Día 154

Hasta tu debilidad está ungida

Sabiduría Salmos 69:13-28
Nuevo Testamento Hechos 1:1-22
Antiguo Testamento 2 Samuel 3:22-5:5

Introducción

¿Te has sentido alguna vez débil o inadecuado para servir a Dios?

Un adolescente de Cumbria, en Irlanda del Norte, sintió que Dios le llamaba. Patricio apenas había recibido educación, no era elocuente y en su ministerio, recibió la oposición de aquellos que sentían que no estaba a la altura de la tarea. Incluso ya anciano, seguía admitiendo: «A día de hoy todavía me sonrojo y temo más que nada que mis carencias en el aprendizaje sean expuestas públicamente».

Pero a pesar de sus desventajas, Patricio siguió estando convencido de que Dios lo había llamado y lo había ungido como evangelizador. Escribió esto: «Somos una carta de Cristo para la salvación, incluso la de aquellos más allá de los límites; ¿qué más da si no se trata de una carta culta? Pues es una carta que ha de ser considerada válida y sencilla de leer para todos los que la leen, ¡ya que está escrita en los corazones de ustedes, no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente!»

Hoy en día hace ya mucho que se han olvidado sus más elocuentes dichos, pero el impacto del ministerio y la misión de san Patricio en Irlanda sigue siendo reconocido en todo el mundo. Hasta su debilidad estaba ungida.

Cuando David accede al trono de Israel declara: «… aunque me han ungido rey, soy todavía débil» (2 Samuel 3:39). Dios te unge con el Espíritu Santo en el momento en que pones tu fe en Jesús. Por más débil e inadecuado que te sientas, Dios puede usarte, como lo hizo con David, en modos extraordinarios: Hasta tu debilidad está ungida.

Sabiduría

Salmos 69:13-28

13 Pero yo, Señor, te imploro
en el tiempo de tu buena voluntad.
Por tu gran amor, oh Dios, respóndeme;
por tu fidelidad, sálvame.
14 Sácame del fango;
no permitas que me hunda.
Líbrame de los que me odian,
y de las aguas profundas.
15 No dejes que me arrastre la corriente;
no permitas que me trague el abismo,
ni que el foso cierre sus fauces sobre mí.

16 Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor;
por tu gran compasión, vuélvete a mí.
17 No escondas tu rostro de este siervo tuyo;
respóndeme pronto, que estoy angustiado.
18 Ven a mi lado, y rescátame;
redímeme, por causa de mis enemigos.

19 Tú bien sabes cómo me insultan,
me avergüenzan y denigran;
sabes quiénes son mis adversarios.
20 Los insultos me han destrozado el corazón;
para mí ya no hay remedio.
Busqué compasión, y no la hubo;
busqué consuelo, y no lo hallé.
21 En mi comida pusieron hiel;
para calmar mi sed me dieron vinagre.

22 Que se conviertan en trampa sus banquetes,
y su prosperidad en lazo.
23 Que se les nublen los ojos, para que no vean;
y que sus fuerzas flaqueen para siempre.
24 Descarga tu furia sobre ellos;
que tu ardiente ira los alcance.
25 Quédense desiertos sus campamentos,
y deshabitadas sus tiendas de campaña.
26 Pues al que has afligido lo persiguen,
y se burlan del dolor del que has herido.
27 Añade a sus pecados más pecados;
no los hagas partícipes de tu salvación.
28 Que sean borrados del libro de la vida;
que no queden inscritos con los justos.

Comentario

1. Ungido en los tiempos de dificultades

¿Estás pasando por un tiempo de dificultad? David atravesaba un momento de profundas dificultades en su vida. Se sentía que estaba en un «foso», o como dice The message en un «agujero negro» o una «trampa mortal» y dice: «estoy tendido boca abajo, reducida a la nada» (vv.15–20, MSG).

David, el líder ungido de Israel (2 Samuel 5:3) era una persona de oración. Muchos de los salmos se le atribuyen. En este salmo vemos un ejemplo de la honestidad, crudeza e intimidad de sus oraciones.

