Día 146

El nombre del Señor

Sabiduría Salmos 68:1-6
Nuevo Testamento Juan 16:5-17:5
Antiguo Testamento 1 Samuel 17:38-18:30

Introducción

Bárbara Clapham vino a vivir a Londres cuando tenía 33 años. Decidió que iba a buscar una iglesia y un domingo por la mañana, llegó a HTB. La joven que estaba dando la bienvenida a la gente en la puerta le sonrió y le preguntó su nombre. Gracias a esa sonrisa, Bárbara regresó el domingo de la semana siguiente y al atravesar la puerta, la misma persona la saludó diciendo «¡Hola Bárbara!».

Gracias a que la persona de la puerta se acordó de su nombre, decidió que iba a regresar todos los domingos. Aquello ocurrió en 1947; desde entonces Bárbara asistió casi todos los domingos hasta su fallecimiento poco después de celebrar su centésimo cumpleaños. Tuvo un gran impacto en la vida de HTB (incluyendo ser responsable de la administración de las finanzas de la iglesia durante muchos años). Me pregunto si la joven de la puerta alguna vez tuvo idea de la diferencia que marcó al recordar el nombre de Bárbara.

Hay gran poder en los nombres, pues son algo muy importante. Esto es cierto hoy, pero lo fue aún más en la cultura hebrea sobre la que leemos en la Biblia. Un nombre hebreo no es una simple etiqueta. El nombre del Señor revela quién es.

Sabiduría

Salmos 68:1-6

Al director musical. Salmo de David. Cántico.

1 Que se levante Dios,
 que sean dispersados sus enemigos,
 que huyan de su presencia los que le odian.
2 Que desaparezcan del todo,
 como humo que se disipa con el viento;
que perezcan ante Dios los impíos,
 como cera que se derrite en el fuego.
3 Pero que los justos se alegren y se regocijen;
 que estén felices y alegres delante de Dios.

4 Canten a Dios, canten salmos a su nombre;
 aclamen a quien cabalga por las estepas,
y regocíjense en su presencia.
 ¡Su nombre es el Señor!
5 Padre de los huérfanos y defensor de las viudas
 es Dios en su morada santa.
6 Dios da un hogar a los desamparados
 y libertad a los cautivos;
 los rebeldes habitarán en el desierto.

Comentario

1. Alabado sea el nombre del Señor

David exhorta: «Canten a Dios, canten salmos a su nombre; aclamen a quien cabalga por las por las estepas, y regocíjense en su presencia. ¡Su nombre es el Señor!» (v.4).

Dios se revela a través de Su nombre. Él dio Su nombre a Moisés («Yo soy el que soy») cuando vino a liberar a Su pueblo de la esclavitud en Egipto (Éxodo 3:14). Del mismo modo, vemos en este salmo que el Dios portador de este nombre tiene una especial preocupación por los marginados en la sociedad.

Dios es un «padre para los huérfanos» y un «defensor de las viudas» (Salmo 68:5). «Dios ubica a los solitarios en familias» (v.6a, NTV). «Dios da un hogar a los desamparados» (v.6a). «Pone en libertad a los prisioneros y los llena de alegría» (v.6b).

Una de las maneras de honrar el nombre del Señor es amar y servir a los marginados: las viudas y los huérfanos, los solitarios, los desamparados y los que están en prisión.

Oración

Señor, alabo Tu santo nombre. Que Tu nombre sea honrado en mi vida al amar y servir a los marginados en la sociedad.
Nuevo Testamento

Juan 16:5-17:5

La obra del Espíritu Santo

5 »Ahora vuelvo al que me envió, pero ninguno de ustedes me pregunta: “¿A dónde vas?” 6 Al contrario, como les he dicho estas cosas, se han entristecido mucho. 7 Pero les digo la verdad: Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes. 8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio; 9 en cuanto al pecado, porque no creen en mí; 10 en cuanto a la justicia, porque voy al Padre y ustedes ya no podrán verme; 11 y en cuanto al juicio, porque el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado.

12 »Muchas cosas me quedan aún por decirles, que por ahora no podrían soportar. 13 Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir. 14 Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes. 15 Todo cuanto tiene el Padre es mío. Por eso les dije que el Espíritu tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.

16 »Dentro de poco ya no me verán; pero un poco después volverán a verme.

