Día 155

Sonidos celestiales

Sabiduría Salmos 69:29-36
Nuevo Testamento Hechos 1:23-2:21
Antiguo Testamento 2 Samuel 5:6-6:23

Introducción

¿Alguna vez has caído en la cuenta de que la Biblia es un libro muy ruidoso? La sabiduría clama (Proverbios 8:1, DHH), se anima al canto (Salmo 66:8), lo alaban con címbalos sonoros (Salmo 150), Dios clama en alto (Isaías 42) y su voz es como el sonido de muchas aguas (Ezequiel 43). Jesús ora con fuerte clamor y lágrimas (Hebreos 5) e incluso la creación gime (Romanos 8).

En el día de Pentecostés, se oyó «un ruido como el de una violenta ráfaga de viento» (Hechos 2:2). En los pasajes de hoy podemos escuchar otros sonidos que van al cielo y salen de él.

Sabiduría

Salmos 69:29-36

29 Y a mí, que estoy pobre y adolorido,
que me proteja, oh Dios, tu salvación.

30 Con cánticos alabaré el nombre de Dios;
con acción de gracias lo exaltaré.
31 Esa ofrenda agradará más al
que la de un toro o un novillo
con sus cuernos y pezuñas.
32 Los pobres verán esto y se alegrarán;
¡reanímense ustedes, los que buscan a Dios!
33 Porque el Señor oye a los necesitados,
y no desdeña a su pueblo cautivo.

34 Que lo alaben los cielos y la tierra,
los mares y todo lo que se mueve en ellos,
35 porque Dios salvará a Sión
y reconstruirá las ciudades de Judá.
Allí se establecerá el pueblo
y tomará posesión de la tierra.
36 La heredarán los hijos de sus siervos;
la habitarán los que aman al Señor.

Comentario

1. Sonidos de alabanza

La Biblia es muy realista. Hay ocasiones en las que nos sentimos «enfermos y afligidos» (v.29). David no intenta ignorar los problemas a los que se enfrenta; a pesar de ellos, elige alabar a Dios en medio de sus circunstancias. Aun cuando estés en un hoyo, puedes estar seguro de quién es Dios y alabarlo, sin importar cuáles sean tus circunstancias.

Este salmo termina con el sonido de la alabanza: «Con cánticos alabaré el nombre de Dios; con acción de gracias lo exaltaré \[…\] que lo alaben los cielos y la tierra» (vv.30,34). La alabanza no solo se da en la tierra, sino también en el cielo. Cuando alabas, te unes a los sonidos celestiales. Aquí vemos tres aspectos de la alabanza:

  • La alabanza implica la voluntad

David declara: «Alabaré el nombre de Dios» (v.30). Puede que no siempre te apetezca alabar a Dios, pero es una decisión que has adoptado, es un acto de la voluntad.

  • La alabanza agrada a Dios

«Esa ofrenda agradará más al Señor que la de un toro o un novillo» (v.31).

  • La alabanza afecta a los demás

«Los pobres verán esto y se alegrarán; ¡reanímense ustedes, los que buscan a Dios!» (v.32). Me he dado cuenta de que aquellos que «buscan a Dios» en Alpha, con frecuencia se sienten conmovidos por la alabanza y como resultado sus corazones «se reaniman».

Oración

Señor, cualesquiera que sean mis circunstancias, ayúdame a alabar tu nombre con cánticos y glorificarte con acción de gracias.
Nuevo Testamento

Hechos 1:23-2:21

23 Así que propusieron a dos: a José, llamado Barsabás, apodado el Justo, y a Matías. 24 Y oraron así: «Señor, tú que conoces el corazón de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido 25 para que se haga cargo del servicio apostólico que Judas dejó para irse al lugar que le correspondía.» 26 Luego echaron suertes y la elección recayó en Matías; así que él fue reconocido junto con los once apóstoles.

El Espíritu Santo desciende en Pentecostés

2Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. 2 De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. 3 Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. 4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.