Cuando atravieses dificultades o estés en una posición de gran debilidad:

  • Conoce el gran amor de Dios por ti

David ora: « Por tu gran amor, oh Dios, respóndeme», (Salmo 69:13). «Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor; por tu gran compasión, vuélvete a mí» (v.16).

  • Clama a Dios en tu corazón

Sé honesto con Dios, dile lo que realmente sientes: «Sácame del fango; no permitas que me hunda» (v.14). «No escondas tu rostro de este siervo tuyo; respóndeme pronto, que estoy angustiado» (v.17).

Oración

Señor, gracias porque en los momentos de dificultad puedo orar. Señor, hoy clamo pidiendo tu ayuda.
Nuevo Testamento

Hechos 1:1-22

Jesús llevado al cielo

1Estimado Teófilo, en mi primer libro me referí a todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar 2 hasta el día en que fue llevado al cielo, luego de darles instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido. 3 Después de padecer la muerte, se les presentó dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del reino de Dios. 4 Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó:

—No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado: 5 Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.

6 Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron:

—Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel?

7 —No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre —les contestó Jesús—. 8 Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

9 Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista. 10 Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:

11 —Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.

Elección de Matías para reemplazar a Judas

12 Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, situado aproximadamente a un kilómetro de la ciudad. 13 Cuando llegaron, subieron al lugar donde se alojaban. Estaban allí Pedro, Juan, Jacobo, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hijo de Jacobo. 14 Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María.

15 Por aquellos días Pedro se puso de pie en medio de los creyentes, que eran un grupo como de ciento veinte personas, 16 y les dijo: «Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura que, por boca de David, había predicho el Espíritu Santo en cuanto a Judas, el que sirvió de guía a los que arrestaron a Jesús. 17 Judas se contaba entre los nuestros y participaba en nuestro ministerio. 18 (Con el dinero que obtuvo por su crimen, Judas compró un terreno; allí cayó de cabeza, se reventó, y se le salieron las vísceras. 19 Todos en Jerusalén se enteraron de ello, así que aquel terreno fue llamado Acéldama, que en su propio idioma quiere decir “Campo de Sangre”.)

20 »Porque en el libro de los Salmos —continuó Pedro— está escrito:

»“Que su lugar quede desierto,
y que nadie lo habite.”

También está escrito:

»“Que otro se haga cargo de su oficio.”

21-22 Por tanto, es preciso que se una a nosotros un testigo de la resurrección, uno de los que nos acompañaban todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros, desde que Juan bautizaba hasta el día en que Jesús fue llevado de entre nosotros.»

Comentario

2. Ungido por el Espíritu Santo

El mismo poder que resucitó a Jesús de entre los muertos, vive en ti ahora. De los cuatro autores de los Evangelios, Lucas es el único que prosigue contando la historia de la siguiente generación. La historia de Jesús tiene continuidad en «los creyentes» (v.15) y ahora continúa en ti.

El libro de los Hechos es el volumen primero de la Historia de la Iglesia. A Lucas le importa la historia y usa palabras como «testigos presenciales», «investigado con esmero» y «escrito ordenadamente» (Lucas 1:2–3), y aquí habla de las «muchas pruebas convincentes» (Hechos 1:3). Subraya que Jesús no solo se apareció como una efímera impresión como un fantasma: «Después de padecer la muerte, se les presentó dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció \[…\] mientras comía con ellos» (vv.2–4).

Estamos ante el segundo volumen de la vida de Jesús según Lucas, el cual se refiere a su anterior Evangelio diciendo que trataba de lo que «Jesús comenzó a hacer y enseñar» (v.1). Ahora nos cuenta la historia de lo que Jesús continuó haciendo mediante el Espíritu Santo.

Jesús habló del Espíritu Santo como la promesa del Padre (v.4) y promete ahora que en unos pocos días los discípulos serán bautizados con el Espíritu Santo y recibirán el poder para ser sus testigos en la ciudad («Jerusalén»), en la nación («toda Judea y Samaria») y el mundo entero («hasta los confines de la tierra») (v.8).

