Día 152

¡Guau!

Sabiduría Proverbios 13:20-14:4
Nuevo Testamento Juan 20:10-31
Antiguo Testamento 2 Samuel 1:1-2:7

Introducción

Judah Smith es un joven pastor pentecostal encantador de Seattle, en Washington. Es uno de los mejores comunicadores que nunca he oído, especialmente con los jóvenes. Cuando escucha a otras personas hablar, su expresión favorita es «¡Guau!». Para él, se trata de una expresión de respeto, admiración y reverencia.

Vivir en la Europa occidental del siglo XXI supone muchas bendiciones, pero vivimos en una sociedad donde el respeto, la reverencia y la admiración no parece que sean tan valoradas como antaño.

Sabiduría

Proverbios 13:20-14:4

20 El que con sabios anda, sabio se vuelve;
el que con necios se junta, saldrá mal parado.

21 Al pecador lo persigue el mal,
y al justo lo recompensa el bien.

22 El hombre de bien deja herencia a sus nietos;
las riquezas del pecador se quedan para los justos.

23 En el campo del pobre hay abundante comida,
pero ésta se pierde donde hay injusticia.

24 No corregir al hijo es no quererlo;
amarlo es disciplinarlo.

25 El justo come hasta quedar saciado,
pero el malvado se queda con hambre.

14La mujer sabia edifica su casa;
la necia, con sus manos la destruye.

2 El que va por buen camino teme al Señor;
el que va por mal camino lo desprecia.

3 De la boca del necio brota arrogancia;
los labios del sabio son su propia protección.

4 Donde no hay bueyes el granero está vacío;
con la fuerza del buey aumenta la cosecha.

Comentario

1. Respeto

En el libro de Proverbios subyace toda una cultura de respeto. Podemos ver tres ejemplos en este pasaje:

  • Respeto hacia el Señor

«El que va por buen camino teme al Señor» (14:2). La palabra «temer» usada por la Nueva Versión Internacional (NVI) quizá se entiende mejor como «respeto». El respeto hacia el Señor es el punto de partida para el respeto en todo el resto de nuestras relaciones.

  • Respeto hacia los sabios

«El que con sabios anda, sabio se vuelve» (13:20). «Los labios del sabio solo evocan respeto» (14:3, MSG). Cada vez más, nuestra sociedad devalúa la sabiduría que viene de la edad. Aunque no siempre sea el caso, la sabiduría suele venir de la experiencia de una larga vida. Hay una gran cantidad de sabiduría sin explotar en la gente mayor.

  • Respeto en el hogar

«No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo» (13:24). Esta enseñanza ha sido tergiversada en ocasiones a causa de una interpretación demasiado literal. Lo que el libro de Proverbios anima a tener, es una cultura de respeto en la familia: respeto a los padres y también a los hijos. Este respeto también conlleva impartir una amorosa disciplina.

Oración

Señor, ayúdanos a ganar sabiduría y ser el modelo de una buena vida familiar en la que se combine el amor y el respeto.
Nuevo Testamento

Juan 20:10-31

Jesús se aparece a María Magdalena

10 Los discípulos regresaron a su casa, 11 pero María se quedó afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro, 12 y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies.

13 —¿Por qué lloras, mujer? —le preguntaron los ángeles.

—Es que se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto —les respondió.

14 Apenas dijo esto, volvió la mirada y allí vio a Jesús de pie, aunque no sabía que era él. 15 Jesús le dijo:

—¿Por qué lloras, mujer? ¿A quién buscas?

Ella, pensando que se trataba del que cuidaba el huerto, le dijo:

—Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, y yo iré por él.

16 —María —le dijo Jesús.

Ella se volvió y exclamó:

—¡Raboni! (que en arameo significa: Maestro).

17 —Suéltame, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes.”

18 María Magdalena fue a darles la noticia a los discípulos. «¡He visto al Señor!», exclamaba, y les contaba lo que él le había dicho.

Jesús se aparece a sus discípulos

19 Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó.

—¡La paz sea con ustedes!

20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron.

21 —¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.

22 Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo:

—Reciban el Espíritu Santo. 23 A quienes les perdonen sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados.

Jesús se aparece a Tomás

24 Tomás, al que apodaban el Gemelo, y que era uno de los doce, no estaba con los discípulos cuando llegó Jesús. 25 Así que los otros discípulos le dijeron:

—¡Hemos visto al Señor!

—Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré —repuso Tomás.

26 Una semana más tarde estaban los discípulos de nuevo en la casa, y Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los saludó.