La despedida de Jesús

17 Algunos de sus discípulos comentaban entre sí:

«¿Qué quiere decir con eso de que “dentro de poco ya no me verán”, y ün poco después volverán a verme”, y “porque voy al Padre”?» 18 E insistían: «¿Qué quiere decir con eso de “dentro de poco”? No sabemos de qué habla.»

19 Jesús se dio cuenta de que querían hacerle preguntas acerca de esto, así que les dijo:

—¿Se están preguntando qué quise decir cuando dije: “Dentro de poco ya no me verán”, y ün poco después volverán a verme”? 20 Ciertamente les aseguro que ustedes llorarán de dolor, mientras que el mundo se alegrará. Se pondrán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría. 21 La mujer que está por dar a luz siente dolores porque ha llegado su momento, pero en cuanto nace la criatura se olvida de su angustia por la alegría de haber traído al mundo un nuevo ser. 22 Lo mismo les pasa a ustedes: Ahora están tristes, pero cuando vuelva a verlos se alegrarán, y nadie les va a quitar esa alegría. 23 En aquel día ya no me preguntarán nada. Ciertamente les aseguro que mi Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. 24 Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.

25 »Les he dicho todo esto por medio de comparaciones, pero viene la hora en que ya no les hablaré así, sino que les hablaré claramente acerca de mi Padre. 26 En aquel día pedirán en mi nombre. Y no digo que voy a rogar por ustedes al Padre, 27 ya que el Padre mismo los ama porque me han amado y han creído que yo he venido de parte de Dios. 28 Salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo de nuevo el mundo y vuelvo al Padre.

29 —Ahora sí estás hablando directamente, sin vueltas ni rodeos —le dijeron sus discípulos—. 30 Ya podemos ver que sabes todas las cosas, y que ni siquiera necesitas que nadie te haga preguntas. Por esto creemos que saliste de Dios.

31 —¿Hasta ahora me creen? —contestó Jesús—. 32 Miren que la hora viene, y ya está aquí, en que ustedes serán dispersados, y cada uno se irá a su propia casa y a mí me dejarán solo. Sin embargo, solo no estoy, porque el Padre está conmigo. 33 Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.

Jesús ora por sí mismo

17Después de que Jesús dijo esto, dirigió la mirada al cielo y oró así:

«Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti, 2 ya que le has conferido autoridad sobre todo mortal para que él les conceda vida eterna a todos los que le has dado. 3 Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra, y he llevado a cabo la obra que me encomendaste. 5 Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera.

Comentario

2. Poder en el nombre del Señor

¿Sabes cuánto poder hay en el nombre de Jesús? Cuando Jesús deja a sus discípulos, les señala: «Ciertamente les aseguro que mi Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa. \[...\] En aquel día pedirán en mi nombre» (16:23b-26a).

Cuando acudimos a Dios en oración no pedimos en nuestro nombre, sino en el nombre de Jesús. Por nuestra cuenta no tenemos derecho a pedir nada; pero Jesús, por medio de la cruz y la resurrección, ha hecho posible que tengas acceso a Dios en su nombre.

Orar en el nombre de Jesús consiste en ponerte en sintonía con Jesús. Al hacer esto, tus oraciones se armonizan con los deseos de Dios para tu vida y puedes orar para que se haga Su voluntad. Se trata de algo que no puedes hacer por tu cuenta, necesitas el Espíritu Santo.

Jesús les dice a los discípulos que es una ventaja que él se vaya, porque «si no lo hago, el Consejero \[el «Amigo», MSG\] no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se los enviaré a ustedes» (16:7). Jesús solo podía estar en un lugar a la vez. Ahora, por su Espíritu, puede estar contigo y conmigo como nuestro amigo y ayudante todo el tiempo, dondequiera que vayamos.

El Espíritu Santo convencerá al mundo de su culpabilidad (fundamentalmente porque las personas «no creen en» Jesús, v.9), y nos «guiará a toda la verdad» (v.13a). Cada vez que nos salimos del camino o tomamos la dirección equivocada, el Espíritu Santo nos convence. Sentimos en nuestro espíritu que lo que estamos haciendo no está bien.

El Espíritu Santo nunca nos condena (Romanos 8:1). Nos convence para arrepentirnos y así tomar la dirección correcta. Él te guía, sostiene y fortalece para que te vuelvas más parecido a Jesús.