A lo largo del resto del pasaje vemos una serie de ejemplos de gente que ha sido llena del Espíritu Santo y ha sido su mensajera por todo el mundo. La maravillosa noticia es ¡que tú estás incluido en esa lista!

  • David

El Espíritu Santo habla por medio de personas, incluido David (v.16). Pedro da ejemplos de cómo el Espíritu Santo habló por medio de David en los salmos, prediciendo incluso la sustitución de Judas el traidor (vv.15–20).

  • Jesús

Más que a nadie, el Espíritu Santo ungió a Jesús. Lucas narra que Jesús dio instrucciones «por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido» (v.2).

Particularmente les dijo: «Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: ―No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado: Juan bautizó con\[a\] agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo» (vv.4–5).

  • Los apóstoles

Aunque fueran débiles en muchos sentidos, los apóstoles habrían de ser ungidos por el Espíritu Santo para realizar la tarea que les aguardaba. La palabra «apóstol» se usa de diferentes maneras en el Nuevo Testamento. En el sentido más amplio, es la persona enviada por Dios y es claramente el caso de mucha gente que lo ha sido en el pasado y lo es hoy (ver 1 Corintios 12:28–29). En un sentido menos amplio, es gente que tiene lo que ha sido descrito como el carisma del liderazgo «apostólico» (Marcos 3:14).

En este pasaje en concreto es usado en el sentido menos amplio. Ellos eran un grupo especial de personas, capacitados de manera especial y única por Jesús. El Espíritu Santo habló por medio de ellos de una manera única. Ellos eran los apóstoles que Jesús había escogido, las personas a quienes dio instrucciones especiales por medio del Espíritu Santo (Hechos 1:2).

En un principio, Judas había sido parte de aquel grupo y ahora estaban buscando un substituto. Pedro describe los requisitos: tiene que haber sido de los que acompañaban a Jesús durante su ministerio y recibieron la necesaria capacitación (vv.21–22).

Jesús dijo: «Dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo… recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra» (vv.5,8).

En el día de Pentecostés se cumplió esto y el apóstol Pedro dejó claro que la promesa era para «todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar» (2:39), ¡lo cual te incluye a ti!

El Espíritu Santo viene a ungirte y darte poder, para ayudarte y guiarte en todos los aspectos de tu vida, no simplemente en las áreas «espirituales». Todo lo que tienes pertenece a Dios y Él quiere ser parte de todo en tu vida. Por medio del Espíritu Santo que vive dentro de ti, Dios quiere que llegues a ser como Jesús en todos tus pensamientos, actitudes, palabras y acciones; para el mundo, tú eres como Jesús.

Oración

Señor, gracias porque tu Espíritu Santo vive ahora en mí. Gracias porque aunque soy débil, estoy ungido para ser tu testigo. Ayúdame a ser un instrumento por medio del cual tu Espíritu Santo hable.
Antiguo Testamento

2 Samuel 3:22-5:5

Joab asesina a Abner

22 Ahora bien, los soldados de David regresaban con Joab de una de sus campañas, y traían un gran botín. Abner ya no estaba con David en Hebrón, pues David lo había despedido, y él se había ido tranquilo. 23 Cuando llegó Joab con la tropa que lo acompañaba, le notificaron que Abner hijo de Ner había visitado al rey, y que el rey lo había dejado ir en paz.

24 Por tanto, Joab fue a ver al rey y le dijo: «¡Así que Abner vino a ver a Su Majestad! ¿Y cómo se le ocurre dejar que se vaya tal como vino? 25 ¡Ya Su Majestad lo conoce! Lo más seguro es que haya venido con engaño para averiguar qué planes tiene usted, y para enterarse de todo lo que usted está haciendo.»

