la madera de cedro y de pino que quieras. 9 Mis obreros la transportarán desde el Líbano hasta el mar. Allí haré que la aten en forma de balsas para llevarla flotando hasta donde me indiques, y allí se desatará para que la recojas. Tú, por tu parte, tendrás a bien proporcionarle alimento a mi corte.»

10 Así que Hiram le proveía a Salomón toda la madera de cedro y de pino que éste deseaba, 11 y Salomón, por su parte, año tras año le entregaba a Hiram, como alimento para su corte, veinte mil cargas de trigo y veinte mil medidas de aceite de oliva. 12 El Señor, cumpliendo su palabra, le dio sabiduría a Salomón. Hiram y Salomón hicieron un tratado, y hubo paz entre ellos.

13 El rey Salomón impuso trabajo forzado y reclutó a treinta mil obreros de todo Israel. 14 Los envió al Líbano en relevos de diez mil al mes, de modo que pasaban un mes en el Líbano y dos meses en su casa. La supervisión del trabajo forzado estaba a cargo de Adonirán. 15 Salomón tenía en las montañas setenta mil cargadores y ochenta mil canteros; 16 había además tres mil trescientos capataces que estaban al frente de la obra y dirigían a los trabajadores. 17 Para echar los cimientos del templo, el rey mandó que sacaran de la cantera grandes bloques de piedra de la mejor calidad. 18 Los obreros de Salomón e Hiram, junto con los que habían llegado de Guebal, tallaron la madera y labraron la piedra para la construcción del templo.

Comentario

3. Propósito en la causa de Dios

Salomón fue llamado a servir a la causa de Dios de una manera especial.

David había servido al propósito de Dios para su propia generación (Hechos 13:36), pero no le fue permitido construir el templo. Dios dio ese llamado a Salomón: «Tu hijo, a quien pondré en el trono como sucesor tuyo, construirá el templo en mi honor» (1 Reyes 5:5).

Salomón necesitaba de una gran sabiduría para cumplir su llamado y había orado para recibirla. Dios respondió a su oración de una manera más grande de lo que jamás podría haber imaginado o pedido. Dios promete darte ese mismo tipo de sabiduría si lo pides («Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie», Santiago 1:5). Pide sabiduría en estas tres áreas:

  • Sabiduría para tomar decisiones

«Tenía sabiduría de Dios para administrar justicia» (1 Reyes 3:28). Cuando se le da la imposible tarea de decidir a qué madre pertenece el niño, sale con una idea ingeniosa.

La amenaza de muerte del bebé sobreviviente es suficiente para revelar quién es la verdadera madre: «Cuando todos los israelitas se enteraron de la sentencia que el rey había pronunciado, sintieron un gran respeto por él, pues vieron que tenía sabiduría de Dios para administrar justicia» (v.28).

  • Sabiduría para elegir un equipo

Salomón reunió entorno a sí un equipo de liderazgo para su gobierno que incluía sacerdotes, administradores, amigos, secretarios, historiadores y el comandante de su ejército. En total eran once, formando un equipo de doce, similar al equipo nuclear de Jesús (los doce discípulos). Parece que ese es el tamaño correcto para un equipo de liderazgo.

  • Sabiduría para la delegación

Además, Salomón tenía otro equipo de doce administradores regionales distribuidos por todo Israel. En él se incluían dos de sus hijos políticos (4:11,15). La delegación es algo absolutamente clave para evitar que la gente en los puestos de liderazgo se queme.

  • Sabiduría para establecer la paz

Bajo el liderazgo de Salomón se dio un crecimiento tan grande que todo aquel lugar se pobló densamente (v.20a). Aun así, «abundaban la comida, la bebida y la alegría» (v.20b) y «disfrutaba de paz en todas sus fronteras... \[y\] vivieron seguros» (vv.24–25).

  • Sabiduría para comprender y discernir

«Dios le dio a Salomón sabiduría e inteligencia extraordinarias; sus conocimientos eran tan vastos como la arena que está a la orilla del mar (v.29) \[…\] la fama de Salomón se difundió por todas las naciones vecinas (v.31) \[…\] compuso tres mil proverbios y mil cinco canciones» (v.32). Los salmos 72 y 127, así como los Proverbios 10:1–22:16; 25:1–29:27 se le atribuyen a él. La gente de todas las naciones acudía para escuchar su sabiduría (1 Reyes 4:34).

Salomón tuvo la sabiduría de saber cuándo aceptar la ayuda de quienes no eran parte del pueblo de Dios (capítulo 5). «El Señor, cumpliendo su palabra, le dio sabiduría a Salomón» (5:12).

  • Sabiduría para la prosecución de la causa de Dios

Salomón tuvo la visión de construir el templo para ver el nombre de Dios honrado (vv.4–5). Una de las maneras en las que hoy puedes procurar la realización de la causa de Dios es buscando que la iglesia (el nuevo templo) sea edificada para dar honra al nombre de Dios.

Oración

Señor, te pedimos que nos des la sabiduría para cumplir con nuestro llamado. Ayúdanos a dar honra a Tu nombre y hacer que avance la causa de Jesús en la tierra.

Añadidos de Pippa

1 Reyes 4:24–25

«El dominio de Salomón se extendía sobre todos los reinos al oeste del río Éufrates, desde Tifsa hasta Gaza, y disfrutaba de paz en todas sus fronteras. Durante el reinado de Salomón, todos los habitantes de Judá y de Israel, desde Dan hasta Berseba, vivieron seguros bajo su propia parra y su propia higuera».

Aquella tuvo que ser una de las pocas ocasiones en la historia de Israel y Judea en las que hubo paz y seguridad en toda la región. Verdaderamente, un gobierno sabio puede cambiar una nación. La paz y la seguridad se necesitan desesperadamente en muchos países en todo el mundo. Tenemos que seguir orando para tener líderes sabios.

Versículo del día

Salmo 74:18-20

'Recuerda, Señor, que tu enemigo se burla,
y que un pueblo insensato ofende tu nombre.
No entregues a las fieras
la vida de tu tórtola;
no te olvides, ni ahora ni nunca,
de la vida de tus pobres.
Toma en cuenta tu pacto,
pues en todos los rincones del país abunda la violencia. '

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Nueva Versión Inernacional (NVI)

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