5 Estaban de visita en Jerusalén judíos piadosos, procedentes de todas las naciones de la tierra. 6 Al oír aquel bullicio, se agolparon y quedaron todos pasmados porque cada uno los escuchaba hablar en su propio idioma. 7 Desconcertados y maravillados, decían: «¿No son galileos todos estos que están hablando? 8 ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye hablar en su lengua materna? 9 Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia, 10 de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia cercanas a Cirene; visitantes llegados de Roma; 11 judíos y prosélitos; cretenses y árabes: ¡todos por igual los oímos proclamar en nuestra propia lengua las maravillas de Dios!»

12 Desconcertados y perplejos, se preguntaban: «¿Qué quiere decir esto?» 13 Otros se burlaban y decían: «Lo que pasa es que están borrachos.»

Pedro se dirige a la multitud

14 Entonces Pedro, con los once, se puso de pie y dijo a voz en cuello: «Compatriotas judíos y todos ustedes que están en Jerusalén, déjenme explicarles lo que sucede; presten atención a lo que les voy a decir. 15 Éstos no están borrachos, como suponen ustedes. ¡Apenas son las nueve de la mañana! 16 En realidad lo que pasa es lo que anunció el profeta Joel:

17 »“Sucederá que en los últimos días —dice Dios—,
derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán visiones los jóvenes
y sueños los ancianos.
18 En esos días derramaré mi Espíritu
aun sobre mis siervos y mis siervas,
y profetizarán.
19 Arriba en el cielo y abajo en la tierra mostraré prodigios:
sangre, fuego y nubes de humo.
20 El sol se convertirá en tinieblas
y la luna en sangre
antes que llegue el día del Señor, día grande y esplendoroso.
21 Y todo el que invoque el nombre del Señor
será salvo.”

Comentario

2. Los sonidos del Espíritu Santo

Esto es algo para ti y para mí; la experiencia del día de Pentecostés no es simplemente un suceso histórico, puede llegar a ser una realidad del presente para ti (2:29). Como Joel profetizó: «Derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano»; hombres y mujeres, ancianos y jovenes, ricos y pobres (vv.17–21). ¡Esta definición desde luego que nos incluye a ti y a mí!

  • Busca la experiencia

La experiencia del Espíritu Santo en el día de Pentecostés supuso tres cosas:

Lo primero, implicó poder de parte de Dios. Oyeron un estruendo que no era tal, sino «un ruido como el de una violenta ráfaga de viento» (v.2). Suena como si se hubiera parecido a una fuerte tormenta tropical. Es la fuerza invisible del poder de Dios. Era el signo exterior y visible de una realidad interior y espiritual.

La palabra hebrea «Ruah» significa literalmente «aliento» o «viento». Ruah es usado en el Antiguo Testamento para el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios. El día de Pentecostés fue la compleción de cuando Jesús exhaló sobre los discípulos y dijo: «Reciban el Espíritu Santo» (Juan 20:22).

Principalmente, la experiencia del Espíritu Santo es una experiencia del amor de Dios por ti (Romanos 5:5). Es la manera en la que sientes el amor de Dios por ti para que puedas decir con el apóstol Pablo: «El Hijo de Dios \[...\] quien me amó y dio su vida por mí» (Gálatas 2:20). Como dice Rick Warren: «Sentirte amado por Dios \[…\] es el punto de partida de todo ministerio, reavivamiento, renovación y todo gran despertar».

El Espíritu Santo es el proveedor de poder de todos los reavivamientos y en última instancia lo provee capacitando a la gente para sentir, experimentar y conocer en sus corazones el amor de Dios. Es el tipo de conocimiento que viaja desde tu cabeza a tu corazón.

En segundo lugar, implicó fuego de parte de Dios. Ellos vieron fuego y otra vez, no se trata de fuego físico: «Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos» (Hechos 2:3). Era un signo exterior y visible de una realidad interior y espiritual. El fuego del amor de Dios representa el poder, la pureza y la pasión de Dios.

Dondequiera que se dé una experiencia del Espíritu Santo, Él trae pasión y fuego nuevo a tu vida.