Él te guía hasta la verdad plena, que es revelada por el Espíritu de la verdad (Juan 16:13a). Entre otras cosas, revela la verdad sobre ti: la verdad te hace libre.

Jesús te promete tres cosas:

  • Gozo en medio del luto y el dolor

«De cierto, de cierto les digo que ustedes llorarán y lamentarán pero el mundo se alegrará. Ustedes tendrán angustia, pero su angustia se convertirá en gozo» (v.20, RVA-2015). La justicia prevalecerá; el mal no tendrá la última palabra. Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, el gozo de los discípulos fue tan grande que ensombreció completamente su dolor, como una madre que ha dado a luz a un bebé y olvida la angustia del nacimiento (vv.21–22).

  • Amor en medio del odio

Eres amado. Aún cuando «el mundo los aborrece» (15:18), Jesús te dice que «el Padre mismo los ama porque me han amado y han creído que yo he venido de parte de Dios» (16:27). El Espíritu de la verdad revelará el amor total del Padre hacia ti.

  • Paz en medio de los problemas

Jesús nunca te prometió una vida libre de problemas. De hecho, en palabras de la versión en inglés Amplified Bible (Edición Clásica), él dice que en el mundo experimentarás «tribulación y pruebas y angustia y frustración» (v.33, AMPC). Pero te promete «perfecta paz y confianza en medio de estas pruebas» porque él «ha vencido al mundo (le he privado de poder para hacerte daño y lo he vencido para ti)» (v.33, AMPC).

El don más importante que recibes del Espíritu Santo es una relación con Dios. En la siguiente oración Jesús destaca esto como la verdadera esencia y definición de «vida eterna»: «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado» (17:3).

Esta asombrosa descripción de la vida eterna está contenida en la oración de Jesús para que el nombre de Dios sea glorificado. Todo lo que Jesús hizo mientras estuvo aquí en la tierra, así como nuestra relación con el Padre a través de Jesús, son algo que está ordenado en última instancia para la gloria del nombre de Dios.

Oración

Señor, nunca podré agradecerte lo suficiente el inmenso privilegio de poder orar en el nombre de Jesús. Hoy oro... en tu nombre.
Antiguo Testamento

1 Samuel 17:38-18:30

38 Luego Saúl vistió a David con su uniforme de campaña. Le entregó también un casco de bronce y le puso una coraza. 39 David se ciñó la espada sobre la armadura e intentó caminar, pero no pudo porque no estaba acostumbrado.

—No puedo andar con todo esto —le dijo a Saúl—; no estoy entrenado para ello.

De modo que se quitó todo aquello, 40 tomó su bastón, fue al río a escoger cinco piedras lisas, y las metió en su bolsa de pastor. Luego, honda en mano, se acercó al filisteo. 41 Éste, por su parte, también avanzaba hacia David detrás de su escudero. 42 Le echó una mirada a David y, al darse cuenta de que era apenas un muchacho, trigueño y buen mozo, con desprecio 43 le dijo:

—¿Soy acaso un perro para que vengas a atacarme con palos?

Y maldiciendo a David en nombre de sus dioses, 44 añadió:

—¡Ven acá, que les voy a echar tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo!

45 David le contestó:

—Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SeñorTodopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado. 46 Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel. 47 Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza. La batalla es del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestras manos.

48 En cuanto el filisteo avanzó para acercarse a David y enfrentarse con él, también éste corrió rápidamente hacia la línea de batalla para hacerle frente. 49 Metiendo la mano en su bolsa sacó una piedra, y con la honda se la lanzó al filisteo, hiriéndolo en la frente. Con la piedra incrustada entre ceja y ceja, el filisteo cayó de bruces al suelo. 50 Así fue como David triunfó sobre el filisteo: lo hirió de muerte con una honda y una piedra, y sin empuñar la espada. 51 Luego corrió adonde estaba el filisteo, le quitó la espada y, desenvainándola, lo remató con ella y le cortó la cabeza.

Cuando los filisteos vieron que su héroe había muerto, salieron corriendo. 52 Entonces los soldados de Israel y de Judá, dando gritos de guerra, se lanzaron contra ellos y los persiguieron hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón. Todo el camino, desde Sajarayin hasta Gat y Ecrón, quedó regado de cadáveres de filisteos. 53 Cuando los israelitas dejaron de perseguir a los filisteos, regresaron para saquearles el campamento. 54 Luego David tomó la cabeza de Goliat y la llevó a Jerusalén, pero las armas las guardó en su tienda de campaña.