—¡La paz sea con ustedes!

27 Luego le dijo a Tomás:

—Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino hombre de fe.

28 —¡Señor mío y Dios mío! —exclamó Tomás.

29 —Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto y sin embargo creen.

30 Jesús hizo muchas otras señales milagrosas en presencia de sus discípulos, las cuales no están registradas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida.

Comentario

2. Fascinación

Jesús fue verdaderamente resucitado de entre los muertos; la mañana de Pascua la tumba apareció vacía. Lo seguidores de Jesús se encontraron realmente con él de nuevo, la resurrección es algo que ocurrió de verdad. La mejor explicación histórica para el origen del cristianismo es simplemente que es verdad: ¡Jesús está vivo hoy!

Juan registra cuatro apariciones de Jesús tras la resurrección y tres de ellas en este pasaje. En las apariciones no solamente vemos algunas de las pruebas, sino también algunos de los resultados de la resurrección.

  • Fascinación y sorpresa

El relato de la aparición de Jesús a María tiene un aroma indefinible a una narración hecha por quien ha sido testigo de ella. No hay nada remotamente parecido a este relato en toda la literatura antigua.

En la cultura de aquel tiempo, el testimonio de una mujer no habría tenido tanto peso como el de un hombre. Si los discípulos se lo hubieran inventado, nunca habrían ideado que la primera aparición fuera ante María Magdalena.

Jesús no se aparece de una manera triunfal para significar su victoria. Se aparece a María —la amada y la perdonada— cuando está sola en el huerto, y lo hace con delicado amor.

Esto evidencia muchísimo acerca del respeto que Jesús tenía hacia las mujeres. Mediante este acto, así como por otros realizados durante su vida en la tierra, Jesús sentó las bases para una revolución en la actitud del mundo hacia las mujeres. Tristemente, han pasado dos mil años y todavía no hemos realizado este cambio.

Jesús no le pregunta a María qué está buscando, sino que le pregunta: «¿A quién buscas?» (v.15).

La respuesta de María está llena de fascinación y sorpresa. Al darse cuenta de que era Jesús, exclamó en arameo: «¡Raboní! (que en arameo significa maestro)» (v.16).

Jesús le explica que no debe intentar abrazarlo (v.17). Ella ha de comenzar una nueva relación, más interior, con el Jesús resucitado, donde él estará en ella y ella en él (y esta se realizará mediante el don del Espíritu).

No basta con conocer las pruebas factuales acerca de la resurrección. Necesitamos un encuentro personal con el Jesús resucitado.

  • Alegría y paz

El mundo trata desesperadamente de encontrar la felicidad y la paz mental. La fuente de felicidad suprema es la relación con Jesús.

María se apresuró a ir a contarles a los discípulos: «¡He visto al Señor!» (v.18). La aparición de Jesús a los discípulos les trajo una alegría desbordante (v.20). Les dice tres veces: «¡La paz sea con ustedes!» (vv.19,21,16); la paz interior que brota de su presencia.

La fe en Jesús trae alegría y paz a todos los que creen. Jesús le dijo a Tomás: «Porque me has visto, has creído; dichosos los que no han visto y sin embargo creen» (v.29).

En aquel breve encuentro, Jesús transformó un grupo de personas asustadas y confundidas en una comunidad de amor, alegría y paz.

  • Propósito y poder

Jesús les da un nuevo sentido de propósito: «Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes» (v.21). La resurrección es el mensaje de esperanza para el mundo. Jesús ha resucitado de los muertos; hay vida más allá de la tumba. Esto da un nuevo significado y propósito a la vida en la tierra. Eres enviado por Jesús a proclamar este mensaje al mundo.

Finalmente, también les dio el poder: «Sopló sobre ellos y les dijo: ―Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados» (vv.22-23). El Espíritu Santo da la fuerza y la autoridad para perdonar.

El mismo poder que resucitó a Jesús de los muertos está a tu disposición. Él te da el poder de su Espíritu Santo y el poder de su palabra para proclamar el mensaje del perdón de Dios a los seres humanos. Este es el mensaje que trae vida eterna.

  • Respeto and reverencia

Tomás era cínico, escéptico y estaba lleno de dudas. Creo que probablemente yo hubiera tenido la misma reacción que él tuvo cuando dijo: «Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré» (v.25).

Tuvo que sentirse tan humillado cuando Jesús se le apareció diciéndole: «Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino hombre de fe» (v.27).