26 En cuanto Joab salió de hablar con David, envió mensajeros tras Abner, los cuales lo hicieron volver del pozo de Sira. Pero de esto Joab no le dijo nada a David. 27 Cuando Abner regresó a Hebrón, Joab lo llevó aparte a la entrada de la ciudad, como para hablar con él en privado. Allí lo apuñaló en el vientre, y Abner murió. Así Joab se vengó de la muerte de su hermano Asael.

28 Algún tiempo después, David se enteró de esto y declaró: «Hago constar ante el Señor, que mi reino y yo somos totalmente inocentes de la muerte de Abner hijo de Ner. 29 ¡Los responsables de su muerte son Joab y toda su familia! ¡Que nunca falte en la familia de Joab alguien que sufra de hemorragia o de lepra, o que sea cojo, o que muera violentamente, o que pase hambre!»

30 Joab y su hermano Abisay asesinaron a Abner porque en la batalla de Gabaón él había matado a Asael, hermano de ellos.

31 David ordenó a Joab y a todos los que estaban con él: «Rásguense las vestiduras, vístanse de luto, y hagan duelo por Abner.» El rey David en persona marchó detrás del féretro, 32 y Abner fue enterrado en Hebrón. Junto a la tumba, el rey lloró a gritos, y todo el pueblo lloró con él. 33 Entonces el rey compuso este lamento por Abner:

«¿Por qué tenía que morir Abner
como mueren los canallas?
34 ¡No tenías atadas las manos
ni te habían encadenado los pies!
¡Caíste como el que cae en manos de criminales!»

Y el pueblo lloró aún más. 35 Todos se acercaron a David y le rogaron que comiera algo mientras todavía era de día, pero él hizo este juramento: «¡Que Dios me castigue sin piedad si pruebo pan o algún otro alimento antes de que se ponga el sol!»

36 La gente prestó atención, y a todos les pareció bien. En realidad, todo lo que hacía el rey les agradaba. 37 Aquel día todo el pueblo y todo Israel reconocieron que el rey no había sido responsable de la muerte de Abner hijo de Ner.

38 El rey también le dijo a su gente: «¿No se dan cuenta de que hoy ha muerto en Israel un hombre extraordinario? 39 En cuanto a mí, aunque me han ungido rey, soy todavía débil; no puedo hacerles frente a estos hijos de Sarvia. ¡Que el Señor le pague al malhechor según sus malas obras!»

Asesinato de Isboset

4Cuando Isboset hijo de Saúl se enteró de que Abner había muerto en Hebrón, se acobardó, y con él todos los israelitas. 2 Isboset contaba con dos sujetos que comandaban bandas armadas. Uno de ellos se llamaba Baná, y el otro Recab, y ambos eran hijos de Rimón el berotita y pertenecían a la tribu de Benjamín. Berot se consideraba parte de Benjamín, 3 pues los habitantes de Berot se habían refugiado en Guitayin, donde hasta la fecha residen.

4 Por otra parte, Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo de cinco años, llamado Mefiboset, que estaba tullido. Resulta que cuando de Jezrel llegó la noticia de la muerte de Saúl y Jonatán, su nodriza lo cargó para huir pero, con el apuro, se le cayó y por eso quedó cojo.

5 Ahora bien, Recab y Baná, los hijos de Rimón el berotita, partieron para la casa de Isboset y llegaron a la hora más calurosa del día, cuando él dormía la siesta. 6 Con el pretexto de sacar un poco de trigo, Recab y su hermano Baná entraron al interior de la casa, y allí mismo lo apuñalaron en el vientre. Después de eso, escaparon. 7 Se habían metido en la casa mientras Isboset estaba en la alcoba, acostado en su cama. Lo mataron a puñaladas, y luego le cortaron la cabeza y se la llevaron. Caminaron toda la noche por el Arabá 8 y, al llegar a Hebrón, le entregaron a David la cabeza de Isboset, diciendo:

—Mire, Su Majestad: aquí le traemos la cabeza de Isboset, hijo de su enemigo Saúl, que intentó matarlo a usted. El Señor ha vengado hoy a Su Majestad por lo que Saúl y su descendencia le hicieron.