55 Anteriormente Saúl, al ver a David enfrentarse con el filisteo, le había preguntado a Abner, general de su ejército:

—Abner, ¿quién es el padre de ese muchacho?

—Le aseguro, Su Majestad, que no lo sé.

56 —Averíguame quién es —le había dicho el rey.

57 Tan pronto como David regresó, después de haber matado a Goliat, y con la cabeza del filisteo todavía en la mano, Abner lo llevó ante Saúl.

58 —¿De quién eres hijo, muchacho? —le preguntó Saúl.

—De Isaí de Belén, servidor de Su Majestad —respondió David.

Envidia de Saúl

18Una vez que David y Saúl terminaron de hablar, Saúl tomó a David a su servicio y, desde ese día, no lo dejó volver a la casa de su padre. Jonatán, por su parte, entabló con David una amistad entrañable y llegó a quererlo como a sí mismo. 3 Tanto lo quería, que hizo un pacto con él: 4 Se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David; también le dio su túnica, y aun su espada, su arco y su cinturón.

5 Cualquier encargo que David recibía de Saúl, lo cumplía con éxito, de modo que Saúl lo puso al mando de todo su ejército, con la aprobación de los soldados de Saúl y hasta de sus oficiales.

6 Ahora bien, cuando el ejército regresó, después de haber matado David al filisteo, de todos los pueblos de Israel salían mujeres a recibir al rey Saúl. Al son de liras y panderetas, cantaban y bailaban, 7 y exclamaban con gran regocijo:

«Saúl destruyó a un ejército,
¡pero David aniquiló a diez!»

8 Disgustado por lo que decían, Saúl se enfureció y protestó: «A David le dan crédito por diez ejércitos, pero a mí por uno solo. ¡Lo único que falta es que le den el reino!» 9 Y a partir de esa ocasión, Saúl empezó a mirar a David con recelo.

10 Al día siguiente, el espíritu maligno de parte de Dios se apoderó de Saúl, quien cayó en trance en su propio palacio. Andaba con una lanza en la mano y, mientras David tocaba el arpa, como era su costumbre, 11 Saúl se la arrojó, pensando: «¡A éste lo clavo en la pared!» Dos veces lo intentó, pero David logró esquivar la lanza.

12 Saúl sabía que el Señor lo había abandonado, y que ahora estaba con David. Por eso tuvo temor de David 13 y lo alejó de su presencia, nombrándolo jefe de mil soldados para que dirigiera al ejército en campaña. 14 David tuvo éxito en todas sus expediciones, porque el Señor estaba con él. 15 Al ver el éxito de David, Saúl se llenó de temor. 16 Pero todos en Israel y Judá sentían gran aprecio por David, porque él los dirigía en campaña.

17 Un día Saúl le dijo a David:

—Aquí tienes a Merab, mi hija mayor. Te la entrego por esposa, con la condición de que me sirvas con valentía, peleando las batallas del Señor.

Saúl pensaba: «Será mejor que no muera por mi mano, sino a mano de los filisteos.»

18 Pero David le respondió:

—¿Quién soy yo? ¿Y quiénes son en Israel mis parientes, o la familia de mi padre, para que yo me convierta en yerno del rey?

19 Sin embargo, cuando llegó la fecha en que Saúl había de casar a su hija Merab con David, Saúl se la entregó por esposa a Adriel de Mejolá.

20 Mical, la otra hija de Saúl, se enamoró de David. Cuando se lo dijeron a Saúl, le agradó la noticia 21 y pensó: «Se la entregaré a él, como una trampa para que caiga en manos de los filisteos.» Así que volvió a decirle a David:

—Ahora sí vas a ser mi yerno.

22 Entonces Saúl ordenó a sus funcionarios:

—Hablen con David en privado y díganle: “Oye, el rey te aprecia, y todos sus funcionarios te quieren. Acepta ser su yerno.”

23 Esto se lo repitieron a David, pero él respondió:

—¿Creen que es cosa fácil ser yerno del rey? ¡Yo no soy más que un plebeyo insignificante!

24 Los funcionarios le comunicaron a Saúl la reacción de David. 25 Pero Saúl insistió:

—Díganle a David: “Lo único que el rey quiere es vengarse de sus enemigos, y como dote por su hija pide cien prepucios de filisteos.”