Las heridas de Jesús están ahí para, en todo tiempo, revelar su humilde amor tan lleno de perdón. Jesús acepta a Tomás tal cual es, así como el desafío que le hace, sin quejas ni críticas.

No te sientas culpable por tener dudas, como Tomás, sé honesto acerca de ellas y preséntaselas a Jesús. Cuando Jesús respondió a sus dudas, la respuesta de Tomás fue el sumun de respeto, reverencia y fascinación. Le dijo: «¡Señor mío y Dios mío!» (v.28). De estar en una posición de duda, Tomás pasa a hacer la que quizá es la mayor afirmación acerca de la divinidad de Jesús en todos los Evangelios. Es la primera persona que mira a Jesús y le llama «Dios». Lo que vino a decir fue: «¡Guau!».

Jesús prosigue explicándole que el creer lleva a la bendición (v.29) y de hecho, lleva a la vida. Creencia y vida van de la mano en el Evangelio de Juan (v.31), porque si crees en Jesús, tendrás vida. Esta es la vida real de gran calidad, una vida abundante (10:10) que perdura para siempre (3:16).

Toda la razón por la que Juan escribe su Evangelio es «para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida» (20:31). La resurrección es la base de nuestra esperanza en una vida antes de la muerte, así como una vida más allá de ella.

Oración

Jesús, mi Señor y mi Dios, hoy te alabo con fascinación y reverencia.
Antiguo Testamento

2 Samuel 1:1-2:7

Noticia de la muerte de Saúl

1Después de la muerte de Saúl, David se detuvo dos días en Siclag, luego de haber derrotado a los amalecitas. 2 Al tercer día, llegó a Siclag un hombre que venía del campamento de Saúl. En señal de duelo se presentó ante David con la ropa rasgada y la cabeza cubierta de ceniza, y se postró rostro en tierra.

3 —¿De dónde vienes? —le preguntó David.

—Vengo huyendo del campamento israelita —respondió.

4 —Pero, ¿qué ha pasado? —exclamó David—. ¡Cuéntamelo todo!

—Pues resulta que nuestro ejército ha huido de la batalla, y muchos han caído muertos —contestó el mensajero—. Entre los caídos en combate se cuentan Saúl y su hijo Jonatán.

5 —¿Y cómo sabes tú que Saúl y su hijo Jonatán han muerto? —le preguntó David al criado que le había traído la noticia.

6 —Por casualidad me encontraba yo en el monte Guilboa. De pronto, vi a Saúl apoyado en su lanza y asediado por los carros y la caballería —respondió el criado—. 7 Saúl se volvió y, al verme, me llamó. Yo me puse a sus órdenes. 8 Me preguntó quién era yo, y le respondí que era amalecita. 9 Entonces me pidió que me acercara y me ordenó: “¡Mátame de una vez, pues estoy agonizando y no acabo de morir!” 10 Yo me acerqué y lo maté, pues me di cuenta de que no iba a sobrevivir al desastre. Luego le quité la diadema de la cabeza y el brazalete que llevaba en el brazo, para traérselos a usted, mi señor.

11 Al oírlo, David y los que estaban con él se rasgaron las vestiduras. 12 Lloraron y ayunaron hasta el anochecer porque Saúl y su hijo Jonatán habían caído a filo de espada, y también por el ejército del Señor y por la nación de Israel.

13 Entonces David le preguntó al joven que le había traído la noticia:

—¿De dónde eres?

—Soy un extranjero amalecita —respondió.

14 —¿Y cómo te atreviste a alzar la mano para matar al ungido del Señor? —le reclamó David.

15 Y en seguida llamó a uno de sus hombres y le ordenó:

—¡Anda, mátalo!

Aquél cumplió la orden y lo mató. 16 David, por su parte, dijo:

—¡Que tu sangre caiga sobre tu cabeza! Tu boca misma te condena al admitir que mataste al ungido del Señor.