En tercer lugar, implicó lenguas de parte de Dios: «Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse» (v.4). Eran lenguas que no habían aprendido, y fueron reconocidas de manera que el mundo entero estaba representado (vv.5–11). Aquello fue la reversión del caos y la desunión de Babel (Génesis 11:1–9).

La experiencia del amor de Dios por medio del Espíritu Santo trae unidad a la iglesia. Al reconocer el mismo Espíritu Santo que trabaja en católicos, ortodoxos, protestantes y pentecostales de cualquier iglesia o denominación, se sana la división y se da una experiencia visible de la unidad.

En el día de Pentecostés se dieron tres reacciones (todas ellas las vemos hoy en día cuando se ora para que la gente reciba el Espíritu Santo). La primera fue la sorpresa. Algunos estaban «desconcertados y maravillados» (Hechos 2:7). La segunda fue perplejidad: «Desconcertados y perplejos, se preguntaban: «¿Qué quiere decir esto?» (v.12). La tercera fue la burla: «Otros se burlaban y decían: «Lo que pasa es que están borrachos» (v.13).

  • Estudia la explicación

Pedro explicó lo que estaba sucediendo (v.14).

Primero, contrarrestó la falsa explicación (v 15). Algunos ofrecían una explicación natural a algo que era sobrenatural. Puede que pareciera que estaban borrachos por lo desbordantes y desinhibidos que estaban. Pero no era por embriaguez con el vino si no la sobria embriaguez del Espíritu, ¡la única embriaguez que no te deja resaca!

Después, prosiguió ofreciendo una explicación verdadera (v.16). Pedro comienza su discurso señalando que todo es bíblico (veremos el resto de la explicación mañana). Algunas personas establecen una falsa dicotomía entre la Palabra y el Espíritu. Pero el Espíritu Santo es el autor de la Palabra de Dios. El Antiguo Testamento, que es la Palabra de Dios, apunta hacia este derramamiento del Espíritu Santo (vv.16–20). Pedro, lleno del Espíritu Santo, lo relaciona con la Biblia. El Espíritu Santo da un hambre por la Palabra de Dios.

Oración

Señor, oro para que se dé un nuevo derramamiento del Espíritu Santo. Que el fuego de Dios descienda sobre mí y la iglesia una vez más, con poder, pasión y pureza.
Antiguo Testamento

2 Samuel 5:6-6:23

David conquista Jerusalén

6 El rey y sus soldados marcharon sobre Jerusalén para atacar a los jebuseos, que vivían allí. Los jebuseos, pensando que David no podría entrar en la ciudad, le dijeron a David: «Aquí no entrarás; para ponerte en retirada, nos bastan los ciegos y los cojos.» 7 Pero David logró capturar la fortaleza de Sión, que ahora se llama la Ciudad de David. 8 Aquel día David dijo: «Todo el que vaya a matar a los jebuseos, que suba por el acueducto, para alcanzar a los cojos y a los ciegos. ¡Los aborrezco!» De ahí viene el dicho: «Los ciegos y los cojos no entrarán en el palacio.»

9 David se instaló en la fortaleza y la llamó Ciudad de David. También construyó una muralla alrededor, desde el terraplén hasta el palacio, 10 y se fortaleció más y más, porque el Señor Dios Todopoderoso estaba con él.

11 Hiram, rey de Tiro, envió una embajada a David, y también le envió madera de cedro, carpinteros y canteros, para construirle un palacio. 12 Con esto David se dio cuenta de que el Señor, por amor a su pueblo, lo había establecido a él como rey sobre Israel y había engrandecido su reino.

13 Cuando David se trasladó de Hebrón a Jerusalén, tomó más concubinas y esposas, con las cuales tuvo otros hijos y otras hijas. 14 Los hijos que allí tuvo fueron Samúa, Sobab, Natán, Salomón, 15 Ibjar, Elisúa, Néfeg, Jafía, 16 Elisama, Eliadá y Elifelet.

David derrota a los filisteos

17 Al enterarse los filisteos de que David había sido ungido rey de Israel, subieron todos ellos contra él; pero David lo supo de antemano y bajó a la fortaleza. 18 Los filisteos habían avanzado, desplegando sus fuerzas en el valle de Refayin, 19 así que David consultó al Señor:

—¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mi poder?