En realidad, lo que Saúl quería era que David cayera en manos de los filisteos.

26 Cuando los funcionarios de Saúl le dieron el mensaje a David, no le pareció mala la idea de convertirse en yerno del rey. Aún no se había cumplido el plazo 27 cuando David fue con sus soldados y mató a doscientos filisteos, cuyos prepucios entregó al rey para convertirse en su yerno. Así fue como Saúl le dio la mano de su hija Mical.

28 Saúl se dio cuenta de que, en efecto, el Señor estaba con David, y de que su hija Mical lo amaba. 29 Por eso aumentó el temor que Saúl sentía por David, y se convirtió en su enemigo por el resto de su vida.

30 Además, cada vez que los jefes filisteos salían a campaña, David los enfrentaba con más éxito que los otros oficiales de Saúl. Por eso llegó a ser muy famoso.

Comentario

3. Protección en el nombre del Señor

David se dio cuenta de que la mejor protección no era la armadura de Saúl sino el nombre del Señor (17:45).

Al principio, David trató de enfrentarse a Goliat usando la armadura de Saúl. Entonces se dio cuenta: «No puedo andar con todo esto \[…\]. No estoy acostumbrado a usarlo» (v.39, NTV). Así que, en una lección de vida, se quitó la armadura: decidió ser él mismo. No es bueno ponerse la armadura de otra persona. Cuando tratamos de presentarnos como si fuéramos otra persona siempre resulta algo artificial y antinatural.

Hay gran poder en ser genuinos. Oscar Wilde exhortó: «Sé tú mismo; ¡los demás puestos ya están ocupados!». Cuando eres tú mismo, despliegas todo tu potencial al máximo. Como indicó Santa Catalina de Siena: «Sé aquel que Dios quiere que seas e incendiarás el mundo».

David tenía una preocupación por el nombre de Dios y su vindicación (v.45). Dijo a Goliat: «Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en el nombre del Señor» (.45). Se dio cuenta de las limitaciones de los esfuerzos humanos (v.47). Él confiaba en su Dios cuyo nombre solo es suficiente para golpear a la persona más fuerte de la tierra (v.46). Estaba dispuesto a confiar en el nombre del Señor ante a una oposición enorme.

Puede que te tengas que enfrentar a una gran oposición, pues el mundo en el que vives puede parecer enormemente poderoso y abrumador. En comparación con él, puedes sentirte débil e inadecuado, pero ¡sal en el nombre de Dios!, dándote cuenta de tus limitaciones y aun así confiando en Él para reivindicar Su nombre. David tuvo éxito en todo lo que hizo porque el Señor estaba con él (18:5,12,14).

El éxito de David provocó la ira y los celos de Saúl (v.8:8). Como Joyce Meyer señala: «Dios siempre pone alrededor alguien que es como papel de lija para suavizar nuestros bordes ásperos \[...\] se trata de una prueba que tiene lugar antes de que seas promovido. Si quieres liderar, debes primero servir en circunstancias que pueden no ser ideales y aprender a comportarte sabiamente. Esto nos prepara para ser usados por Dios al máximo».

Dios le dio más éxito a David y es interesante anotar que, fue debido a su preocupación por el nombre de Dios como el nombre de David «llegó a ser muy famoso» (v.30). Pero ese no era su objetivo o intención, ni el centro de su vida.

Oración

Señor, que las iglesias en este país se llenen de nuevo con personas que adoran el nombre de Jesús. Oro para que todo lo que hagamos se centre en ver el nombre de Jesús enaltecido y honrado nuevamente en nuestra sociedad.

Añadidos de Pippa

1 Samuel 18:1

Las amistades son maravillosas, «… el alma de Jonatán se quedó ligada a la de David» (RVA-2015); eran verdaderas almas gemelas. ¡Una amistad entrañable es algo tan satisfactorio! Tener el apoyo de amigos que te quieren y están contigo en los momentos difíciles y rían contigo en los buenos, hace una gran diferencia.

Las amistades son algo que perdurarán para siempre. En el cielo no habrá restricciones de tiempo ni ninguno de los celos con los que David tuvo que lidiar.

Versículo del día

Juan 16:27

'Ya que el Padre mismo los ama porque me han amado y han creído que yo he venido de parte de Dios.'

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Nueva Versión Inernacional (NVI)

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