9 Pero David les respondió a Recab y a Baná, los hijos de Rimón el berotita:

—Tan cierto como que vive el Señor, quien me ha librado de todas mis angustias, 10 les juro que quien me anunció la muerte de Saúl se imaginaba que me traía buenas noticias, ¡pero la recompensa que le di por tan “buenas noticias” fue apresarlo y matarlo en Siclag! 11 ¡Y con mayor razón castigaré a los malvados que han dado muerte a un inocente mientras éste dormía en su propia cama! ¿Acaso no voy a vengar su muerte exterminándolos a ustedes de la tierra?

12 Entonces David les ordenó a sus soldados que los mataran, y que además les cortaran las manos y los pies, y colgaran sus cuerpos junto al estanque de Hebrón. En cambio, la cabeza de Isboset la enterraron en Hebrón, en el sepulcro de Abner.

David es ungido rey de Israel

5Todas las tribus de Israel fueron a Hebrón para hablar con David. Le dijeron: «Su Majestad y nosotros somos de la misma sangre. 2 Ya desde antes, cuando Saúl era nuestro rey, usted dirigía a Israel en sus campañas. El Señor le dijo a Su Majestad: “Tú guiarás a mi pueblo Israel y lo gobernarás.” » 3 Así pues, todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón para hablar con el rey David, y allí el rey hizo un pacto con ellos en presencia del Señor. Después de eso, ungieron a David para que fuera rey sobre Israel.

4 David tenía treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. 5 Durante siete años y seis meses fue rey de Judá en Hebrón; luego reinó en Jerusalén sobre todo Israel y Judá durante treinta y tres años.

Comentario

3. Ungido para el liderazgo

No necesitamos ser perfectos para ser líderes. David dijo: «Aunque me han ungido rey, soy todavía débil» (3:39). La historia de la vida de David en la Biblia es un gran testimonio tanto de unción como de la debilidad de David. Él sabía que distaba mucho de ser perfecto, pero también sabía que aun así Dios podía usarlo. No se quedaba en su debilidad sino que dirigía la situación hacia Dios (v.39). A pesar de su debilidad, Dios lo usó de maneras extraordinarias.

Este pasaje nos recuerda también que Dios usó a David durante toda su vida. Ya hemos visto muchos ejemplos de cómo Dios usó a David como líder durante muchos años antes de que llegara a ser rey. Cuando fue coronado, David era aún relativamente joven y después continuó siendo usado por Dios en su largo y, en su mayor parte, exitoso reinado. «David tenía treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años» (5:4).

El Señor dijo acerca de David: «Tú pastorearás a mi pueblo Israel y lo gobernarás» (v.2) y «Así pues, todos los ancianos \[…\] ungieron a David para que fuera rey sobre Israel » (v.3). David se convirtió en un líder lleno de integridad; «los apacentó con íntegro corazón; los pastoreó con la pericia de sus manos» (Salmo 78:72, RVA-2015). David era el tipo de líder que desesperadamente necesitamos hoy en día en la iglesia y en la sociedad: hombres y mujeres con integridad de corazón.

Oración

Gracias Señor, porque el mismo Espíritu Santo que vivió en David, en Jesús y en los apóstoles, vive ahora en mí y me unge. Te doy gracias porque hasta mi debilidad está ungida.

Añadidos de Pippa

2 Samuel 3:30

«Joab y su hermano Abisay asesinaron a Abner porque en la batalla de Gabaón él había matado a Asael, hermano de ellos».

El deseo de venganza es un sentimiento poderoso. Puedo entender que Joab quisiera vengar la muerte de su hermano. No es fácil perdonar a una persona que ha hecho daño a alguien que quieres. Si no supiera que Jesús murió por mí, no estaría segura si quiera de por dónde empezar. Todavía me cuesta perdonar a un profesor de uno de nuestros hijos que era muy vengativo, ¡mejor no mencionarme el asunto porque aún me enfada!

Versículo del día

Hechos 1:8

'Cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.'

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Nueva Versión Inernacional (NVI)

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