—Atácalos —respondió el Señor —; te aseguro que te los entregaré.

20 Entonces David fue a Baal Perasín, y allí los derrotó. Por eso aquel lugar se llama Baal Perasín, pues David dijo: «El Señor ha abierto brechas a mi paso entre mis enemigos, así como se abren brechas en el agua.» 21 Allí los filisteos dejaron abandonados sus ídolos, y David y sus soldados se los llevaron.

22 Pero los filisteos volvieron a avanzar contra David, y desplegaron sus fuerzas en el valle de Refayin, 23 así que David volvió a consultar al Señor.

—No los ataques todavía —le respondió el Señor —; rodéalos hasta llegar a los árboles de bálsamo, y entonces atácalos por la retaguardia. 24 Tan pronto como oigas un ruido como de pasos sobre las copas de los árboles, lánzate al ataque, pues eso quiere decir que el Señor va al frente de ti para derrotar al ejército filisteo.

25 Así lo hizo David, tal como el Señor se lo había ordenado, y derrotó a los filisteos desde Gabaón hasta Guézer.

David lleva el arca a Jerusalén

6Una vez más, David reunió los treinta batallones de soldados escogidos de Israel, 2 y con todo su ejército partió hacia Balá de Judá para trasladar de allí el arca de Dios, sobre la que se invoca su nombre, el nombre del SeñorTodopoderoso que reina entre los querubines. 3 Colocaron el arca de Dios en una carreta nueva y se la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba situada en una colina. Uza y Ajío, hijos de Abinadab, guiaban la carreta nueva 4 que llevaba el arca de Dios. Ajío iba delante del arca, 5 mientras David y todo el pueblo de Israel danzaban ante el Señor con gran entusiasmo y cantaban al son de arpas, liras, panderetas, sistros y címbalos.

6 Al llegar a la parcela de Nacón, los bueyes tropezaron; pero Uza, extendiendo las manos, sostuvo el arca de Dios. 7 Con todo, la ira del Señor se encendió contra Uza por su atrevimiento y lo hirió de muerte ahí mismo, de modo que Uza cayó fulminado junto al arca.

8 David se enojó porque el Señor había matado a Uza, así que llamó a aquel lugar Peres Uza, nombre que conserva hasta el día de hoy. 9 Aquel día David se sintió temeroso del Señor y exclamó: «¡Es mejor que no me lleve el arca del Señor!» 10 Y como ya no quería llevarse el arca del Señor a la Ciudad de David, ordenó que la trasladaran a la casa de Obed Edom, oriundo de Gat. 11 Fue así como el arca del Señor permaneció tres meses en la casa de Obed Edom de Gat, y el Señor lo bendijo a él y a toda su familia.

12 En cuanto le contaron al rey David que por causa del arca el Señor había bendecido a la familia de Obed Edom y toda su hacienda, David fue a la casa de Obed Edom y, en medio de gran algarabía, trasladó el arca de Dios a la Ciudad de David. 13 Apenas habían avanzado seis pasos los que llevaban el arca cuando David sacrificó un toro y un ternero engordado. 14 Vestido tan sólo con un efod de lino, se puso a bailar ante el Señor con gran entusiasmo. 15 Así que entre vítores y al son de cuernos de carnero, David y todo el pueblo de Israel llevaban el arca del Señor.

16 Sucedió que, al entrar el arca del Señor a la Ciudad de David, Mical hija de Saúl se asomó a la ventana; y cuando vio que el rey David estaba saltando y bailando delante del Señor, sintió por él un profundo desprecio.

17 El arca del Señor fue llevada a la tienda de campaña que David le había preparado. La instalaron en su sitio, y David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión en presencia del Señor. 18 Después de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, David bendijo al pueblo en el nombre del Señor Todopoderoso, 19 y a cada uno de los israelitas que estaban allí congregados, que eran toda una multitud de hombres y mujeres, les repartió pan, una torta de dátiles y una torta de uvas pasas. Después de eso, todos regresaron a sus casas.