Lamento de David por Saúl y Jonatán

17 David compuso este lamento en honor de Saúl y de su hijo Jonatán. 18 Lo llamó el «Cántico del Arco» y ordenó que lo enseñaran a los habitantes de Judá. Así consta en el libro de Jaser:

19 «¡Ay, Israel! Tu gloria yace herida
en las alturas de los montes.
¡Cómo han caído los valientes!
20 »No lo anuncien en Gat
ni lo pregonen en las calles de Ascalón,
para que no se alegren las filisteas
ni lo celebren esas paganas.
21 »¡Ay, montes de Guilboa,
que no caiga sobre ustedes lluvia ni rocío!
¡Que no crezca el trigo para las ofrendas!
Porque allí deshonraron el escudo de Saúl:
¡allí quedó manchado el escudo de los valientes!
22 ¡Jamás volvía el arco de Jonatán
sin haberse saciado con la sangre de los heridos,
ni regresaba la espada de Saúl
sin haberse hartado con la grasa de sus oponentes!
23 »¡Saúl! ¡Jonatán! ¡Nobles personas!
Fueron amados en la vida,
e inseparables en la muerte.
Más veloces eran que las águilas,
y más fuertes que los leones.
24 »¡Ay, mujeres de Israel! Lloren por Saúl,
que las vestía con lujosa seda carmesí
y las adornaba con joyas de oro.
25 »¡Cómo han caído los valientes en batalla!
Jonatán yace muerto en tus alturas.
26 ¡Cuánto sufro por ti, Jonatán,
pues te quería como a un hermano!
Más preciosa fue para mí tu amistad
que el amor de las mujeres.
27 »¡Cómo han caído los valientes!
¡Las armas de guerra han perecido!»

David es ungido rey de Judá

2Pasado algún tiempo, David consultó al Señor:

—¿Debo ir a alguna de las ciudades de Judá?

—Sí, debes ir —le respondió el Señor.

—¿Y a qué ciudad quieres que vaya?

—A Hebrón.

2 Así que David fue allá con sus dos esposas, Ajinoán la jezrelita y Abigaíl, la viuda de Nabal de Carmel. 3 Se llevó además a sus hombres, cada cual acompañado de su familia, y todos se establecieron en Hebrón y sus aldeas. 4 Entonces los habitantes de Judá fueron a Hebrón, y allí ungieron a David como rey de su tribu. Además, le comunicaron que los habitantes de Jabés de Galaad habían sepultado a Saúl. 5 Entonces David envió a los de Jabés el siguiente mensaje: «Que el Señor los bendiga por haberle sido fieles a su señor Saúl, y por darle sepultura. 6 Y ahora, que el Señor les muestre a ustedes su amor y fidelidad, aunque yo también quiero recompensarlos por esto que han hecho. 7 Cobren ánimo y sean valientes, pues aunque su señor Saúl ha muerto, la tribu de Judá me ha ungido como su rey.»

Comentario

3. Reverencia

La actitud de Saúl es un maravilloso ejemplo de cómo responder a aquellos que te hacen mal. David no buscó vengarse, ni fue desagradable, sino que trató a Saúl con el mayor de los respetos. Al fin y al cabo, Dios había usado a Saúl grandemente en el pasado. El hecho de que Saúl se hubiera descarrilado no borró el respeto de David.

Su actitud hacia Saúl fue muy extraordinaria. Le dijo al amalecita que afirmaba haber acabado con Saúl: «¿Y cómo te atreviste a alzar la mano para matar al ungido del Señor?» (1:14). Puede que el amalecita estuviera intentado sacar partida de lo que habría

sido una tergiversación de los hechos. Puede que humanamente fuera un carroñero que tomó el estandarte real de Saúl para ganarse el favor de David. Como quiera que fuera, aquello no le favoreció debido a la reverencia de David por Saúl.

David hizo luto por la muerte de su gran amigo Jonatán y por la de Saúl (vv.19-27). El duelo es la respuesta natural y sana ante la muerte de aquellos que amamos.

Por encima de todo, David reverenciaba a Dios. Él «consultó al Señor» (2:1) preguntándole: «¿Debo ir a alguna de las ciudades de Judá?». El Señor respondió: «Sí, debes ir», a lo que le contestó: «¿Y a qué ciudad quieres que vaya?». El Señor respondió: «A Hebrón». David obedeció y fue ungido rey de la casa de Judá.

Oración

Señor, ayúdame a amar y respetar a todos aquellos que has ungido para puestos de liderazgo, ya sea que nos apoyen o que no lo hagan. Ayúdame a vivir una vida de reverencia, respeto y fascinación.

Añadidos de Pippa

Juan 20:10

Me interesa muchísimo que, de entre toda la gente a la que se podía haber aparecido, Jesús eligiera aparecerse primero a María Magdalena. No fue a aparecerse a su discípulo mayor, ¡ni siquiera a su madre!, sino a una mujer que no era importante a los ojos de nadie en el mundo.

Versículo del día

Juan 20:19

'Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. —¡La paz sea con ustedes!'

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Nueva Versión Inernacional (NVI)

Copyright © 1999 by Biblica, Inc

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