20 Cuando David volvió para bendecir a su familia, Mical, la hija de Saúl, le salió al encuentro y le reprochó:

—¡Qué distinguido se ha visto hoy el rey de Israel, desnudándose como un cualquiera en presencia de las esclavas de sus oficiales!

21 David le respondió:

—Lo hice en presencia del Señor, quien en vez de escoger a tu padre o a cualquier otro de su familia, me escogió a mí y me hizo gobernante de Israel, que es el pueblo del Señor. De modo que seguiré bailando en presencia del Señor, 22 y me rebajaré más todavía, hasta humillarme completamente. Sin embargo, esas mismas esclavas de quienes hablas me rendirán honores.

23 Y Mical hija de Saúl murió sin haber tenido hijos.

Comentario

3. Sonidos de celebración

Antes de que veamos los sonidos de celebración, merece la pena hacer notar que hay otra mención al sonido en este pasaje. Cuando David le consulta al Señor si debe seguir con el ataque, el Señor le responde primero: «Ve» (5:19). Después, la segunda vez que le consulta, el Señor respondió: «No los ataques todavía \[…\] tan pronto como oigas un ruido como de pasos sobre las copas de los árboles, lánzate al ataque» (vv.23–24).

No está claro qué significa esto exactamente, pero es una expresión muy evocadora. Puede que signifique que tan pronto como oigamos que Dios se está moviendo, hemos de ponernos en acción rápidamente.

Dios dio a David la victoria y esto llevó a una gran celebración. «David y todo el pueblo de Israel danzaban ante el Señor con gran entusiasmo y cantaban al son de arpas, liras, panderetas, sistros y címbalos» (6:5). ¡Tuvieron que hacer mucho ruido!

David bailó y alabó a Dios de una manera muy explícita: «Vestido tan solo con un efod de lino, se puso a bailar ante el Señor con gran entusiasmo» (v.14). Mical, la esposa de David, se avergonzó de él y «sintió por él un profundo desprecio» (v.16) por haber exteriorizado su pasión.

David le responde a Mical que continuará alabando aún con más pasión y atrevimiento que antes: «Seguiré bailando en presencia del Señor, y me rebajaré más todavía, hasta humillarme completamente» (vv.21–22). Vemos aquí un ejemplo bíblico de una celebración ruidosa y desinhibida. En este pasaje hay una aviso acerca de no mirar con desprecio o condescendencia el modo como otros expresan su alabanza a Dios (v.23). Por supuesto, debemos evitar el exhibicionismo, pero el desbordamiento de David salió de su corazón y fue un genuino acto de celebración.

Tenemos que ser considerados con aquellos que están a nuestro alrededor; por ejemplo especialmente en las primeras semanas de Alpha donde hay mucha gente a nuestro alrededor que no está acostumbrada a una alabanza exuberante. Sin embargo, debes sentirte libre de expresar tu alabanza a Dios con tanta pasión como quieras, sin preocuparte de lo que puedan pensar los demás.

Oración

Señor, oro para que las iglesias se llenen otra vez con el sonido de la alabanza y la celebración. Que todos los fines de semana Alpha se llenen del sonido del derramamiento pentecostal del Espíritu Santo. Que ello aumente el sonido de alabanza y celebración de la gloria de Tu nombre.

Añadidos de Pippa

2 Samuel 6:14–16

David «vestido tan solo con un efod de lino, se puso a bailar ante el Señor con gran entusiasmo \[…\] Mical hija de Saúl se asomó a la ventana; y, cuando vio que el rey David estaba saltando y bailando delante del Señor, sintió por él un profundo desprecio».

Comprendo la actitud de Mical, pues en el pasado he tenido la tentación de desdeñar la danza litúrgica. Quizás tenga que liberarme de algunas inhibiciones. No creo que vaya a ponerme un efod, pero ¡ya me verán el domingo que viene!

Versículo del día

Hechos 2:21

'Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.'

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Nueva Versión Inernacional (NVI)

Copyright © 1999 by Biblica, Inc

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